“Fast fashion” o moda rápida

Contaminación medioambiental, la última moda

Con el pasar del tiempo y de las tendencias, la "fast fashion" o moda rápida ha cobrado gran popularidad, generando toneladas de desechos tanto industriales como textiles año a año.

  • 04/01/2023 • 12:29

En los últimos años, la industria textil se ha vuelto una de las más contaminantes a nivel mundial, generando miles de toneladas de residuos no biodegradables al año. Tiempo atrás, los diseñadores de ropa presentaban tan solo dos colecciones anuales: primavera-verano y otoño-invierno, por lo que el descarte de prendas de ropa no era tan alto. Sin embargo, tras la popularización de las tiendas masivas, las ventas online, las tendencias constantes y los influencers, hoy en día se presentan nuevas colecciones de ropa de forma casi semanal, aumentando exponencialmente el descarte de dichos productos contribuyendo de forma directa, en primera instancia, a la contaminación del ambiente y a la proliferación de basurales de materiales no biodegradables.

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“Lo que tiene la industria textil es que no solamente contamina en lo que es su producto, sino que también, en donde más contamina es en su producción y no sólo contamina en el agua –que es lo que más se utiliza para teñir las prendas de ropa-, sino también en las emisiones de Carbono. A nivel mundial, la contaminación que produce es equivalente a todos los vuelos internacionales y a navegaciones marítimas. Es una de las más contaminantes”, explicó a TiempoSur la responsable del área de Educación Ambiental de la Agencia Ambiental de la Municipalidad de Río Gallegos, Daniela Teshka Collinao.

En el caso de Río Gallegos, es usual ver –más que nada en la calidad que poseen las prendas de ropa- cómo funciona el vasto negocio de la moda rápida, ya que muchas de las mismas carecen de calidad para que éstas posean un “tiempo de vida” reducido y puedan ser rápidamente reemplazadas por nuevas prendas. Si bien este tipo de industrias es una de las que más contribuyen a la economía local, más en las épocas festivas, el daño que causa en la biodiversidad local es irreversible.

La encargada del área de Educación Ambiental del Municipio contó que no sólo impacta a nivel ambiental sino también social, ya que la actividad de la industria textil es una de las más rentables actualmente y a través de la cual muchas de las familias optan para sobrellevar su economía ante la falta de opciones: “Es una contaminación a nivel familiar también, de muy bajo rendimiento económico. Esto lleva a que después la familia completa se vea inmersa en esta actividad –muy mal paga- por lo que la ropa que llega acá siempre es traída por gente que va y la compra en esos comercios que son más económicos, ya que están hechos en lugares donde no se pagan todos los impuestos y es más barata, y entonces termina siendo de mala calidad. Es por eso que acá también –localmente- lo que es la ropa siempre termina siendo algo temporal, porque se termina rompiendo a los dos o tres lavados”, agregó.

Por otra parte, Collinao señaló que, al hacer las actividades de limpieza en los distintos espacios verdes de la ciudad, se suelen encontrar con bolsas de ropa que ha sido desechadas: “Donde se ve mucho es en el basural, en donde se encuentran bolsas de ropa. En nuestra provincia, una familia por mes tira –aproximadamente- cuatro kilos de ropa. Y, a nivel mundial, se calcula que cada ciudad tira, por mes, la cantidad de ropa equivalente a un camión de basura. Esto conlleva a que uno se replanteé, cuando va a comprar ropa, también que va a pasar con la misma cuando la vaya a desechar, porque si la tiran al basural no va a cumplir ningún ciclo. Consideró que lo ideal es poder darle otro uso, quizás llevarlo a una parroquia, a un merendero solidario en donde se pueda reutilizar y que desechen lo que realmente no sirva, no lo que ya no les guste”, finalizó.

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Para contrarrestar este tipo de contaminación, en los últimos años ha surgido una opción más sustentable denominada “moda circular”, a través de la cual la ropa que uno desecha vuelve a entrar al circuito comercial evitando que la misma sea desechada a la basura sin poder cumplir un ciclo de biodegradación y, además, pueda ser utilizada por otra persona a la cual la prenda le sea útil.