Inseguridad

Siete policías

Es la cantidad de efectivos por turno en la Comisaría Séptima del Barrio San Benito, según advirtió Juan Romero, presidente de la junta vecinal. Diagraman un proyecto para instalar cámaras y  presentarán una nota al Gobierno. El almuerzo navideño del comedor.

  • 08/12/2019 • 11:12
“El año que viene ojalá que las familias puedan conseguir trabajo y en el comedor tengamos otro tipo de actividades”.
“El año que viene ojalá que las familias puedan conseguir trabajo y en el comedor tengamos otro tipo de actividades”.

Como presidente de la Junta Vecinal del San Benito, Juan Romero aguarda la asunción de las nuevas autoridades municipales y provinciales para presentar las respectivas notas con pedidos urgentes que “no queden en el aire”.

“Hablamos con Pablo Grasso y coincide con las necesidades que decimos nosotros, como es un corralón fijo con máquina para mantenimiento de calles; la cloaca; que se habilite rápido le centro de salud que está al lado de bomberos”, detalló.

Lo más importante en materia municipal “son los servicios básicos que el vecino necesita”.

 

“Tenemos buenas expectativas con Pablo Grasso. Nos dio tranquilidad en la reunión  porque dijo que nos va a apoyar en todos los proyectos que tengamos en el barrio. Mientras él trabaja junto al vecino, nosotros lo vamos a acompañar”, precisó.

También la junta mantuvo un encuentro con el edil Emilio Maldonado y el diputado por el Pueblo, Eloy Echazú. “Estaban contentos porque ahora hay una cara visible en la junta”.

Pero el tema que actualmente le preocupa al presidente de la junta vecinal es la seguridad. Para esto recolectan firmas con los vecinos –llevan 500– para adjuntarlas a la nota que entregará en Casa de Gobierno.

“La Comisaría Séptima tiene poco personal. Le ampliaron encima la jurisdicción con Ayres Argentinos y cuenta con siete policías por turno”, contó, y dijo que dos o tres efectivos se quedan en la comisaría y quedan solo cuatro “para la calle” con un chofer y tres policías.

“Hace falta más seguridad porque los vecinos están sufriendo robos a dos manos y nunca se agarra a los delincuentes. Necesitamos que haya más presencia en las calles”, alertó.

Por eso con la comisión de la Junta Vecinal confeccionan un proyecto para la instalación de ocho cámaras de seguridad en zonas claves del barrio, como es por ejemplo, el acceso por las entradas principales y en el colegio. “Queremos plantear que con las cámaras se puede controlar desde la misma Comisaría o directamente al comando”, explicó.

En cuanto al costo de instalarlas, señaló que esperan que se haga cargo el Estado, pero “si no existe la posibilidad, vamos a ver como juntamos nosotros dinero”.

“Ha pasado que desaparece gente en Gallegos y aparecen en el San Benito. Siempre pasa en el barrio”, resaltó.

“Este debe ser uno de los barrios que más sufre las denuncias por violencia de género y por ahí sacan un policía para que haga consigna  y quedan solo dos en la calle. Queda el barrio al descubierto. Esto lo venimos bancando hace años y en no hacerlo público porque avivamos a la delincuencia, pero ya demasiado aguantamos  y ahora gracias a Dios tengo 11 personas que me acompañan en la junta”, apuntó a TiempoSur.

 

“Un año duro”

Un año en el que es casi obvio advertir la mala situación económica derivó en que la cantidad de niños que asistan al comedor se mantengan para el almuerzo navideño que será en el Comedor “Amigo de los Barrios” el próximo 22 de diciembre.

Pese a esto, Juan afirmó que  realizó un relevamiento y constató que hubo “algunos vivos” que no padecían una delicada situación económica pero que enviaban a sus hijos al comedor.

“Terminamos con el mismo número de chicos con el que arrancamos, cerca de 100.  Solo hicimos el censo y se dio de baja a un par de vivos”, advirtió.

Fue “un año de los más duros” porque antes “llegaban al comienzo 90 chicos y terminábamos el año con menos, a veces 20”.

 

El almuerzo se realiza como desde hace 8 años, con “amigos” del comedor, como son comerciantes de la ciudad y “gente común” que además asisten para entrega de bolsones de alimentos.

“Desconozco porque el Ministerio este año no nos quiso ayudar”, indicó.

El comedor –situado en las calles 21 y 30- estuvo cerrado ocho meses por refacciones y porque Juan no pudo hacerse cargo debido a problemas personales.

“El año que viene ojalá que las familias puedan conseguir trabajo y en el comedor tengamos otro tipo de actividades y no un plato de comida. Estaría bueno que los chicos coman en su casa”.

(Para los que deseen colaborar pueden comunicarse al celular 15 47 21 44)