Relatos de vida

Rebusques (de todo el año)

Son sus propios dueños y resolvieron cómo subsistir en una realidad complicada.  Desde feriantes, hasta cobrar para sacar turnos en el hospital. El importante rol de las redes sociales. 

  • 31/12/2017 • 09:58

Por José Antonio Villanueva

Luego de la crisis -que comenzó a fines de 2001- en los últimos años subsistir en una economía complicada a nivel nacional, y más aún en Santa Cruz, abrió la puerta a nuevos oficios, changas, rebusques o simplemente un trabajo para llevar un plato a la mesa.
Algo llamativo (o quizá son tanto) es que en todos estos casos, la publicidad y promoción se efectúa mediante las redes sociales.
Pasen y lean cómo subsistieron cuando no hay trabajo, o el que hay, no alcanza. 

El corte 
La declaración de la Ley de Emergencia Comercial este año sintetiza la crisis del sector. 
Un comerciante debe pagar impuestos de todo tipo, pero principalmente debe tener cubierto el costo del alquiler. Esa traba, se transformó en una ventaja para Enzo Barreto (30), Peluquero y Barbero (con título) a domicilio. 
“Trabajo hace un año y medio y trabajo así al no tener cuando empecé un lugar físico. Me la rebusqué. Salió la idea y lo empecé a hacer y a la gente le re gusta porque en una peluquería tenés que estar una o dos horas en cambio en tu casa no te importa esperar”, contó.
El corte cuesta 170 pesos. En una peluquería en promedio, devenga como mínimo 250 pesos.
“A la gente le gusta el precio y hay diferencia. Lo bueno de cobrar barato es que te da la posibilidad de que te cortes una o dos veces al mes, esa es la idea”, sostuvo.
Enzo no estudio marketing, pero el método es más que efectivo: el cliente lo vuelve a llamar y a su vez lo promociona.
“En el último mes conseguí 120 clientes nuevos. Uno ve que la gente busca cosas para ganar plata, vende comida o ropa. Uno quiere hacer las cosas bien pero no te dejan poner un local si no cumplís con muchas cosas, es muy burocrático, y muy difícil”, vertió. 
También tiene otro beneficio: el tiempo. 
“Esto me ayuda porque me da tiempo con mi familia. Cuando trabajás en un local tenés que esperar a que vayan y se cobra más caro, por eso va menos gente”, analizó.
Enzo ofrece sus servicios a la clase baja, media y alta. “Hay gente que me llama por necesidad. El otro día le corté el pelo a un intendente. Le corto a gente de mucha plata y agente de escasos recursos, pero yo no los trato de forma diferente”, aclara.

La fila 
Son las 5 de la mañana y como cualquier mortal, Natasha Guerra (23) se levanta para ir a trabajar. Se viste y camina al hospital. No es enfermera, doctora o administrativa del nosocomio. Natasha le da el título a esta nota. Por 150 pesos te hace la fila para sacar un turno médico. 
“Busqué laburo un año y yo hago limpieza, cuidar chicos, no tengo drama de trabajar de lo que sea”, sostuvo. Al no tener un puesto regular, pensó en qué servicio pagaría la gente para que otro haga en su lugar.
“La idea es hacer el trámite, porque pensé en algo que no te gusta hacer, y es levantarte muy temprano para sacar turno en el hospital, y con el papá de mi nene empezamos esto y después se sumó mi hermano”, precisó.
Hace cuatro meses comenzó. A las 3 de la mañana se le ocurrió la idea y lo publicó en Facebook como última alternativa, aunque pensaba que no iba a tener  respuesta. Pero sucedió al revés, al minuto se llenó de mensajes privados. “Yo pensaba que si me iba bien, mejor, y a los minutos no daba abasto, y hasta la gente me agradecía y me pedían turnos”, relató.
El sistema es ágil, solo requieren nombre y apellido, luego hace la fila.  
“Las mujeres embarazadas o personas mayores o con movilidad reducida no pueden o no tienen tiempo de esperar y nos han agradecido lo que hacemos. Eso es bueno porque además de esta forma ayudamos”, expresó.
Las cuentas por ahora no dan en rojo. Por semana recolectan 20 turnos. Pero la realidad los complica. “Con los paros es difícil porque perdimos un montón de turnos que nos pidió la gente y que se cancelaron porque no le podíamos cumplir. 
Un mercado no explorado es el interior provincial. Natasha recibió pedidos desde Río Turbio. “La gente nos sigue preguntando (aún con paros) si sacamos turnos. Lo hacemos por Facebook o WhatsApp y agendamos los números. Nosotros vamos todos los días aunque a veces no te dan turnos diarios ya que depende cada especialidad”, describió. 
El destino (irónico) hizo que una hora antes de realizar la entrevista para esta nota, Natasha consiguiera trabajo.

(Nota completa en la edición impresa de TiempoSur)