Mundial de Japón

Sudáfrica campeón: Dueño de la copa y de la gloria

Inglaterra 12 vs. Sudáfrica 32 (Final): Prácticamente de punta a punta los bocks sudafricanos demolieron a los ingleses, construyendo su triunfo desde el primer minuto de juego.  

  • 03/11/2019 • 14:24
El rugby tiene flamante campeón del mundo.
El rugby tiene flamante campeón del mundo.

Por Colapio. 

Así, no bien comenzado el partido, los sudafricanos establecieron diferencias ante un equipo inglés que pretendió ganar con la propia estrategia que es marca registrada de los bocks.
Una defensa implacable, mucha presión, con una tercera línea durísima y una pareja de medios que jugó un gran partido y que prácticamente borró de la cancha a Youngs y Ford.
En efecto, a partir de la obtención y de ganar en el breackdown, los bocks se adueñaron del partido, el poderoso scrum sudafricano le ganó en la puja al inglés y todos sabemos que quién gana ésta formación prácticamente tiene ganado el partido (algo que algunos en la Argentina se permitieron poner en duda).
De acuerdo a sus antecedentes, ambos equipos venían planteando un sistema similar, con poderosas defensas, mucha presión, prevaleciendo en la zona de contacto y arriesgando poco y nada antes de mitad de cancha, esperando el error del contrario. Pero hubo un detalle que los ingleses olvidaron, o soslayaron su importancia, y es que esa es la manera de jugar sudafricana, está en sus genes, ellos en cambio lo tienen incorporado a partir del ingreso de Eddie Jones como entrenador, lo cual es una gran diferencia e implicó meterse en la boca del lobo.
Durante un tiempo y medio los sudafricanos estuvieron siempre adelante en el dominio y en el marcador y cuando parecía que los ingleses estaban en partido y que podían sobreponerse a la supremacía sudafricana, éstos les aplicaron dos golpes de nocaut que desvanecieron las pretensiones de un rival ya cansado y lejos del convencimiento de su sistema. Ambos tries fueron anotados por los dos wings, luego de grandes jugadas, entrando por ambas puntas. El cambio de paso con que Cheslin Kolbe, un auténtico crack, dejó desairado al otrora sonriente y desafiante Owen Farrell marcó el resultado irreversible.


CONTRA TODOS

Este partido, contra todos los pronósticos, incluyendo los nuestros, no fue el partido cerrado y típico test match que esperábamos, ya que si bien ambos equipos comenzaron especulando, los sudafricanos se lanzaron de movida a imponer, paso a paso, su juego demoliendo poco a poco a los de la rosa.

Vimos un gran partido de todo el equipo sudafricano, pero la actuación de los terceras líneas Kolisi, Du Toit y Vermeulen (6, 7 y 8) fue superlativa superando a la constituida por Curry, Uderhill (el mejor jugador inglés) y Vunipola, quienes perdieron siempre en el breakdown.

Los ingleses venían de jugar una suerte de final anticipada con los All Blacks y su triunfo parecía que debía repetirse necesariamente en la final, pero eso no implicaba que debían jugarle a los sudafricanos de la misma manera que a los kiwis, allí estuvo, a nuestro criterio, el meollo de la cuestión, algo parecido al error que cometieron los kiwis con los ingleses. Éstos llegaron a su cénit con los neozelandeses, los sudafricanos, en cambio, con los propios ingleses. En síntesis, el sur le ganó, no al norte, sino al mismo sur, que pretendió hacer jugar a los del norte con la impronta que no tienen, así les fue. Es que en el rugby, como en todos los aspectos de la vida, no todo responde a lo lineal y a la lógica, no siempre la suma de uno más uno es dos. Tampoco escuchamos, “Swing Low, Sweet Charlot”, esa canción afroamericana nacida en los campos de algodón de los Estados Unidos, que la hinchada inglesa adoptó como propia para arengar a su equipo y que generalmente lo hace cuando su equipo va ganando, algo que esta vez no ocurrió desde la pitada inicial.

Por Sudáfrica anotaron tries Makasole Mapimpi (65’) y Cheslin Kolbe (73’) ambos cometidos por Handré Pollard y 6 penales del mismo jugador (9’, 25’, 38’, 42’, 45’, 57’) y por Inglaterra 4 penales de Owen Farrell (22’, 34’, 51’ y 59’).

 

Las formaciones fueron las siguientes:

 

Inglaterra: 15 Elliot Daly, 14 Anthony Watson, 13 Manu Tuilagui, 12 Owen Farrell (c), 11 Jonny May, 10 George Ford, 9 Ben Youngs, 8 Billy Vunipola, 7 Sam Underhill, 6 Tom Curry, 5 Courtney Lowes, 4 Maro Itoje, 3 Kyle Sinclair, 2 Jamie George, 1 Mako Vunipola. Recambios: 16 Luke Cowan-Dickie, 17 Joe Marler, 18 Dan Cole, 19 George Kruis, 20 Mark Wilson, 21 Ben Spencer, 22 Henry Slade, 23 Jonathan Joseph;

 

Sudáfrica: 15 Willie le Roux, 14 Cheslyn Kolbe, 13 Lukhanio Am, 12 Damian de Allende, 11 Makazole Mapimpi, 10 Handré Pollard, 9 Faf de Klerk, 8 Duane Vermeulen, 7 Pieter-Steph Du Toit, 6 Siya Kolisi (c), 5 Lood de Jager, 4 Eben Etzebeth, 3 Franz Malherbe, 2 Mbongeni Mbonambi, 1 Tendai Mtawarira. Recambios: 16 Malcom Marx, 17 Steven Kitshoff, 18 Vincent Koch, 19 RG Snyman, 20 Franco Moster, 21Francois Low, 22 Elton Jantjies 23 Frans Steyn

 

Dirección: Gèrôme Garcès (Francia), asistido por Roman Poite (Francia) y Ben O’Keefe (Nueva Zelanda). TMO: Ben Skeen (Nueva Zelanda).