Deporte

“Nunca me gustó figurar”

Frase que pinta de cuerpo y alama la humildad del viejo Palma. A la hora de reseñar, su gran recorrida en el deporte y en el pedestrismo lugareño.

  • 22/02/2015 • 00:00
Luis Palma, un atleta de alma.
Luis Palma, un atleta de alma.

Casi con tirabuzón y a regañadientes de su parte, logramos la extracción  necesaria de unas decenas de líneas que nos sirvan para la entrega periodística-deportiva y sabatina.
De este protagonista, de uno de los deportes más sano, como el atletismo.
Nacido bajo el sol abrasador que en verano derrite todo a su paso, en  Pineda, provincia de Chaco. 
Don Luis Fernando Palma nació hace un par de años
 
y de extracción laboral por demás sacrificada y de alto riesgo como la soldadura, de cuya profesión, con originalidad,  risueñamente se define como el “Mago de la soldadura”.
 
Vaya si eran tiempos difíciles esos, en donde no existían los adelantos y comodidades, que hoy provea los adelantos de la tecnología.
Todo en esta profesión como en cualquier otra se hacía en base al trabajo, constancia, arreglársela con lo que habría.
Y en eso, en comparación con el presente que nos toca vivir, corríamos bien desde atrás, en inevitable desventaja.
Pero además de interrumpir la tertulia familiar —estaba en plena merienda con la patrona— con el grado de comicidad que lo caracteriza, el viejo Palma chicanea en decirnos eso, cuando despuntaba como hombre de deporte y del fútbol que es -confeso hincha del ciclón- uno de sus pasatiempos preferidos: ver el balompié por la televisión. 
Paradójicamente, observando lo que era a las seis de la tarde del sábado, la ventaja parcial -que luego afirmaría en el final- el globo, es decir, Huracán 1 Arsenal 0. 
En el marco de la segunda fecha del torneo de fútbol de Primera división de treinta equipos.
 
Bueno no proteste Luis, estamos aquí, para en esta charla reconocer todo lo que hizo en términos de deporte y del atletismo, preferentemente, que sabemos que es bastante.
 
“Bueno no es para tanto.
Si bien es cierto que no solo competí aquí, sino  también en el interior. El mérito es colectivo de todos los que de una manera y otra, llevando a cabo una vida ordenada como la mía, se valoran aún más los objetivos logrados”.
 
Nos quedó pendiente la síntesis laboral suya, y la razón de su desembarco en Gallegos River, como  sentenciaría un conocido y vernáculo periodista riogalleguense.
 
“Tampoco es intensión mía hacer alharaca de todo eso. Mucha gente, al igual que yo, de distintos puntos del país, llegó amasando, proyectando un bienestar y progreso laboral. 
Sería por allá en diciembre de 1960, que de mi querido Pineda natal, en la provincia del Chaco, que eché raíces en esta bendita provincia que me dio absolutamente todo.
Una maravillosa familia y eso no es moco de pavo. 
Río Turbio fue el puntapié inicial de mi trabajo como metalúrgico, en una empresa de nombre Escoda. 
Posteriormente, y en el sentido laboral de la expresión, Río Gallegos fue la segunda estación de mi recorrido y aquí estamos, con salud que es lo principal y muy felices por cierto.
 
  Pero se sabe de su  actividad deportiva de esos años, un paso importante en el fútbol local.
 
“Sí en el querido y desaparecido Los Andes, con todo lo que representa para la familia Lafuente. Me refiero concretamente a Don Ramón, que por mucho tiempo dirigió los destinos de la Liga de Fútbol local.
Posteriormente, fue el turno en el fútbol de los barrios de Mataderos”.
 
Y de qué jugaba Don Luis?
“De defensor. Un poco recio, pero sin mal intención.
Primero te hachaba, inmediatamente te pedía disculpas, sin risas”.
 
Impresiona la cantidad de trofeos que tiene,
“Los viste —a manera de consulta responde.
Cada uno de ellos, si bien tiene tal vez, por la  justa deportiva de la ocasión, el significado de la victoria.
Y que en función de esta disciplina, vamos dejando una huella”.
 
La sonrisa amplia y dicharachera del viejo Palma, por unos momentos tiende a desaparecer, cuando invocamos nombres y apellidos de algunos -aunque a él, le fastidie reconocer- en pista o fuera de la misma, han sido pares del chaqueño.
 
“Yo hablo de mi trayectoria y de todo lo que contiene esa palabra
de los que nombras vos, deberías hacerle una nota a ellos”. 
 
Bueno, que mala onda viejo -risas— no veo qué tiene de malo invocar a Domingo Casas, Hipólito Ramos, o al siempre vigente, a pesar de su edad y de sus achaques, como el querido Jovino Pacheco.
 
“Ni una palabra más, entendido”?
 
De acuerdo, hablemos de  algo que a usted por un lado le genera satisfacción y por otro fastidio. La mentada y nunca finalizada pista de atletismo.
 
“En primer lugar, que responsabilizo al gobernador Peralta por la mala administración de los fondos cedidos por la Presidenta. 
 Que se desconoce su destino final, porque esa fantochada que se hizo en la zona de los ex terrenos de la Marina, cuyos trabajos incumplieron el plazo de ejecución de obra y se terminó pidiendo escupidera a los puntarenenses para las competencias, afines a esa edición de los Juegos de la Araucanía.
Mirá no me hagas hablar,  porque no dejo títere sin cabeza”.
 
Mucho mejor, se encaró la construcción de la de ustedes, es decir, la de la Asociación de Atletas Mayores.
 
“Que también quedó en vernos. Pero, al menos tenemos estos planos que te muestro en estos momentos.
Cuarenta y ocho mil kilómetros cuadrados. 
Casi nada, que mediante decreto municipal nos cedieron a mediados del 2001.
Y recién en el 2011 se hizo lo que se pudo.
Toda la ingeniería en planos y demás yerbas ha sido hecha por gente rudita en la materia.
Resta el alambrado olímpico, entre una serie de faltantes”.
 
Usted fue uno de los mentores de la Asociación de Atletas Mayores.
 
“De alguno manera sí.
Nace en 1996 y su primer presidente fue un amigo,
Juan Castagnino, en la  actualidad radicado en Bahía Blanca”.
 
En qué se diferencia del círculo de atletas veteranos, que supo tener como mandamás, a Domingo Casas.
 
“En que surgen cuando estando en la asociación deciden hacer rancho aparte -tendrían sus motivos— pero eran un sello nada más”. 
 
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