Desmanicomialización

"El encierro no cura, la vida en comunidad sí"

En Argentina, se lleva a cabo un movimiento dedicado a erradicar los estigmas que acarrean las enfermedades mentales.

  • 17/01/2023 • 18:34

Desde hace algunos años, se originó en el país un movimiento que busca, a través de la concientización, exigir al Estado Nacional que se cumpla correctamente la Ley Nacional de Salud Mental y los tratados internacionales.

 

Sin embargo, no hace mucho tiempo, las personas que debían atravesar alguna enfermedad mental eran expuestas a violaciones sistemáticas de sus derechos humanos, siendo inhumanamente privados de su libertad con, inclusive, tratamientos moralmente cuestionables que agravaban aún más sus padecimientos mentales.

 

Hoy en día, y a más de 10 años de la aprobación e implementación de la Ley de Salud Mental, el Estado continúa teniendo a las instituciones monovalentes como principales respuestas a los padecimientos mentales y, además, destina la mayor parte de sus recursos presupuestarios a la prolongación de los manicomios al mismo tiempo que reduce los fondos asignados a la promoción de la salud mental comunitaria.

Desmanicomialización | IDEP SALUD

“Por muchos siglos, la respuesta que tenía el Estado y las instituciones ante aquellas personas que atravesaban un padecimiento mental era el manicomio, lo que uno conoce también como el “neuropsiquiátrico”, esos hospitales monovalentes que –históricamente- fueron la única respuesta que las familias y personas que atravesaban un padecimiento mental tenían, con la idea esta de que la mejor manera era aislarlos y “encerrar la locura”, explicó a TiempoSur el acompañante terapéutico e integrante de “Ovillo Terapéutico”, Alfredo Jaramillo.

 

“En Argentina, hace más de 10 años, tenemos una Ley de Salud Mental que es la N°26. 657 que lo que plantea es un trato basado en los Derechos Humanos para aquellas personas que transitan un padecimiento, como lo son los tratamientos más comunitarios –que las personas no transiten su tratamiento dentro de un manicomio y puedan vivir en comunidad a través de figuras de apoyo- al igual que las personas que requieran una internación por motivos de salud mental lo puedan hacer en un hospital, planteando la desaparición de lo que uno conoce como neuropsiquiátrico u hospitales monovalentes”, agregó Jaramillo.

 

Alfredo –al igual que la comunidad que se encuentra dedicada la salud mental- consideran que la desmanicomialización acarrea consigo una serie de beneficios tales como reducir los estigmas que tienen “para las familias y las personas una internación por motivo de salud mental”, destacó.

En la actualidad, existen varias instituciones de salud mental que continúan funcionando como manicomios “tradicionales”: “Ya tendría que estar extinta esta figura del manicomio pero, aún hoy, continúa habiendo -con diferentes variaciones y una intervención más comunitaria o con casas de medio camino- estos dispositivos”, añadió.

 

Jaramillo señala que el desmanicomializar no sólo trata de desarmar aquellas instituciones dedicadas al incorrecto manejo de los padecimientos mentales, sino que también se refiere a “los pensamientos. A veces hay mucho desconocimiento y, muchos de nosotros, seguimos sosteniendo que aquellas personas que atraviesan un padecimiento mental deberían estar internadas o encerradas porque son “peligrosas” y esa idea de la peligrosidad vinculada al padecimiento que no lo es –o al menos en la mayoría de los casos- y si lo es, se trata de casos particulares. Hay que desmanicomializar los pensamientos y luego crear instituciones de puertas abiertas y en la comunidad”, remarcó el integrante de Ovillo Terapéutico.

 

desmanicomialización Archivos - Redbioética/UNESCO

Para finalizar, Alfredo se refirió al reciente fallecimiento de un miembro de nuestra comunidad, un reconocido “personaje” que poseía una enfermedad mental y quien dejó en evidencia –tras su muerte- la visión y el tratamiento que le damos a las personas de la ciudad que padecen enfermedades mentales: “Mauricio fue como otras personas tales como “Quique”. En la historia de Río Gallegos son personas que terminan siendo “personajes” para la comunidad y que, en ellos, se refleja el desconocimiento y el temor sobre ellos. La época más dura de Mauricio fue cuando no recibió un tratamiento adecuado. Mauricio era un paciente ambulatorio que se encontraba en un dispositivo convivencial en donde ya no transitaba tanto el Centro de Salud Mental. La lucha más fuerte que tienen las personas es el desconocimiento y el estigma, lo más duro es la mirada del otro”, concluyó.