Memoria, Verdad y Justicia

“Democracia y derechos humanos van de la mano, juntos e inseparables”

“La dictadura cambió para siempre la vida de nuestro país, de nuestra sociedad”, dijo Roberto Cipriano García, secretario de la  Comisión por la Memoria en Buenos Aires en Tiempo FM . “La  democracia tiene grandes desafíos pendientes y uno es generar igualdad para toda la comunidad”, reflexionó.      

  • 21/03/2023 • 21:08
 Roberto Cipriano García, secretario de la  Comisión por la Memoria en Buenos Aires.
Roberto Cipriano García, secretario de la  Comisión por la Memoria en Buenos Aires.

Así lo dijo en Cambalache que se emite por Tiempo FM 97.5, Roberto Cipriano García, secretario de la  Comisión por la Memoria en Buenos Aires, quien además trabajó y dirigió el Comité contra la Tortura entre los años 2005 y 2013 y participó de inspecciones en más de 100 lugares de encierro, promoviendo denuncias judiciales y públicas sobre las violaciones de derechos humanos que suceden en las instituciones de detención de la República Argentina.

El diálogo se da en el marco del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia que  conmemora en Argentina a las víctimas de la última dictadura militar, que usurpó el gobierno del Estado nacional argentino entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983.

 

“Es una fecha para la reflexión y el debate”, dijo el especialista, “no solo por lo que significó la dictadura militar para nuestro país, sino por las cifras del horror que dejó: la cantidad de personas desaparecidas, las que padecieron del exilio, la cárcel, situaciones de tortura, detenciones ilegales, etc.”.

Recordó que no fue la primera dictadura de nuestro país.  “Veníamos de una historia previa de golpes de Estado, de operaciones contra el orden constitucional, y construyó  un proyecto de país que cambió la matriz de la distribución de la riqueza en Argentina con la fundación de políticas liberales que potenciaron la pobreza en un país lleno de recursos. Fue una dictadura que cambió para siempre la vida de nuestro país, de nuestra sociedad”, añadió

En este contexto, se refirió a la importancia de la democracia que este año cumple 40 años, pero también de las cuentas pendientes que tiene. “Cuando en el 83 asume el gobierno constitucional  pensábamos que las cosas iban a cambiar, a ser distintas, y nos encontramos con un sistema democrático que todavía no ha dado todas las respuestas que la población necesita.  Entonces se empieza a producir un debate entre quienes queremos que esta democracia se profundice  y quienes, a partir de esa disconformidad, empiecen a reclamar ideas autoritarias”.

“Esto sucede cuanto tenés la mitad de la población bajo la línea pobreza, con un porcentaje importante de nuestro país  en la indigencia porque la democracia no ha dado respuestas y oportunidades a un sector importante de la población. Es difícil explicar a ese sector de la población que  es mejor esto que lo que había en la dictadura”, sostuvo.

Por eso, es necesario reflexionar y debatir sobre este tramo de la historia que parece lejana para los más jóvenes. “Ese es el desafío que se genera: encontrarle sentido a nuestra democracia que debe estar en un constante proceso de profundización”.  

Sostuvo que “lo que se enseña en las escuelas es esa memoria oficial que se escucha en todos los actos del 24 de marzo, un relato ya consolidado, como en un acto del 25 de mayo o del 9 de julio, donde no se sabe bien qué pasó. Se asume como la verdad la institucionalizada por el Estado y eso no conmueve, no impacta, no genera preguntas. Ese es el gran desafío que tenemos”, explicó.

 

García,  informó que la Comisión que integra está constituida desde hace 20 años en la Provincia de Buenos Aires. “En un órgano de monitoreo, de control de lugares de encierro y del despliegue de las fuerzas de seguridad en el territorio. Ahora, a partir de hace 2019, ya designado formalmente en este rol de mecanismo de prevención de la tortura”.

Expuso que “la gran mayoría de los que están alojados en lugares de detención son pobres, pibes jóvenes detenidos por delitos de fácil resolución. Esto es consecuencia de la distribución desigual de la riqueza y eso es una deuda de la democracia.  Escuchamos en los discursos desde el advenimiento la idea de que el Estado tiene que ser más chico, más que nada en el aspecto vinculado con la contención social y que tiene que ser más grande la mano represiva para controlar esos sectores.  Y se piensa entonces en el sistema penal como clave de gobierno, de control de estas poblaciones más pobres, estas poblaciones que están fuera del sistema, en las villas, en los barrios populares.  Entonces vos ves cómo las policías, la justicia penal, los servicios penitenciales, se ponen en ese programa de gobierno  para controlar estas poblaciones”, evaluó.

“En Argentina  más de 100.000 personas encarceladas son todas pobres, nuestro sistema penal no persigue los delitos complejos como las grandes redes de narcotraficantes, de piratas al asfalto, de contrabando, o delitos empresariales o de corrupción política. Nunca son atrapados por el sistema penal. Y esto tiene que ver también con un modelo de democracia. Democracia y derechos humanos van de la mano, van juntos, son inseparables”, sentenció.

Para finalizar, recordando la frase histórica que Raúl Alfonsín transformó en un emblema “con la democracia no solo se vota, sino que también se come, se educa y se cura”,  entendió que “esa sea la deuda que tiene la democracia con el pueblo argentino.  El gran desafío es cómo generamos mayor igualdad para nuestra sociedad, porque en las sociedades más igualitarias son las que menos índices de pobreza y de delitos registran”.