Diócesis de Río Gallegos

Obispo: "Preocupa la falta de trabajo y los padres me dicen que los chicos no van a la escuela"

En el 60° Aniversario de la Monseñor Diócesis de Río Gallegos, Jorge García Cuerva señaló que en pandemia hay esperanza por las vacunas, porque "la gente se quiere vacunar, todos nos queremos vacunar y todos estamos esperando nuestro turno". Pero además insistió en los actos individuales "que tienen consecuencias sociales".

  • 11/04/2021 • 09:26
El Obispo en la misa celebrada ayer en la Catedral. (Foto:C.G)
El Obispo en la misa celebrada ayer en la Catedral. (Foto:C.G)

Ayer la Diócesis de Río Gallegos celebró su 60 aniversario. El viernes el Papa Francisco envió un mensaje grabado para todos los feligreses y ayer hubo una misa en la Catedral.

"Estamos celebrando por un lado, tantos que fueron testigos del Evangelio en esta Patagonia. Agradeciendo por su vida, la vida de los Obispos, de los curas, de tantos laicos, religiosos y religiosas. Y por otro lado nos animamos a lanzarnos al futuro con esta consigna que pensé en este año, que es el año San José, que es con San José una Iglesia que sueña, con los pies en la tierra", sostuvo el Obispo a TiempoSur.

Justamente "esta idea", recordó, es la que retomó el Papa Francisco con el mensaje que envió a la Diócesis.

-TS: Esta fecha encuentra a la Diócesis en un contexto muy complicado en el mundo y el país.

Obispo: Justamente el Papa decía en el mensaje que podemos pasar por muchísimas calamidades, muchísimas desgracias, pero que si soñamos, seguimos siendo un pueblo vivo. Por eso en un contexto tan complicado como el que estamos viviendo, creo que hay que animarse a soñar, a tener la esperanza bien arriba, porque es un signo de que todavía estamos vivos. No podemos permitirnos caer.

¿Qué le dicen los sacerdotes de otras localidades por este contexto de pandemia?

Todos los sacerdotes están compenetrados con sus distintas localidades, en ver cómo acompañar desde la evangelización, desde la caridad, la catequesis. Pero los curas no son la iglesia, la iglesia somos todos, el pueblo de Dios. Estamos todos viendo de qué manera adaptarnos en este tiempo tan complicado y de qué manera llevar adelante el anuncio del evangelio. 

La semana pasada estuve en Puerto San Julián, Caleta Oliva, en las distintas capillas, sus distintos barrios, y la gente realmente más allá de las dificultades, sigue adelante. Lo que más preocupa es la falta de trabajo, y otra cosa que preocupa, es que los padres me dicen que los chicos no van a la escuela. Son distintas las problemáticas que la gente comparte, pero vuelvo a insistir: gracias a Dios veo que la gente sigue con esperanzas, y que de esta vamos a salir. 

-Más allá de ese optimismo, ¿denota en el  miedo e incertidumbre?

Sí, me parece que hay tres cosas. Por un lado hay un horizonte de esperanza, que es la vacuna. La gente se quiere vacunar, todos nos queremos vacunar y todos estamos esperando nuestro turno. Eso primero, y ahí está puesta la esperanza. Lo segundo, todos insistimos que mis actos individuales, tienen consecuencias sociales. Por lo tanto, lo que haga o deje de hacer, tiene consecuencias en los demás. Por eso, insistimos en las comunidades en cumplir los protocolos sanitarios, el uso del barbijo, el uso del alcohol, que las Parroquias no pueden ocupar más que una determinada superficie. Eso para nosotros es clave. Y lo tercero, que también es clave, es cómo hacer uso de los medios de comunicación y de las redes sociales para seguir transmitiendo la fe. Sabemos que hoy no es momento para juntarnos, pero el aislamiento o distanciamiento no significa que nos cortemos solos. Sino que el aislamiento o distanciamiento, nos tiene que hacer buscar maneras creativas de seguir reuniéndonos.

-La pobreza llegó al 42% en Argentina, y en Río Gallegos hay por lo menos 40 mil personas pobres.

En mis homilías pasadas yo planteaba que estábamos viviendo tres pandemias colectivas: la del COVID; la pandemia de las emociones, porque todos estamos atravesados por angustia e incertidumbre, desesperanza; y la tercera, una pandemia social con 42% de pobreza que nos debe dar un dolor profundo a todos.

    

MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO 

 “Por la pandemia no vamos a poder hacer actos grandiosos o salir a la calle, hacerse notar como Iglesia. Pero hay una propuesta que nuestro obispo hizo en la carta pastoral. Una Iglesia que sueña con los pies en la tierra. Soñar es una aventura del hombre, es una aventura que nos da vida y San José soñó, con iluminar el camino. Un pueblo que deja de soñar está sepultado”.