Especial

Una crónica sin desperdicio

Es sábado por la mañana del primer fin de semana extra large del año por feriado de carnaval y el viento se tomó un respiro que por unas horas invita a disfrutar del paseo costero de la ciudad de Río Gallegos. Bordeando el estuario  me acerco al basural, punto neurálgico de un problema ambiental que sucesivos gobiernos de distinto signo político no lograron solucionar.    

  • 15/03/2020 • 13:03
El Vaciadero actual de Río Gallegos (foto archivo)
El Vaciadero actual de Río Gallegos (foto archivo)

Por Mariana Cabezuelo (*)

Con ilustración de Tintoretto

 

El sol brinda un aspecto poco usual al vaciadero municipal al que  ingresan dos jóvenes sonrientes, con un pedazo de colchón cada uno bajo el brazo mientras una empleada habilita el acceso. 

Por la calle que bordea al predio, una antena de cable desentona con la precariedad de las viviendas construidas en terrenos cercados con materiales reciclados, y que en algunos casos albergan a varias familias en el asentamiento informal instalado hace 12 años en el lugar. 

Un hombre aprovecha para lavar el auto, dos chicas juegan con agua. Paso frente a un improvisado cartel sobre una chapa oxidada donde en letras blancas se puede leer: “No tirar basura. Respete a sus vecinos”,  y está rodeado de montículos de desperdicios y de bolsas por la acción del viento enganchadas al cerco perimetral, que más adelante exhibe un agujero de gran dimensión.

Veo chicos jugando cerca y no puedo dejar de pensar en la curiosidad que a  esa edad me llevaba a explorar la magia de lo desconocido, -no muy lejos de casa-,  y a levantar cualquier cosa para jugar, como toda aventura infantil. 

Pero más allá de ese escenario lindante que recibe el impacto directo,  toda la ciudad es invadida por el efecto de más de dos décadas de basura tirada en el lugar: los incendios y el humo permanente, dependiendo de la meteorología, los efectos del viento que todo desparrama, o la lluvia que provoca el anegamiento, además en el verano, la invasión de moscas. 

 

El vaciadero municipal de Río Gallegos comenzó sus funciones en los ‘90, época del entonces intendente justicialista Néstor Kirchner y su sucesor radical Alfredo Martínez, hacia el final de su segundo mandato lo trasladó justo a la costa, donde confluyen los estuarios de los ríos Gallegos y Chico, ocupando unas 40 hectáreas originales.

Por entonces no seríamos más de 70.000 habitantes (64.640, Censo INDEC 1991),  y en la ciudad se replicaban tendencias de reciclado y compostaje a pequeña escala, con maquinaria instalada en un galpón construido en el predio del basural.

En la época de “Freddy” Martínez, en el vaciadero municipal, además de una planta recicladora y enfardadora, se desarrollaba una experiencia de compostaje con lombrices californianas del material orgánico, que era transformado en un abono, y destinado al área de Forestación municipal para su utilización en espacios verdes.

Una Ordenanza municipal (N° 3259) en 1998 establece a la manzana lindante al nuevo vaciadero, como Reserva Ecológica, para que en un futuro cercano, fuera forestada y actuara como una suerte de pulmón de la ciudad; cualquier uso del suelo estaba prohibido.

Pero la ciudad no paró de crecer, como desde su origen, por oleadas de migración que detallan estudios científicos, y con ello aumenta la generación de residuos que continúa acumulándose sin planificación sobre el vaciadero municipal.

Justo con la crisis de 2001 que afectó al país al final del ciclo de Fernando De la Rúa (UCR) y los cinco presidentes en una semana, por una falta de inversión que ya afectaba al área de saneamiento, empieza el deterioro de la infraestructura y quedan obsoletas las experiencias de recuperación de la basura.

El ambientalista Germán Montero, recuerda que trabajó en la producción del abono que volvía al área de Forestación, cuando ingresó al municipio en el año 2000.

Nos ubicamos en el mandato justicialista de Héctor Aburto (1999-2003) que por la renuncia anticipada del intendente en enero de 2002, terminó Juan Carlos Villafañe.

La provincia, que era gobernada por Néstor Kirchner (1991-1995; 1995-1999 y 1999-2003), también avanza con la creación por ley (N° 2583/01) de la Reserva Provincial para Aves Migratorias en el estuario del Chico, que le da estatus de protección ambiental, al tiempo que inicia la discusión del emplazamiento del vaciadero municipal.

Le siguieron estudios de las aves del estuario del Gallegos como indicadores de la salud del ambiente, realizados por académicos de la Unidad Académica Río Gallegos de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UARG/UNPA), para la creación de áreas protegidas urbanas.

“Nosotros trabajando en función de una visión social que teníamos, partimos de lo que conocemos que son las aves como indicadores de la salud del ambiente, en función de bajar los impactos”, explicó Carlos Albrieu, docente investigador y uno de los autores del libro que estudió las aves de la Patagonia en el estuario del Gallegos (2004).

“Y seguimos diciendo después de 20 años que si no sacamos el basural no podemos decir que nuestro ambiente esté sano”, añadió.

Germán Montero me recibe en el Centro de Interpretación Ambiental del Estuario del Río Gallegos, espacio que fue construido por un convenio entre la municipalidad a cargo del radical Héctor Roquel (2003-2007 y 2007-2011), la UARG/UNPA y la Asociación Ambiente Sur (AAS), que la administra, y es un moderno salón interactivo situado en un extremo del paseo costero, a metros del vaciadero municipal. El mismo continúa las tendencias globales de cuidado ambiental, donde una nueva oficina ha sido construida con paneles de materiales reciclados y es alimentada por energía solar.

Hace mucho calor, y en la marisma donde se avistan aves como el playero rojizo, que migra cada año desde y hacia el hemisferio norte -, se mezcla el humo que emana la quema de basura y los desechos de los efluentes cloacales.

Montero, que durante la gestión de Roquel ocupó los cargos de las primeras estructuras institucionales ambientales creadas en el Municipio, coincidió en señalar esos antecedentes como el inicio de  la discusión sobre la ubicación del vaciadero.

“Una de las formas de empujar en esa discusión fue el proceso que terminó en la creación de la Reserva Costera Urbana del estuario del río Gallegos (Ordenanza municipal N°5356/04)”, explicó.

Del estuario del Gallegos, coloquialmente llamado ría, se ha construido una costanera de unos 5 kilómetros de extensión, que disfrutan a diario caminantes, corredores y ciclistas, familias enteras en días de clima benévolo.

En el recorrido que cada año hacen cientos de infantes por las instalaciones del Centro de Interpretación Ambiental y el entorno de la ría, los guías recitan como un mantra que si ellas – las aves- siguen visitando nuestro estuario es porque es saludable y la importancia de su conservación.

 

La Presidencia de Néstor Kirchner (2003-2007), trae aparejada una nueva oleada migratoria atraída por empleo, para la construcción de obras públicas: la Autovía 17 de Octubre que se superpone a la Ruta Nacional N° 3 dentro del ejido municipal; viviendas en terrenos cedidos por las Fuerzas Armadas y la Avenida Balbín en el sector que ocupaba el ramal ferroviario carbonero.

Esa administración nacional a través de la Secretaría de Ambiente de la Nación presenta la Estrategia Nacional para la Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos (ENGIRSU) con metas 2005- 2025 que involucran a las provincias y los municipios.

Para llevar adelante la ENGIRSU, el gobierno nacional acude al apoyo técnico y financiero del Banco Mundial, cuyo directorio aprobó el 28 de febrero de 2006 el Convenio de Préstamo BIRF-7362 AR, correspondiente al Proyecto Nacional para la Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos (PNGIRSU).

Sergio Acevedo (PJ/FpV) en 2003 inicia la sucesión de Kirchner en la Gobernación de Santa Cruz, y en la Municipalidad de Río Gallegos, asumió el intendente radical Héctor Roquel (2003-2007 y 2007-2011).

Frente al acuciante problema de la basura en el estuario, que era advertido por científicos, académicos, ambientalistas, y también por la administración local, la Municipalidad de Río Gallegos firma en 2005 un convenio con la UNPA/UARG, para la elaboración de una propuesta integral para el manejo de los residuos sólidos urbanos.

El Plan Municipal para la Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU) (2005), que resultó de ese convenio, advirtió que “la incorrecta gestión de los residuos y su alto impacto ambiental asociado figura entre los mayores problemas ambientales de la ciudad de Río Gallegos”.

Según el informe, el municipio disponía entonces de un equipamiento de recolección compuesto por “un total de nueve camiones con cajas compactadoras de residuos y cuatro camionetas destinadas a tareas de repaso y supervisión”.

La planta de reciclado que funcionó hasta 2008, estaba a cargo de una cooperativa de trabajo conformada por planes jefes y jefas de hogar, experiencia que por conflictos de organización no fue sustentable y muchos de sus integrantes decidían volver a la recolección informal para su sustento, que realizaban unas 50 a 100 personas, entre ellos niños y familias completas.

Albrieu dirigió el trabajo que realizaron unos 80 especialistas en el marco del Programa de Unidad de Estudios Ambientales de la UNPA/UARG, y que según explicó, determinó el sitio para el nuevo relleno sanitario, “por  un método estadounidense” que otorgó “un mayor puntaje para el lote 113 que era de Ejército, camino a Punta Loyola”.

“Por la distancia, por las condiciones ambientales, por los vientos, posibilidades de lixiviado, que no fuese para el sector de Río Chico, sino preferentemente hacia el mar, la mayor distancia, que el suelo también sirva de filtro ante una eventualidad de una contingencia con pérdida de lixiviación de las fosas de enterramiento”, enumeró las razones contenidas en el informe.

Agregó que “era fundamental  la mayor altura del terreno para una mayor distancia a las napas de agua y que cada fosa pudiera ser más profunda para una mayor vida útil, ya que forrarlas con membranas es carísimo” además de “optimizar el tiempo de vida útil de cada una de estas fosas, porque podían ser más profundas, pensando en que el municipio se tendría que hacer cargo de esos costos a futuro”.

Uno de los hitos críticos ya no sólo para la gestión de los residuos sólidos urbanos y la conservación de los espacios naturales de la ciudad capital, sino para la provincia, fue un conflicto salarial docente y crisis institucional que terminó en 2007 con la renuncia del vicegobernador Carlos Sancho, a cargo del Ejecutivo desde la renuncia de Sergio Acevedo (15 de marzo de 2006, por “razones estrictamente personales”), luego de un prolongado conflicto petrolero y muerte del policía Jorge Sayago en Las Heras.

Más de una década después, Acevedo declaró que el motivo de su renuncia en 2006 fue "el mecanismo de adjudicación de la obra pública" y criticó a quien en la línea de sucesión institucional, completó ese período, el justicialista Daniel Peralta, por " una pésima administración de los recursos provinciales". (Télam, 25 de abril de 2017).

Peralta fue el gobernador de Santa Cruz (2007-2011 y 2011- 2015) y sus mandatos provinciales coincidieron a nivel nacional con la Presidencia de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2011 y 2011-2015).

La manzana aledaña al vaciadero municipal designada como “área de recuperación ecológica”, fue ocupada por un asentamiento informal el 29 de diciembre de 2007, fin de año electoral en el que el radical Roquel fue reelecto en el Municipio.

El asentamiento informal bautizado “Madres a la Lucha” persiste en la actualidad a las puertas del vaciadero municipal y se suman los barrios residenciales de las manzanas inmediatas.

Río Gallegos, según el último Censo, registró 95.796 habitantes (INDEC, 2010). La UNPA/UARG fue completando los informes del Plan de GIRSU durante la última gestión de Roquel, y fueron los que durante la administración del intendente del PJ/FpV Raúl Cantín (2011-2015), posibilitan que el Gobierno nacional  el 30 de diciembre de 2013 asigne los primeros 25 millones de pesos, de 50 millones del total del costo estimado.

(Lea la nota completa en la edición de hoy del diario TiempoSur)