El Petrel Gigante del Sur ya es Monumento Natural en Chubut

El Petrel Gigante del Sur, una de las aves marinas más grandes y enigmáticas del planeta, fue declarado Monumento Natural Provincial por la Legislatura de Chubut. Esta distinción refuerza la importancia de su protección y destaca el valor ecológico de una especie que, aunque poco conocida por el público general, desempeña un rol clave en los ecosistemas marinos del Atlántico Sur.

Con una envergadura que puede superar los dos metros y un vuelo que combina fuerza y elegancia, el Petrel Gigante del Sur es el único de su grupo que nidifica en territorio argentino. Su presencia en colonias del Parque Marino Provincial Patagonia Azul, como Isla Arce y Gran Robredo, lo convierte en una pieza fundamental de la biodiversidad patagónica.

Desde hace más de dos décadas, investigadores del Centro Nacional Patagónico (CENPAT-CONICET), liderados por el Dr. Flavio Quintana, estudian su biología, comportamiento y desplazamientos. A través de anillamientos, monitoreos satelitales y campañas en alta mar, han acumulado valiosa información que permitió diseñar políticas de conservación, establecer áreas marinas protegidas y evaluar los efectos del cambio climático.

“El Petrel pertenece al grupo de aves marinas más amenazado del planeta. Su ciclo vital lento, la pesca incidental, el plástico en los océanos y especies invasoras lo hacen especialmente vulnerable”, explicó Quintana. La especie alcanza la madurez sexual tarde, pone un solo huevo por temporada y sus pichones, una vez crecidos, emprenden travesías que los llevan hasta Australia o Nueva Zelanda.

Durante el invierno austral, los adultos se mantienen en la plataforma continental argentina, desplazándose grandes distancias y evidenciando su carácter pelágico, es decir, de alta mar. Esta movilidad ha sido clave para comprender la necesidad de su protección integral más allá de los límites costeros.

La declaración como Monumento Natural, además de aumentar su visibilidad, fortalece el cumplimiento de los compromisos asumidos por Argentina en el Acuerdo para la Conservación de Albatros y Petreles (ACAP), vigente desde 2005.

“El Petrel Gigante no es carismático como los pingüinos o las ballenas, pero es igual de esencial para el equilibrio del ecosistema marino”, afirmó el investigador. Con esta medida, Chubut no solo preserva a una especie única, sino que también refuerza su compromiso con la conservación de los océanos australes y las formas de vida que los habitan.