Rudy Ulloa habló sobre su libro “Mi amigo el presidente”

El libro escrito por Rudy Ulloa, “Mi amigo el presidente”, relata toda la trayectoria que tuvo junto a Néstor Kirchner en la génesis del Frente para la Victoria en Río Gallegos hasta la llegada a la presidencia. Rudy, reconocido y de los primeros en caminar los barrios junto al intendente, gobernador y luego jefe de estado, escribió una crónica en primera persona acerca de esas vivencias.

En el día de ayer, el histórico militante presentó su obra en la Feria Provincial del Libro y habló de las anécdotas que recuerda con su querido amigo. Contó que el objetivo del libro fue “dar testimonio del método de construcción política de Néstor Kirchner” que le permitió pasar de ser gobernador de Santa Cruz a ser el primer presidente Patagónico.

Mira Tambien

Día del vecino en Río Gallegos: Antonio Ríos y premios

Rudy Ulloa comentó que fue gracias a su madre que empezó a trabajar para Kirchner. “Néstor estaba recién recibido, armando su estudio y mi mamá le pidió un trabajo para mí y obviamente él a mi mamá no le iba a decir que no. Fue ahí que me contratan como cadete y eso es lo que siempre fui, nunca fui su chofer como dicen por ahí”.

También recordó el día que pusieron una bomba en el estudio de Néstor. “Habían puesto una bomba, estaba enchufada a la corriente y justo Servicios Públicos cortó la luz a la mañana, por lo que la bomba se detuvo y no explotó. Creo que fue la primera vez que me alegré de que cortaran la luz. Imagínense, renunciaron todos, yo me quedé. Digo esto porque quedarme realmente me marcó la vida. Me acuerdo que esa mañana de lunes entra Néstor con portazo de puerta incluido, como siempre, enojado y se sorprendió de verme ahí, de que quedara alguien”.

“Ahí me llamó a su despacho, donde le expliqué que me quedaba porque no tenía a donde más ir y porque mi mamá me había conseguido el trabajo y no podía decirle que había renunciado por una bomba que no explotó.  Ese día sellamos algo muy importante, desde ese día pasé a ser jefe. Pero no solamente eso, a partir de ese día fue mágico, se selló una amistad donde no nos separamos nunca, ni en cenas, ni almuerzos, ni en actos de campaña, ni en vacaciones, ni en partidos de fútbol, ni alegrías ni penas.