Argentina NO es blanca

Desde tiempos inmemorables, las personas de tez trigueña, morena o “marrón” siempre son asociados a ciertos oficios o nacionalidades que, evidentemente, no les corresponden o son minimizados e inclusive deshumanizados. Y esto no sólo suele ocurrir en la cotidianeidad, sino también en la música, el arte y la literatura en donde los personajes que poseen una tez marrón suelen ser arrastrados a una segunda posición e, inclusive, a una tercera y, por lo general, estos estereotipos suelen ser perpetrados por personas de piel blanca. Para erradicarlos de una vez por todas, se está llevando a cabo una campaña a nivel nacional llamada “Argentina NO es blanca”, que busca desarraigar estos prototipos erróneos y desnaturalizar las creencias de que todos los argentinos son blancos.

Existe la falsa creencia de que el argentino promedio suele ser blanco de rasgos caucásicos cuando, en realidad, la composición étnica de Argentina es el resultado de la interacción de la población indígena-nativa precolombina con una población de colonizadores europeos ibéricos y con otra de origen africano-subsahariano.

David Ángel Gudiño, licenciado en Actuación y creador e impulsor de la campaña “Argentina NO es blanca” y del colectivo de “Identidad Marrón”, dialogó con TiempoSur acerca de esta iniciativa que busca, de una vez por todas, arrancar de raíz estos mandatos sociales: “Nosotros hicimos un cortometraje para participar en un concurso que es de TikTok, que seleccionan de todos los cortometrajes aquellos que van a salir preganadores y van a ir al Festival de Cine de Cannes. El cortometraje se llama ´Argentina NO es blanca´, porque desde el Colectivo de Identidad Marrón, hace tiempo venimos tratando de derribar el mito de que todas las personas que habitan Argentina son blancas o que fue construida a partir de los inmigrantes que bajaron de los barcos. Venimos realizando acciones que permiten visibilizar nuestra presencia marrona, o sea persona de piel marrón con rasgos indígenas, en Argentina” explicó David.

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Una Argentina marrón

El Colectivo de Identidad Marrón vio sus inicios años atrás, aunque dichos estereotipos están establecidos en la sociedad desde mucho antes: “El Colectivo trabaja hace ya siete años con una perspectiva antirracista, porque nosotros pensamos que esto lo que termina ocasionando es que las personas marrones somos aquellas que tenemos menos acceso a los derechos: agua potable, acceso a internet y todas las necesidades básicas. En la pandemia lo que pasó es que, como se profundizaron las diferencias, se pudo hacer más visible el racismo estructural: quiénes no podían aislarse como se pretendía, en los barrios populares no fue posible el aislamiento. Quienes podían “ir” a la escuela: tener un teléfono celular o acceso a internet para continuar su educación. Quienes pudieron continuar trabajando: las empleadas domésticas precarizadas, todos conocemos la historia de la empleada que intentaron meter en un country para que trabaje. Durante la pandemia, como se hizo más visible, el trabajo del Colectivo se acrecentó”, contó Gudiño.

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 “Malas” nacionalidades

Otra de las formas de discriminación más conocida y utilizada por todas es el atribuirle una connotación negativa a ciertas nacionalidades tales como la boliviana, la paraguaya o la peruana: “Yo soy actor, no soy sociólogo, pero hablo desde lo que me pasa a mí, desde mi experiencia personal. A mí, desde Tik Tok se me dice boliviano o peruano como insulto. Yo pienso que este estado nación fue constituido desde una perspectiva racista hacía el extranjero en el sentido a aquel que no era blanco. Todos leímos los textos en donde Sarmiento dice que los “indios son salvajes”, pero el europeo es el sujeto que se necesitaba para construir este estado nación. Entonces, el indio fue corrido y fue construida una imagen y un consenso social de que el indio era el “delincuente” y que entraba el “malón” y destruía los campamentos argentinos y se llevaba a las mujeres cautivas. Eso, hasta hoy, perdura en quienes tenemos rasgos indígenas y piel marrón y somos asociados a lo vago, a lo feo y a lo criminal y sabemos que, en Bolivia, en Perú y en Paraguay hay una gran presencia nativa, ascendencia indígena, presencia étnica y ese racismo perdura hasta hoy, que después es transformado en xenofobia, discriminación y en el odio hacia el otro. Todos conocemos el relato de “vienen a robarnos el trabajo”, “usan nuestros hospitales”, entonces creo que se construyen las ideas que se utilizaron antaño y la imagen que construyen los medios de nuestros cuerpos y de nuestro color de piel. Lo que hiere es que, al decir que se es de otra nacionalidad, se niega la presencia marrón en Argentina, ese es el problema”, puntualizó.

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“Todos los que somos marrones debemos decir “yo soy marrón”, para que el otro pueda ver qué es blanco o afro-argentino o que es oriental o que es árabe. Es importante darnos cuenta de la diferencia. He charlado con muchas personas que me han dicho ‘yo soy marrón', creo que también muchos periodistas se han acercado también por eso: son marrones y ocupan lugares, y deben pasar cosas que no se cuentan, que no se dicen y deben de ser muy complejas. El segundo paso es la educación, ¿Cómo están pensando esto en las escuelas? ¿Cómo se piensa el racismo, la discriminación? Porque podemos hacer un vídeo, pero quienes mueren de gatillo fácil y de racismo institucional son personas marrones: Lucas González, Lautaro Rose, Camila Arjona, Luis Espinosa, Facundo Castro, Facundo Ferreira, Fernando Báez Sosa. Fernando Báez Sosa no fue por fuerza policial, pero sí por un grupo de personas blancas que lo pateaban al grito de ‘no nos vas a pegar más, negro de mierda’ ¿Qué es eso?” concluyó.