Juicio

Mataron a golpes a su beba de dos años y podría ser condenada por "mala madre"

Está presa en un penal desde desde 2017: la acusan de no haber hecho lo posible por defender a su hija. El juicio en su contra está en su etapa final.

  • 12/05/2019 • 14:47

En la tarde del 6 de agosto de 2017, Yanina Farías (32) cambiaba a Xiomara, su beba de 2 años, en la pequeña casilla en la que vivía en el barrio Cuartel V de la localidad bonaerense de Moreno. La nena lloraba por algún motivo y no paraba de hacerlo. Alfredo Leguizamón (44), un amigo de su madre que se había instalado en la misma vivienda algunas semanas atrás, comenzó a los gritos a exigirle a la mujer que callara a Xiomara. La violencia invadió sin pausa la escena hasta que de un momento a otro, el hombre se impuso a la joven madre, la corrió a la fuerza y después comenzó a golpear a Xiomara hasta dejarla gravemente herida. Todo delante de J.G., otro de los hijos Yanina, que con sólo 4 años presenció cómo dejaban a su hermana al borde de la muerte.

Yanina no tuvo capacidad de reacción. Lo único que pudo hacer fue tomar a su hija inconsciente y llevarla a un centro de atención inmediata. Fueron tantos los golpes que los médicos ordenaron su traslado inmediato al hospital de Moreno y de ahí al hospital Garrahan, donde finalmente murió. Ya en este punto Xiomara no estaba en compañía de su mamá, pues horas antes había quedado detenida –junto a Leguizamón– como presunta cómplice del crimen.

Leguizamón enfrenta hoy la acusación de homicidio simple agravado por alevosía mientras que Yanina deberá responder por los delitos de homicidio por omisión agravado por el vínculo y abandono de persona. Para el fiscal de la causa, Guillermo Altube, Farías pudo haber hecho algo más por la vida de su hija. Por eso fue puesta en prisión de inmediato en la cárcel de Magdalena, tras obtener una orden de la jueza de Garantías Adriana Julián y en las próximas semanas podría ser condenada en un juicio que le sigue el Tribunal Oral Criminal 4 de Mercedes, integrado por Fabián Brahim, Viviana Guerrieri y Miriam Rodríguez.

El caso despertó un interés inusitado de diversos sectores y la movilización de decenas de organizaciones sociales que sostienen que Yanina Farías es una víctima más de Leguizamón y no su cómplice. La historia, para estas organizaciones, no se remonta sólo al momento del crimen: detrás se esconde una vida de golpes, abusos sexuales, violencia extrema, abandono y miseria.

Verónica González es periodista e integrante de REDI (Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad), una organización que acompañó a Yanina en todo el proceso legal. Conoce como pocos el contexto en que vivía la joven. En diálogo con Infobae, relató entre varias cosas, detalles de la vida de la acusada, cómo terminó Leguizamón viviendo en la casa y explicó por qué cree que debería ser absuelta en un juicio que considera absurdo.

El origen del crimen de Xiomara y la condena "por mala madre"

Yanina vivía en la casa de su padrastro y su mamá, junto con sus tres hijos: una nena (Xiomara) y dos varones. Su madre en un momento se separó del padrastro y abandonó la casa. Farías, en cambio, decidió quedarse con su papá y los tres menores.

Después de un tiempo, la mamá le pidió un favor a Yanina: le dijo que le cuidara su casaporque tenía un viaje planeado a San Luis con su nueva pareja. La joven aceptó y se instaló con los dos más chicos. El mayor se quedó con el abuelo porque tenía que ir a la escuela. Así pasaron los días hasta que sucedió algo que cambiaría todo.

Al poco tiempo llegó la madre y se instaló en la vivienda con Leguizamón. No quedó nunca claro si el hombre era amigo de la familia o la pareja de la mamá de Yanina. Lo cierto es quela madre le pidió a la joven que permaneciera más tiempo en la casa y que junto a Leguizamón debería cuidar el lugar. Fue el comienzo del horror.

"A los pocos días comenzaron las torturas y los golpes hacia ella y los niños. Ella incluso contó después que él le cerraba las ventanas y las puertas para que no saliera. Y si lo hacía, lo hacía acompañada por él. Incluso los vecinos dijeron que siempre estaban juntos. A la hermana de Yanina, cuando la fue a visitar, Leguizamón no la dejaba ni estar. Ya en ese momento notó que tanto los chicos como la mamá estaban llenos de moretones", relató González a este medio.

En los días que convivió con Leguizamón, Farías, de acuerdo a este relato, fue sometida a violaciones, abusos y golpes hasta que finalmente llegó la tarde del 6 de agosto de 2017.

Yanina no pudo ver a sus otros dos hijos durante el tiempo que estuvo detenida en Magdalena. Por algún motivo que no tuvo explicación, se lo prohibieron. Recién con el comienzo del juicio, el pasado 29 de marzo, pudo estar con ellos.

"Es grave porque no le dejaron ejercer su derecho como madre. No puede estar en esa cárcel. Debió haber tenido salidas transitorias y no pueden prohibirle ver a sus hijos. Ella los estuvo viendo sólo recién cuando comenzó el juicio. Ella solo los ve un ratito en cada audiencia. Es una de las tantas violaciones en su contra", dijo la integrante de REDI.

Leguizamón y Farías enfrentan el juicio juntos, como si hubiesen sido cómplices. "Es una barbaridad", dijo González, quien aseguró que otro resultado distinto a la absolución no será aceptable.

Cree que a Yanina se la juzga por "mala madre" y se deja de lado el sinfín de pruebas que hay acerca de los abusos y la violencia a la que fue sometida por el asesino de Xioamara pero también en su vida. Una vida sumida en la pobreza y sin contención alguna de la familia ni del Estado. De hecho, entre varios detalles, la joven madre ni siquiera tiene documento de identidad y se desconocer quién es el o los padres biológicos de sus tres hijos. "Hace falta una perspectiva de género en la Justicia", pidió.

"A ella se la juzga por no haber sido la garante de la vida de su hija. No la defendió y no evitó su muerte, por eso decimos que se la acusa de "mala madre". Porque hay todo un concepto alrededor de la madre y de lo que tiene que hacer, aún a riesgo de nuestra propia vida", señaló.

Para Alejandro Bois, abogado defensor de Farías, la violencia que padeció su clienta fue la causa primaria de que no haya podido defender a la beba. "Por su posición de vulnerabilidad ante Leguizamón y por la violencia que él ejerció durante bastante tiempo era casi imposible que se defendiera y que defendiera a su beba", dijo el letrado en diálogo conInfobae.

La controversia del "retraso madurativo" de Yanina 

Durante el juicio, la defensa sostuvo que Yanina podría tener un retraso madurativo. Esto surgió del relato de las hermanas de la joven, quienes dijeron que en algún momento durante su etapa escolar, las maestras le recomendaron a la familia que Farías fuera a una escuela especial por una posible falencia en su capacidad de aprendizaje. Repitió quinto grados dos veces.

Nunca lo hicieron y por ende, jamás obtuvo un certificado de discapacidad. Sin embargo, al sobrevolar la posibilidad de que la acusada presente este cuadro, para su defensa se trata de un elemento clave que podría beneficiarla judicialmente, ya que la ubica en un lugar de completa vulnerabilidad.

"A partir de esto, el tribunal ordenó pericias y pidió que se ampliaran porque hubo una presentación al respecto de Adajus (Programa Nacional de Asistencia para las Personas con Discapacidad en sus Relaciones con la Administración de Justicia), otra de REDI y escritos del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) que hablaban del retraso madurativo de Yanina", contó González.

Fuente: Infobae.