La opinión de los científicos

“Lo importante es defender la vida y la herramienta para ello es la cuarentena”

En el marco del estado de aislamiento social, preventivo y obligatorio decretado por el Estado nacional, y el escenario que viven distintos sectores de la comunidad de relajación con el cumplimiento de la cuarentena y con sentimientos que apuntan a una salida inmediata, desde el Multimedio Tiempo, dialogamos con el Dr. Sergio Luis Guala, neurocientífico, respecto de esa sensación de optimismo generalizado y si se puede considerar positivo o no.

  • 12/04/2020 • 13:24
Dr. Sergio Luis Guala, neurocientífico.
Dr. Sergio Luis Guala, neurocientífico.

“El optimismo siempre es algo favorable y encima con buena prensa. Quién puede decir que un optimista es criticado; sin embargo, el optimismo en alguna condición, puede ser que haga advertir menos riesgos y esto en sí mismo, producir un riesgo.

Es decir, una persona sumamente optimista puede tomar decisiones de justamente relajarse en la cuarentena, puede decir no voy al médico, siento un dolor y seguramente no es nada, pero justamente esto mismo introducir una variable de riesgo muy alta.

Entonces, la idea no es ser pesimista sino generar una condición entre el pesimismo y el optimismo, una condición de estar atento a lo que puede resultar a lo que es mejor que es conducirse con cierta alerta y entender, que si existiesen algunas condiciones de mejoría no bajar esa alerta porque justamente podemos volver a iniciar el ciclo nuevamente”.

 

¿Cómo se hace para mantener esa actitud en una situación aislamiento tal como la estamos viviendo ahora?

Guala (*): “Prepararse para el estrés. Ocurre que en una pandemia y en una condición como la que vive el mundo, en la teoría del estrés existen dos formas de estrés: El que es con alto nivel de conflicto, alto impacto pero que dura poco o los estreses con bajo estímulos, con bajo nivel de conflictividad y que duran o perduran en el tiempo.

Ocurre que en la pandemia están los dos juntos y están al mismo tiempo, con lo cual, entonces, acá tenemos una combinación de estado de un estrés muy alto.

Las personas, el ser humano, efectivamente tiene tendencias a ir aumentando, a través del tiempo el estrés, una cuota de estrés y efectivamente no es lo mismo la primer semana que la segunda porque es acumulativo.

Entonces, cada vez nos cuesta más y encontramos más motivos para ir interrumpiendo la cuarentena, pero es en sí mismo el ascenso de esa condición de riesgo es un optimismo que puede resultar muy peligroso y efectivamente llegar a dar por tierra lo que hasta acá está muy bien hecho y que efectivamente va dando resultados no solamente en Argentina sino también en los países que han tomado medidas parecidas y que efectivamente, van pudiendo pilotear; no que las zonas se infecten menos sino que se vayan infectando dentro de un nivel de meseta donde vaya habiendo una población de recambio entre la persona que se recupera y la que ingresa; y con eso puede ir dándose respuestas favorables y no saturar el sistema médico”.

 

Ni la ingenuidad de decir no pasa nada, ni tampoco estar en constantemente siendo bombardeado y poner los canales de noticias, las 24 horas, para ver cuántos muertos hay en el mundo.

Guala: “El estar excesivamente bombardeado ha sido muy estudiado. En el 9/11, el caso de las torres gemelas, las personas que han estado mayor cantidad de tiempo saturados por información, no solo no tuvieron una forma de protegerse sino por el contrario quedaron con mayor cantidad de pánico, al cabo de un tiempo sufrieron más depresión y más estrés traumático. Vale decir, comenzaron a tener problemas de insomnio, inestabilidad, de ansiedad, de angustia, y fueron atendidos por más tiempo o han quedado depresivos.

¿Qué ocurre? El tema que efectivamente nos lleva a pensar que es compleja, entre ellos es el tedio y el aburrimiento que el cerebro lo procesa de manera muy compleja. Cuando hacemos algo, hay una red del cerebro que hace algo, y cuando no estamos haciendo nada es el mismo cerebro pero con otra red que lleva a que si nos quedamos sin hacer nada, comenzamos con pensamientos reiterativos, comenzamos a preocuparnos, obviamente comenzamos a aburrirnos y eso lleva puntualmente a una modificación de generar mayores pensamientos negativos y tedio. Y qué ocurre, al cabo de un tiempo puede ir a dos áreas, o a quedarnos cada vez con menor reserva anímica o para cuando queramos reiniciar la actividad estar desmotivados y con anhedonia, que es cuando no disfrutamos de las cosas con las que antes disfrutábamos; con lo cual hay que tener una agenda, hay que tener preparados, hay que buscar de alguna forma en no caer ni en el aburrimiento ni en el pánico, ni tampoco en el optimismo”.

Finalmente, el neurocientífico se refirió a la situación epidemiológica y la dicotomía que se presenta entre salud y economía. En este contexto, Guala explicó: “Gabriel Leung, profesor de Salud Pública de la Escuela de Medicina de la Universidad de Hong Kong, advirtió en enero que pudiera resultar los primeros signos de un aviso epidemiológico pudieran terminar en pandemia; este profesor señala que para ir levantando la cuarentena debe haber un marco formal, debe estar basado en datos científicos y que resulta algo complejo. Vale decir que lo que dice Leung, la idea sería que no nos hagamos ilusiones que esto es rápido y sencillo, y estemos preparados para que en la cuarentena nos pongamos en claro que es más importante defender la vida y el único medio que tenemos hasta hoy, es justamente la herramienta de la cuarentena. De lo contrario, las epidemias y las pandemias pueden detenerse por la aparición de una vacuna que hasta aquí no hay visos que esto ocurra en poco tiempo, o sino probablemente más hacia el fin de año o a principios del año que viene. O la otra forma de detener una pandemia, es que se enferme una buena cantidad de personas y que efectivamente, esas personas lleguen a tener inmunidad o se mueran. Esto es algo catastrófico, efectivamente no podemos permitir que ocurra ese fenómeno, porque el número de muertes se incrementaría muchísimo y por otro lado moriría la gente más pobre, de menos recursos o las personas que están más enfermas o con mayor deterioro previo de la salud.

Así que por todos los medios, hay que tratar de comprender la cuarentena, hay que entender que efectivamente las personas están muy estresadas por apatía, desolación, aburrimiento; pero también es cierto que por motivos de preocupación, básicamente por factores económicos, pero debemos entender que si hay vida hay economía; sino hay vida, no hay economía”.

 

(*) Dr. Sergio Luis Guala: Neurocientífico. Tesis Doctoral especializada en Neurobiología. Pos-Doctorado en biología molecular. Magister con Tesis Doctoral especializada en Psiconeurobiología. Autor y Co-autor de diversos trabajos de investigación, libros y publicaciones científicas. Director Científico del Equipo de Neurobiología Clínica. Asesor para organismo oficiales en el ámbito Científico, Seguridad y Defensa. Miembro Post Doc de la Society for Neurocience.