Mató de un escopetazo en la cara a un cartonero: investigan si fue una venganza por un robo anterior

Miguel Bartolomé Cajal, de 74 años, fue imputado por el delito de homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego en calidad de autor.

En tanto, la defensa pidió que le otorguen arresto domiciliario al argumentar que el acusado padece de insuficiencia renal.

Al formalizar los cargos, el auxiliar de fiscal, Juan Pablo Godoy, sostuvo: "El imputado, al advertir que la víctima venía en un carro, lo aborda con un arma de fuego cuando se encontraba desprevenida y desarmada, a plena luz del día junto a su esposa y su hijo menor".

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"No midió las consecuencias y que venía con una criatura. Pido que se haga Justicia más allá de la edad que pueda tener y que esté preso en una prisión como corresponde”, expresó.

Y añadió: "Si bien se puso a disposición de la Justicia, dos horas después, la primera actitud fue cambiarse la ropa y, para ello, fue necesario un allanamiento. En este punto hubo un entorpecimiento de la investigación".

Finalmente, el juez actuante hizo lugar al pedido del Ministerio Público Fiscal para la prisión preventiva por 60 días y ordenó que, hasta se corrobore la edad y su problema de salud, Cajal permanecerá detenido en la comisaría.

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El asesinato

El pasado sábado al mediodía Santiago Melián, de 28 años, conducía un carro de tracción por San Miguel de Tucumán cuando lo interceptó Cajal y le disparó con una escopeta en la cabeza.

El joven murió de forma instantánea y el agresor se metió en su vivienda, tal como quedó registrado en cámaras de la zona.

"Melián es un chico con muchos antecedentes y que según lo que se obtuvo de las primeras declaraciones de testigos, el móvil podría ser el robo de la moto de Cajal, unos días atrás", dijo un investigador del caso citado por el diario La Voz.

Al parecer, Cajal vinculó a Melián con ese asalto y por eso decidió vengarse.