Reforma laboral

¿Es descabellado pensar en una semana laboral de cuatro días en la Argentina?

El especialista en mercado laboral Matías Ghidini consideró que en Argentina la gente no quiere trabajar menos, sino trabajar mejor. Habló del aumento del trabajo informal y de la reforma laboral que debería realizar el próximo gobierno para conectar la oferta con la demanda y no provocar que por un juicio una pequeña empresa deba cerrar. “Erradicar la industria de las demandas y abaratar los costos de contratación”, serían dos medidas importantes.  

  • 11/04/2023 • 20:28
Especialista en mercado laboral Matías Ghidini.
Especialista en mercado laboral Matías Ghidini.

La semana laboral de cuatro días es una realidad en distintos países de Europa. Y es un deseo de muchos trabajadores que imaginan tener un fin de semana más largo para actividades sociales, recreativas y familiares. Ahora, ¿esto podría aplicarse en la Argentina?  Matías Ghidini, Licenciado en Administración de Empresas, especialista en mercado laboral, explicó en Cambalache que se emite por Tiempo FM 97.5, cual es la necesidad de los trabajadores argentinos en este sentido.

 

“El mercado laboral argentino está en terapia intensiva, por lo que esta idea es un poco desubicada”, dijo.  ¿Por qué?  “En Argentina tenemos hoy una tasa de informalidad del 50%, con un salario real que hace cinco años pierde contra la inflación, donde hay menos trabajadores privados y autónomos y muchos más públicos y monotributista. La gente quiere no trabajar menos, sino trabajar mejor: mejor trabajo, con mejores condiciones y mejor remunerado”, dijo.

 

Sin embargo, el especialista coincidió en que la modalidad laboral de trabajar de lunes a viernes, ocho horas, es antigua porque “esto se apoya en el paradigma de que hay un momento del día para el trabajo y otro para disfrutar.  Esto supone que el trabajo es un lugar donde uno lo pasa mal, donde hay un jefe que exige o maltrata. Y esa realidad sí ha cambiado. En general, el trabajo no es un lugar donde uno va y vuelve como si lo hubieran apaleado. La realidad es que tiende a conciliarse el trabajo y la vida personal. En la actualidad, se integra mucho más la vida profesional o laboral con la vida social o familiar”, añadió.

En este sentido, valoró que “cuando uno trabaja de lo que le gusta no está preocupado por las horas o por los días, sino por los objetivos.  Así será el trabajo en el futuro. El desafío será de quien defina esos objetivos y cuáles serán. Que sean realistas y alcanzables es la tarea de los líderes. Que un trabajador pueda alcanzarlos pero no dejando la vida. Este sería: decime qué tengo que hacer, pero no me digas en cuánto,  cómo ni dónde. Ese es el trabajo del futuro”.

Por otro lado, se refirió a la realidad del país. “Desde hace 10 años en la Argentina, el trabajo registrado creció solo un 3% con un incremento de la población del 15%.  Por fuera de los registrados, la pandemia pegó muy fuerte en el trabajo informal, que es el doble de los registrados. Esto sucede por la situación económica compleja y por qué hay un marco regulatorio que no fomenta la contratación de alguien en blanco”, añadió.

REFORMA LABORAL

Según su experiencia,  Ghidini manifestó la necesidad de una reforma laboral, no para restar derechos u obligaciones sobre el trabajo sino para poder fomentar acciones que se adecuen a la realidad actual del mercado.   

Por ejemplo sostuvo, “las cargas salariales son muy altas, y ante un eventual juicio laboral, una pyme tiene que cerrar, estamos complicados.  La actual Ley conspira contra la creación de trabajo en blanco”, indicó.

El profesional explicó que el próximo gobierno debería tomar medidas fundamentales para mejorar esta situación. Habló de la reforma laboral con una agenda de largo y de corto plazo. “En lo inmediato, se debe erradicar la industria del juicio y abaratar los costos laborales para la contratación.  El desempleo en los jóvenes es el doble que en los adultos. Si yo contrato a alguien de menos de 29 años me tiene que salir más barato.  De largo plazo, entender el futuro del trabajo. Las leyes laborales deben ser diferentes por cada tipo de empresa. No es lo mismo una ley que abarque una multinacional, que una pequeña empresa o un comercio”.

“Otra medida es conectar la demanda laboral con la oferta. En Argentina hay una desconexión importante. Hay gente que no tiene empleo y por otro lado hay empresas que no consiguen recursos humanos: especialistas en tecnología, enfermería, o ingenieros en petróleo, geólogos, etc. Alguien se tiene que poner a pensar cuáles son los profesionales que necesitamos y generar las políticas educativas y de empleo para eso. Conectar oferta y demanda es algo que no se hace”, concluyó.