De docente a jubilarse e impulsar un “Centro de Astronomía Amateur”

Sergio Marcelo Gesto. Es un nombre, y hombre, que resalta en la educación técnica de Santa Cruz, principalmente en el Industrial N°4 José Menéndez. No sólo por haber enseñado durante 25 años –de los 37 en total que recorrió como profesor- en dicha institución, sino también por su enseñanza y personalidad.
En esta oportunidad, TiempoSur habló con él sobre un proyecto que lleva adelante, quizás poco común aquí en la provincia y que tiene que ver con la Astronomía. El docente –jubilado- contó de qué se trata y cómo en su momento trabajó el tema con sus alumnos. A pesar de alejarse de las aulas, su iniciativa lo vuelve a ligar con la educación. Quizás, indirectamente, pero para él, el aula es su lugar.
“Centro de Astronomía Amateur” se denomina la iniciativa de Gesto, la cual busca llevar adelante de forma amateur, para realizar estudios básicos con posicionamiento y seguimiento automatizado. Esto implica el aprendizaje de cuestiones astronómicas básicas y ya algunas de carácter semi/avanzado.
El objetivo específico a futuro es poner al servicio de instituciones educativas en proyectos, los conocimientos y equipamiento.
Tiempo atrás, el docente pensó en hacer un observatorio elevado en su casa que le diera la posibilidad de dedicarle más tiempo, contó, pero es muy complicado. Y es por esto que comenzó su proyecto.

Observatorio móvil al servicio educativo
“Hace 25 años que vivo acá –Río Gallegos-. Siempre me gustó hacer cosas que los  chicos después pudieran relacionar con las materias, o no”, expuso Gesto. 
Ha hecho varias “locuras” como construir una canoa a mano y con la misma hizo la bajada del Río Turbio al Río Gallegos junto a su hija. “¿Con qué sentido?” preguntó, respondiendo convencidamente: “Demostrarles a los chicos que sí se podía. Si yo lo hacía ellos también. Si uno se queda cruzado de brazos esperando, no pasa nada. Entonces hay que buscar iniciativas”.
Sobre sus inicios en la astronomía, indicó que siempre le gustó. Primero pensó presentarlo en el Industrial N°4, pero por cuestiones personales no lo hizo y luego se jubiló. Fue así que “empecé a armarlo. La idea es construir una especie de observatorio móvil que se pueda desarmar y llevar”. 
Cuenta con equipamiento y va adquiriendo más, sobre todo para la parte de fotografía y “la idea es, aunque sea en forma gratuita, viajar por ejemplo a Lago Posadas, Jaramillo, donde sea que haya una escuela que no tenga tanto contacto con estas cosas, y poder mostrarles a los chicos”.
Entiende que a medida que uno va creciendo se va estabilizando un poco más, puede comprar equipos, los cuales son costos. “Si le decía a mi papá que me comprara un telescopio era imposible. Me compró un microscopio para incentivarme”, recordó entre risas. 
El docente busca de a poco ir haciendo quizás las cosas que dejó en el tintero por tiempo, por dinero, o por las dos cosas. Siempre ha querido hacer diversos trabajos pero algunos quedaron truncos de forma injusta, consideró. 
“Yo estoy seguro, de que estoy haciendo todo esto por el lado psicológico de alguna manera seguir estudiando, porque hay que hacerlo muchísimo para estás cosas –en referencia a la astronomía-, y aparte hay infinidades, nadie puede saber todo; y por otro lado soy consciente que inconscientemente me estoy empujando a hacer algo para los chicos”.
Consultado por cómo ve el futuro del proyecto, sostuvo que no le importa que deba estudiar ni que le demande mucho trabajo, pero lamentablemente cuesta mucho dinero. 
Actualmente, Sergio tiene contacto con la Asociación Argentina Amigos de la Astronomía y con gente que se dedica a esto, entonces le están enseñando cómo fotografiar bien por ejemplo, porque “no es lo mismo sacar una foto a través del telescopio que una del paisaje”.
En esta línea, sostuvo que a los mismos les llamó mucho la atención porque seguramente hay gente que quizás también se dedique a la astronomía, pero tal vez lo hacen para mirar y nada más. No cree que sea el único aquí, pero no tienen registrado que haya otro aficionado a la astronomía que sea de acá.

Su paso por el Industrial
“Soy una piedra más del Industrial” dijo Sergio, quien define sus años de trabajo allí como el mejor cargo que tuvo, no por el colegio sino por el reconocimiento de los chicos. 
“Yo daba materias técnicas pero además matemáticas y física. No eran las bonitas. Y nunca tuve problemas. Y ojo, conmigo no era fácil, no es que todos aprobaban. Se la llevaban y después tenían que laburar mucho. Tengo uno, él sabe de quién hablo, que tiene el record de rendir siete veces la materia” explayó.
Dijo que con él era difícil pero sin embargo se siente reconocido. “Siempre quise mucho a los alumnos. Ellos sabían que les hacía chistes y bromas pero sabían hasta dónde llegar”, agregó. 
Habiendo pasado cuatro meses aproximadamente de su jubilación, extraña el aula y los chicos: “Mi costumbre era despertarme temprano a la mañana pensando qué materias tengo hoy y ver si tenía que preparar algo. Y hay mañanas que me pasa eso, me pregunto qué materias tenía. Si extraño, pero el sistema me agotó”.

La peor discriminación es la autodiscriminación

Ya finalizando, envió un mensaje a los jóvenes y el futuro que tienen por delante. “La peor discriminación es la autodiscriminación. Cuando uno dice, consciente o inconscientemente, que no puede hacer tal cosa es la peor discriminación porque te bloquea. Entonces, que los chicos no se autodiscriminen. Que hagan. ¿Qué? No sé. A lo mejor no vas a inventar nada, pero deben hacerlo”.
Por último, en referencia a su trayectoria docente plasmó: “Yo tengo una gran alegría. Puedo decir que trabajé de lo que a mí me gustaba. ¿Gané mucha plata? No. ¿Me hice rico? No. Pero trabajé de lo que me gustaba. Por supuesto que hay gente que llegó más alto. Por mi lado, yo me siento realizado”, sentenció.