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Salina de Cabo Blanco, una reserva dormida

Al grupo Briefsa, en el marco de la Ley de Promoción Industrial, se le aprobó el proyecto para que comience la explotación de una de las reservas salinas más grandes del país, y que está apostada a pocos kilómetros de Puerto Deseado. Sin embargo, ni su asociación con Fomicruz ayudó para que se radique definitivamente en la provincia, ya que en abril último el Ejecutivo santacruceño frenó la propuesta.

  • 31/08/2012 • 00:00
Bianchi participó de un recorrido que realizó Giorgi y Alvarez en el 2010. (Foto archivo)
Bianchi participó de un recorrido que realizó Giorgi y Alvarez en el 2010. (Foto archivo)

A pocos kilómetros de la localidad de Puerto Deseado se encuentra ubicada una salina de grandes dimensiones, la Salina de Cabo Blanco, la cual fue explotada por primera vez y en pequeñas proporciones a principios de 1899. Los años corrieron y la mina allí quedó olvidada, hasta que en 2010 recayó una propuesta concreta para darle valor a este yacimiento. No obstante, este ambicioso proyecto que incluyó además del estudio de una empresa, la labor de estudiantes de la Facultad de Ingeniería de Mar del Plata, aún no se concretó ya que, producto de una orden expresa del Ejecutivo provincial, la firma encargada de trabajar en esa zona lindera a la ciudad portuaria, se la frenó. A raíz de esto, los propios alumnos de la Facultad de Ingeniería expusieron su incertidumbre a través de TiempoSur-Digital, al sostener que tuvieron la oportunidad de estudiar en base a las muestras que la empresa pudo recabar y además surgió el entusiasmo de muchos que vieron viable trabajar en la salina. Asimismo, los propios funcionarios del Ministerio de Producción de la provincia le abrieron las puertas a esta potable explotación, pero con el correr de los meses poco se supo de por qué esta iniciativa se cayó. Por este motivo y para conocer los motivos por el cual la explotación de la salina no se concretó TiempoSur dialogó con Fabián Bianchi, director comercial del grupo Briefsa, firma marplatense a quien se le otorgó la potestad de trabajar en Cabo Blanco mediante la Ley de Promoción Industrial de la provincia.     
Explicó que la posibilidad de radicar una industria en Santa Cruz fue en el año 2010, periodo en que fue puesta en vigencia la Ley de Promoción Industrial y particularmente fijaron sus expectativas en la Salina de Cabo Blanco luego de conocerla mediante la tercerización de un trabajo que hicieron para la extranjera Akzo Nobel, la que quería comprar la salina. Es así que Briefsa, empresa de servicios industriales radicada en Mar del Plata, indagó profundamente en el proyecto porque fueron ellos los que realizaron la inspección en el lugar: “Recogimos lo más que pudimos; desde ahí nos encantó el proyecto y tomamos más contacto con Cabo Blanco” expuso, añadiendo “como nunca habíamos hecho un proceso minero en nuestra área, viajamos a Deseado y planteamos darle un valor agregado”. Como la mina iba a pasar a rescate por cánones atrasados, el grupo tomó posesión y la puso al día. Bianchi dijo que a partir de ahí intentaron ver las posibilidades de negociación, motivo por el cual hicieron muchas perforaciones en la mina, extrajeron mineral, hicieron todos los estudios, incluso la evaluación ambiental y fueron dándole forma al proyecto. Sin embargo, dijo que el problema que tuvieron es que el punto de equilibrio de la rentabilidad era muy complejo porque había que hacer una inversión inicial bastante grande para la explotación, con una amortización rápida.

Marcha atrás- El proyecto incluía generar tres productos: Sal para hielo; sal industrial; y por último hacer sal de mesa con una marca para insertar en el mercado. Pero de estas tres variables se desprendía un producto más, como es el cloro. Por esto la firma tomó contacto con gente que fabricaba cloro, en parte porque en la Argentina hay escasez de cloro, por lo que tras esto se avecinaba una importante porción de mercado si se instauraba una planta. Con la Ley de Promoción Industrial en vigencia, los directivos viajaron hasta El Calafate para ver de qué se trataba la legislación: “Planteamos el proyecto y nos daba todo bien para poder iniciarlo gracias a las extensiones impositivas que tenía la Ley”. La presentación oficial se realizó en octubre de 2010 con la presencia del entonces ministro de Producción Jaime Alvarez, y su par de la cartera nacional de Industria, Débora Giorgi. Al respecto, Bianchi rememoró que su proyecto fue el más comentado, lo que les dio un empujón aún más grande para ejecutarlo, es por esto que cumplieron con todas los requerimientos que les hizo Minería. Con el proyecto aprobado, toman contacto con Fomicruz y luego de diversas reuniones con su titular, Miguel Ferro, se asociaron. Fue el propio gobernador Peralta quien firmó la carta de intención, “y ya estábamos listos porque el proyecto ya estaba encaminado. Antes bajamos el precio de la expectativa que teníamos con los privados porque entendimos que Fomicruz era nuestro pie en Santa Cruz”, indicó el referente empresario.
En abril último se firmó un acuerdo con Fomicruz y se entregó el paquete accionario, con previa auditoría de la empresa asociada “y nos dicen que se cierra toda la negociación por un tema político, que todo esto vuelve para atrás por pedido de la Gobernación” relató, agregando “hasta ahora nos quedamos sin entender qué pasó. Nos quedamos en el medio de alguna posición política, donde finalmente se expidieron buscando irregularidades legales”.
“Dejamos la sociedad a la vista, pero no podemos ponernos a trabajar. Esta todo congelado y no tenemos noticias contundentes” remarcó Bianchi, sosteniendo que la firma gastó mucho dinero en perforación y estudios, ratificando que la mina tiene 48 millones de toneladas de sal con una posibilidad de explotación de todo el año: “Está fácil para producir, están las condiciones e inclusive está la posibilidad de reactivar el puerto de Deseado”. Concluyó diciendo que en este momento lo que más se lamenta es haber perdido tanto tiempo de trabajo, motivo por el cual solicitan una entrevista con el Gobernador para tener un panorama más claro y saber fehacientemente por qué la salina está sin explotar.