Los problemas de crianza: “Hijos perturbadores, negativistas y desafiantes”

El próximo jueves 17 de mayo a partir de las 19:30, el destacado Licenciado en psicología, Fernando Osorio, llevará adelante la conferencia denominada "Hijos perturbadores, negativistas y desafiantes", en el SUM del Colegio Salesiano, ubicado en Fagnano 142. La propuesta está destinada a padres y maestros como así también al resto de la comunidad. Quienes estén interesados en ser parte de la actividad, organizada por OSDE Filial Santa Cruz, deberán inscribirse en Av. San Martín 445 o a través del mail fundació[email protected]. En diálogo con TiempoSur, el disertante anticipa algunos aspectos relevantes de la temática que desarrollará y sus puntos de vista en relación a la infancia y adolescencia. 

¿De qué se trata la propuesta que desarrollará Río Gallegos?

-Mi conferencia tiene como objetivo ofrecer un espacio de reflexión para pensar un problema muy actual. La conducta perturbadora, negativista y desafiante que desarrollan muchos niños y adolescentes se puede transformar en una verdadera enfermedad mental si no recibe ningún tipo de límite por parte de los adultos responsables de la crianza. Quiero decir que puede ser esperable que un niño muestre una conducta desafiante, pero del mismo modo es esperable que el adulto (padre o maestro) regule esa conducta y no permita que se desarrolle libremente. La propuesta no es sólo exponer aspectos clínicos de esta problemática y sus características, sino que mi idea es poder explicar cuáles son los síntomas más visibles para poder detectarla, tanto en la familia como en la escuela. Esto me permite ofrecer algunas estrategias de intervención puntual como para determinar si está o no en manos de los padres poder resolverla o requieren una intervención profesional.

¿Cómo se originó la idea de trabajar en torno a la temática?

-Desde hace muchos años Fundación OSDE me convoca para disertar, a lo largo de todo el país, sobre diversas problemáticas que están vinculadas a la prevención en salud mental. Me he especializado a lo largo de treinta años en el trabajo clínico con niños, adolescentes y sus familias.  Trabajo desde hace mucho tiempo con menores en conflicto con la ley penal y sus padres.  Mi área de trabajo clínico es el abordaje psicoterapéutico con niños y adolescentes con problemas de conducta.  Esto abarca alteraciones del comportamiento, problemas de adaptación, trastornos del estado de ánimo, depresión, intentos de suicidio y autolesiones; trastornos de la identidad sexual; entre otras muchas problemáticas. Otra área de trabajo muy intensa que vengo investigando, para asesorar a las organizaciones escolares, es lo vinculado a la problemática del bullying y otros tipos de acoso y violencia entre alumnos.

¿Por qué centró su atención y estudios en la infancia y adolescencia?

-Dado que el origen de muchas de estas problemáticas se produce por las modalidades de crianza, además de los componentes hereditarios o metabólicos, me interesó desde siempre poder acompañar a padres y docentes en la detección e intervención de estos trastornos tan específicos. Me resultó siempre muy interesante poder detectar por ejemplo cuándo un simple berrinche se transforma en un trastorno disruptivo del estado de ánimo; o cuándo un simple cuadro de falta de atención en la escuela se transforma en un trastorno de déficit de la atención; o cuándo una experiencia transitoria con un tóxico se transforma en una toxicomanía; o cómo una duda respecto a la sexualidad se transforma en un trastorno de la identidad sexual. La investigación de cómo se produce el tránsito de una simple experiencia hacia una enfermedad mental específica fue siempre el mayor desafío clínico para mí. Este desafío lo sostengo desde hace más de treinta años.

¿Las nuevas tecnologías y la influencia de las redes sociales causan problemas de crianza?  ¿Cuál es su visión al respecto?

-Sin duda las redes sociales y todo el abuso y desmanejo de la tecnología que hay en la actualidad han tenido una influencia negativa en el desarrollo emocional de muchos niños y adolescentes. Pero corresponde decir que se trata de una influencia que pudo desarrollarse sólo en los casos dónde no hubo adultos responsables (padres y docentes) que acompañaran este proceso. No es en sí mismo el recurso tecnológico lo que genera una influencia negativa sino el contexto en el que se desarrolla dicha experiencia.  No hay que suponer, de antemano, que los niños y los adolescentes van a saber manejarse correctamente con la tecnología.  Y no me refiero al manejo que los nativos digitales tienen del software o del hardware (pues eso lo manejan mejor que nosotros los inmigrantes digitales). Los padres deben intervenir del mismo modo que lo hacen cuando los chicos salen a la calle y comienzan a tener una vida en la que intervienen otros, que no los padres ni los familiares cercanos. Todas las recomendaciones de cuidado, atención y protección que les damos durante la crianza es para que logren una autonomía responsable al entrar en contacto con la vida social y la calle. Eso les permite cuidarse y estar advertidos de los peligros a los que están expuestos (reales o potenciales). Las redes sociales e internet son la calle y la sociedad metidas dentro de un aparato y dentro de la casa de cada uno. Requieren los mismos cuidados.

Del disertante

Fernando Osorio es psicólogo egresado de la Universidad Nacional de Buenos Aires, Argentina. Especializado en clínica con niños y adolescentes. Desde hace más de treinta años trabaja con menores en conflicto con la ley penal y con jóvenes con problemas de conducta y sus familias. Es analista institucional de organización escolares, de los tres niveles. Dirige capacitaciones docentes, presenciales y a distancia, sobre la problemática vincular entre alumnos, docentes y padres. Diseño un espacio web de consultas para padres y docentes: www.fosorio.com.ar. Tiene más de una docena de libros publicados. Su último libro es en formato digital y se titula: “Estados Alterados. De la Salud a la Enfermedad Mental”, y se puede consultar en www.fosorio.com.ar.