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La JICA donó equipo de alta complejidad para medir ozono

El radiómetro cuesta un 1 millón de dólares y la donación se logró a través de un convenio firmado entre la Universidad Nacional de la Patagonia Austral y la de Nagoya, una de las más prestigiosas de Japón.

  • 15/09/2010 • 00:00
María Eugenia Márquez, rectora de la UNPA.
María Eugenia Márquez, rectora de la UNPA.

TiempoSur pudo saber en la jornada de ayer que la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA), donó un radiómetro de ondas milimétricas para medir perfiles de ozono en la estratósfera, cuyo valor asciende a U$S 1.000.000.
Esta donación se logró a través de un convenio firmado entre la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, y la de Nagoya, una de las más prestigiosas del  país oriental.
Se trata de un importante aporte para los proyectos que estudian el cambio climático, particularmente la emisión de ondas que emiten las moléculas de ozono. También se podrá medir el  vapor de agua en esas alturas.

Equipamiento
El equipamiento permite mediciones entre 30 Km y 80 Km de altura y será instalado próximamente en el Observatorio que dispone el Centro de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (CITEDF), dependiente del Ministerio de Defensa, ubicado en el predio de la Base de la Fuerza Aérea en Río Gallegos, Santa Cruz.

La rectora
TiempoSur en la tarde de ayer dialogó con la Rectora de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, María Eugenia Márquez quien indicó "Se trata de un equipamiento de gran valor que se suma a un proyecto que desde 2007 tiene a la UNPA como una de las instituciones participantes, y a una estación de medición que es única en la región y que por lo tanto posiciona a Santa Cruz como punto de referencia  en temas que son  de  interés para la comunidad científica internacional."
"Es además una investigación que, más allá de la complejidad que presenta, cuenta con  líneas de  trabajo que claramente nos afianzan en la posibilidad de  poner el conocimiento al servicio de la comunidad y en un tema que nos preocupa a todos, como es la posible disminución de la capa de ozono"
La Rectora destacó además la colaboración permanente de JICA  y el trabajo que  están realizando  en nuestra provincia  "instituciones nacionales que cuentan con una larga trayectoria en investigación científica, como  son el CEILAP, CITEFA y CONICET"

Datos interesantes
Desde julio de 2005, la ciudad de Río Gallegos es uno de los 12 sitios del hemisferio Sur que cuenta con un Sistema LIDAR de Absorción Diferencial, esto es, un dispositivo desarrollado en nuestro país que utiliza dos poderosos láser para medir la capa de ozono y la radiación UV, arrojando información sobre parámetros de interés tanto para la región, como para el país y el mundo.
Desde 2007, la Universidad Nacional de la Patagonia Austral se incorporó formalmente al trabajo de este complejo que, emplazado en el predio de la Base Aérea Militar Río Gallegos, cuenta con financiamiento de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) y tanto su equipamiento como el proyecto original pertenecen al Centro de Investigaciones en Láseres y Aplicaciones (CEILAP).

Ceilap
El Ceilap está abocado a investigaciones relacionadas con el estudio de la contaminación atmosférica, la capa de ozono y la radiación ultravioleta a partir de una técnica denominada LIDAR (Light Detection and Ranking) que evalúa la concentración del ozono atmosférico entre los 15 y los 45 kilómetros.
El doctor Eduardo Quel, director del proyecto y creador del laboratorio de medición de ozono del Ceilap, explicó que el Lidar “es un sistema láser que emite pulsos a la atmósfera y recoge los que rebotan, porque las moléculas de la atmósfera se comportan como pequeños espejitos que emiten la radiación. Grandes telescopios colectan la radiación, la enfocan sobre una fibra óptica y la llevan a detectores que transforman la luz en señales eléctricas. Esas señales son almacenadas y analizadas en base a ecuaciones que nos dan información sobre la atmósfera”.

Mediciones
Quel señaló que el sistema “mide en noches claras y sin nubes”, y reveló que este fue uno de los factores que privilegió la elección de Río Gallegos a la hora de buscar una locación en la Patagonia, porque “tiene entre 80 y 90 noches estrelladas”, un requisito indispensable para esta investigación, basada en mediciones nocturnas a través de un pulso láser que interactúa con las moléculas que componen la atmósfera entre los 15 y los 45 kilómetros de altura.
“El segundo punto decisivo fue la logística, ya que la gente de Fuerza Aérea me ofreció la posibilidad de instalar los instrumentos en la Base de Río Gallegos, contando además con alojamiento, comedor, servicio médico y seguridad, y otra de las razones por las que fuimos a Santa Cruz es porque hay una universidad”, acotó.
El nexo entre las instituciones es el ingeniero Jacobo Salvador, un profesional del Citefa que se instaló en Río Gallegos para llevar adelante las campañas de medición y el mantenimiento de los equipos del laboratorio, y es docente de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral. Esta relación entre el Ceilap y la UNPA mantiene latente además la posibilidad de que en algún momento se monte sobre la base de este laboratorio una Unidad Ejecutora del Conicet en Santa Cruz.

Agujero estabilizado
Consultado sobre las conclusiones a las que se arribó luego de cuatro campañas de medición, Quel indicó que los datos “son sostenibles respecto de previsiones en diferentes estaciones del mundo sobre perfiles, columna total y otros gases” y consideró que “todo va confluyendo a aumentar el conocimiento de la capa de ozono”.
Además aclaró que la estación “está en el borde del agujero, que es una zona que tiene variaciones bastante grandes”, por lo que el laboratorio “no mide exactamente el contenido dentro del agujero, ni su extensión”. No obstante, sostuvo que “este año el agujero de ozono sigue siendo grande, con alrededor de 22 millones de kilómetros cuadrados aproximadamente, pero menos grande que el límite que hubo hace dos o tres años. La idea era que en estos años el agujero dejara de crecer; estamos en eso. Daría la impresión que está estabilizado, pero es un poco aventurado decir algo al respecto, hay que esperar más mediciones y más estudios”.
En este contexto, la importante actividad que se desarrolla hace que el laboratorio del Sur se vaya convirtiendo en una estación internacional muy requerida.