Historia de vida

Una jubilación llena de amor

Se trata de Juana Vargas Maldonado, la primera vecina de Río Gallegos en jubilarse luego de poder completar sus años de aportes por el cuidado de sus hijos. Un caso testigo de muchas mujeres que lo merecen con creces.

  • 05/08/2021 • 10:15
Juana se jubiló y más que merecido lo tiene.
Juana se jubiló y más que merecido lo tiene.

Desde el lunes, ANSES atiende a las mamás argentinas para reconocerles el trabajo que han dedicado a la crianza de sus hijos e hijas como años de aportes para que puedan jubilarse.

La iniciativa generó debate, pero no resiste discusión al momento de conocer historias como la de Juana Vargas Maldonado, la primera vecina de Río Gallegos en jubilarse gracias al programa de Reconocimiento de aportes por tareas de cuidado de ANSES.

La jornada fue tan especial para ella como para su familia y particularmente sus hijos, quienes salieron en su defensa luego de comentarios que se generaron en redes sociales tras la novedad.

El escenario de esos comentarios fue justamente la red social Facebook y en el perfil de “Mensajes Río Gallegos”, gestionada por el vecino David Catrihuala, con muchos seguidores.

Allí, él planteó el tema indicando: “Algunos dicen que no aportó. ¿Se piensan que cuando compraba harina para hacer el pan no la pagaba con impuestos incluidos? ¿Creen que cuando prendía la hornalla para cocinarle a su familia no pagaba el gas? ¿Que cuando encendía la luz para despertar a sus hijos para la escuela no pagaba la luz?

Toda su vida aportó, no se le regala nada. ¿Los jubilados y pensionados que aportaron por un empleo formal deben cobrar más? Sí, siempre pero eso no depende de Doña Juana y lo que ella empiece a percibir de ahora en más”.

Luego agregó: “En este caso si no está el Estado, no hay nadie atrás. Algunos le dicen inclusión, otros igualdad, se llama amor.

Yo a Doña Juana no la conozco pero la defiendo y me pone feliz el reconocimiento para con ella y su labor de tantos años”.


SE LO MERECE

Claro que luego de la publicación de ANSES y el perfil ya mencionado, no faltaron quienes cuestionaron la posibilidad que Juana y tantas otras mujeres se ganaron.

Y eso motivó la intervención de una de las hijas de Juana, que también accionó mediante la red social, en una situación que hoy ya es cotidiana en la ciudad y en el mundo.

Ella indicó: “¡Hola! ¡Yo soy hija de la señora Juana! ¡Me encantó lo que publicó usted! Sin embargo me duelen muchísimo esos comentarios. Mi mamá se vino a Río Gallegos desde los 16 años, conoció a mi papá a esa edad y nunca le dieron la oportunidad de poder estudiar, siempre la discriminaron por ser chilena”. Luego contó que sus padres levantaron “ladrillo por ladrillo su casa”, haciendo changas.
“Mi papá se recibió de mecánico automotor, él como monotributista, pagando todos los impuestos al día, jamás se le llegó a vencer algún impuesto. ¡Todos sus papeles en regla! Cuando por fin mi viejita consiguió un trabajo para ayudarle a él, fue en el gimnasio CePARD y entró a laburar en una cooperativa de limpieza”, relató.
Ella valoró y destacó que sus padres “jamás pidieron nada” y que aun habiendo tenido tantos hijos solitos salieron adelante.
 

NADA FÁCIL

En la continuidad del relato, se conocieron momentos muy difíciles para Juana y su familia, siempre de la propia hija, quien detalló:

“Mi mamá trabajó nueve meses ahí, pero un día mi papá dejó a mi hermanito más chico (tenía 13 años) cuidando el taller, estaban mis hermanitos, Gise de 9 y Martín de 5 años, en la casa, ubicada justo al lado del taller. Mi papá fue a dejar a mi mamá a su trabajo y en ese momento el taller se prendió fuego. Mi hermanito salió ileso, se quemaron 3 autos que estaban para arreglos y se quemó parte de la casa de mis viejitos. ¡Eso salió en los diarios!”

Ella contó que en ese entonces su mamá nunca más volvió a trabajar para poder criar a sus hijos.

“Entonces, sé que hay gente que habla sin sentido, pero la pucha que impotencia me da. ¡Ella recibió la noticia de que se jubiló! Ella y mi viejito se abrazaron y lloraron los dos. Mi papá tiene diabetes y ahora dice que por fin puede morirse en paz, porque al menos a su viejita algo le va a quedar", finalizó la hija, testigo de una jubilación más que merecida, dejando claro que pasar parte de una vida cuidando hijos para su bienestar también es un trabajo. ¡Felicitaciones, Juana!