Por qué mueren los cisnes

Tal como publicáramos en nuestra edición impresa anterior, un importante número de cisnes cuello negro muertos sobre un sector de la bahía que limita con la costanera de Calafate, despertaba la atención de los transeúntes que suelen recorrer la zona de manera recreativa.

El lugar donde se podían observar estas especies, está ubicado específicamente al 3000 – 3300 de la Av. Néstor Carlos Kirchner, justamente entre esta arteria y lo que es el campo de doma y jineteada de esta localidad. Ante este panorama, nuestro medio alertó a áreas municipales de Calafate, integrantes del centro de interpretación Laguna Nímez e incluso funcionarios del área de flora y fauna del CAP, desde donde en el día de ayer se comunicaron con TiempoSur para brindar detalles e informar sobre la intervención realizada en el lugar.

En primer término, Alicia Helling, veterinaria de la Delegación Calafate del Consejo Agrario provincial, se refirió al trabajo realizado en la zona. “Hemos logrado levantar de la zona un total de 9 ejemplares, todos en distintos estadíos de descomposición”, advirtió la funcionaria para aclarar que, en la actualidad, debido a la merma en el personal, los recorridos no son habituales, justamente motivo por el cual no habían dado con la presencia de los animales muertos. En este contexto confirmó que ninguno de los ejemplares está en condiciones para ser utilizado en una necropsia y así determinar el motivo del deceso, aunque afirmó que “de igual manera estaremos en la búsqueda de un ejemplar que nos permita hacer una serie de estudios y definir las causales de la muerte”. Vale la pena mencionar que en esta ocasión solo fueron recuperados aquellos ejemplares que presentaron un fácil acceso. Para el retiro de los cuerpos que aún se encuentran en el lugar, necesitarán asistencia de otras áreas, e incluso botes.

En otro tramo de la nota, se refirió a los antecedentes que también mencionábamos en la educación de ayer. En abril del 2019 desde la Reserva Natural Laguna Nímez, informaron del hallazgo de sesenta cisnes de cuello negro muertos. Según la profesional hace dos años se logró realizar una serie de estudios a las especies para lograr determinar si existía alguna bacteria en el alimento que originase la muerte en esta especie, pero finalmente ante la pérdida del muestreo y la posterior pandemia, el trabajo quedó obsoleto. En este caso, la veterinaria confirmó a nuestro medio que desarrollarán un control más pormenorizado de la zona a los fines de poder evaluar la conducta de los cisnes que quedan en el hábitat y así encontrar un ejemplar que permita el estudio.