Conservación

Un biólogo chubutense fue nominado al premio Indianapolis Prize

La misma se debe a su incansable labor de conservación de los pingüinos, una especie que en la actualidad se encuentra en peligro de extinción.

  • 06/03/2023 • 11:20

Pablo Borboroglu forma parte de la terna –junto con otros aspirantes de todas partes del mundo- para ser galardonado con el premio “Indianapolis Prize”, el cual es otorgado por el Zoológico de Indianápolis a aquellas personas que realicen contribuciones extraordinarias a los esfuerzos de conservación que afectan a una o más especies de animales.

Borboroglu fundó, junto a su esposa, la Global Penguin Society –la cual fue premiada por el premio Rolex- a través de la cual salva a pingüinos cuya especie se encuentra en peligro de extinción.

En este sentido, el biólogo oriundo de Puerto Madryn dialogó con el programa de radio La Parada, el cual se emite por Tiempo FM 97.5, y se refirió a su nominación a uno de los premios sobre la conservación, más importantes del mundo: “Estoy muy feliz por llegar a esta instancia. Este es un proceso que viene desde hace más de un año en donde había más de 60 nominados y donde había un jurado de 9 personas que hizo esta selección de seis finalistas –que es lo que se anunció la semana pasada- y ahora hay otro jurado que decide quién es el ganador, lo cual se va a anunciar el día 16 de marzo”.

Los finalistas que participan en la terna junto con Pablo para ser los ganadores del Indianápolis Prize, pertenecen a los países de Alemania, Estados Unidos, Uganda, Canadá y África: “Es la primera vez que Argentina entra en una final, por lo que es una doble alegría”, destacó el biólogo.

Pablo dedica su trabajo a la conservación de los pingüinos ya que, de las 18 especies existentes en todo el mundo, 14 se encuentran en peligro de extinción: “Soy doctor en biología marina, pero trabajo en aves marinas en áreas protegidas, pero estoy especializado en pingüinos hace ya 30 años. Todos los finalistas hemos dedicado toda nuestra vida a la conservación de nuestras especies y de sus ambientes”, añadió.

Al rememorar un poco los inicios de su arduo trabajo de conservación, Pedro explicó que “al proteger a los pingüinos, proteges ambientes muy amplios y beneficias a muchas otras especies que conviven con los pingüinos”, remarcó.

Al ser consultado por este medio acerca de cómo influye el impacto del cambio climático en la evolución de la especie, el biólogo señaló que “lo que está pasando –que se está reportando en distintos puntos del mundo- es que al pingüino se le acumulan amenazas (tanto en tierra como en el océano) y el cambio climático tiene un efecto tanto en el océano como en la tierra. En el océano en general, cambia la distribución de la comida y el cambio climático rompió ese patrón por lo que tienen que ir más lejos y tardan más en volver, afectando la supervivencia de los pichones. Por otro lado, en la tierra hay muchas más olas de calor – ya que el cambio climático aumento la frecuencia y la intensidad de las olas de calor- y hay una temperatura letal”, añadió.

Por ejemplo, en uno de los reservorios de pingüinos más grande de la Patagonia, Punta Tombo, murieron más de 300 pingüinos como consecuencia de las altas temperaturas: “El cambio climático también gatilla los incendios forestales que son un problema, porque los pingüinos al parecer no reconocen el fuego como una amenaza –ya que en sus hábitats nunca hubo fuego- y se quedan en sus nidos hasta que se queman”, remarcó.

 

Para finalizar, Borboroglú se refirió al que él considera como su mayor aporte para la preservación del pingüino y expresó que “trabajo mucho para la ciencia útil. Yo creo que el aporte más grande es lo que quede después de que yo no esté más en el planeta, y son las creaciones de áreas marinas. Son cosas que están fijas y están beneficiando y generando oportunidades económicas, ya que la conservación genera oportunidades de ecoturismo que generan divisas para las economías regionales”, concluyó.