Hospital de Río Gallegos

El caso de COVID de una niña y el pedido de una médica para que no haya reuniones sociales

"Por favor pido que no hagan reuniones sociales", advirtió la médica del Hospital Regional. "N o se junten, ni a ver un partido de fútbol, ni nada, porque se van a contagiar y no hay dónde internarlos", alertó.

  • 07/05/2021 • 12:00
Los médicos de UTI de adultos están quemados, muy cansados  y no han podido tomar licencia.
Los médicos de UTI de adultos están quemados, muy cansados y no han podido tomar licencia.

La semana pasada una niña de tan solo 13 años debió ser derivada desde el Hospital de Puerto Santa Cruz hasta el nosocomio de Río Gallegos, debido un cuadro grave por Coronavirus.

Puerto Santa Cruz atraviesa un brote complicado en cuanto la cantidad de casos en relación a la población, aunque el caso de la niña tuvo una severidad nunca antes vista, según la Dra. Analía Constantini, médica de Terapia Intensiva Pediátrica del Hospital Regional.

"La niña ingresó con un cuadro grave de neumonía bilateral por COVID, estuvo grave cuatro días y recién desde ayer (miércoles), en realidad hoy, pudimos empezar a descomplejizarla y empezó a respirar más tranquila y está libre de peligro", describió la profesional.

La niña presentaba una sola comorbilidad: Obesidad, aunque la médica marcó que lo extraño es que "en los niños no había sido la obesidad un factor de riesgo durante el año pasado, aunque este año, empezó a serlo".

De hecho la médica advirtió que "empezamos a ver niños más obesos por el efecto del encierro durante el año pasado".

 

-¿Por qué sucedió de esta manera en este caso puntual?

No tenemos la capacidad de diferenciar las cepas y cuando hay un caso distinto, se envían los estudios al Instituto Malbrán, pero no nos informan qué tipo de cepa es, solo si es positivo o negativo. La comunicación intrahospitalaria es muy decepcionante. En el caso de esta niña, estimamos que es la variante normal, pero la tomografía pulmonar estaba bastante comprometida, y también del tórax. La evolución fue buena porque es una niña, peor si hubiera sido un adulto, no hubiera sido así.

La niña, aparte de la obesidad, es relativamente sana, ya que no es hipertensa, no fuma, no es diabética y tiene solo el trastorno metabólico propio de su obesidad, pero es controlable. No es oncológica, no tiene otras patologías crónicas, por lo tanto, la evolución de la enfermedad por más comprometido que esté a nivel pulmonar, es distinto.

 

¿Es la primera vez que ve un caso así?

Con la severidad pulmonar, es la primera vez que lo veo. No lo hemos visto en los otros pacientes de esta manera, con un compromiso tan severo del pulmón como en esta niña... Nunca antes lo habíamos visto.

Por suerte no llegó a usar respirador, pero sí otras medidas que los niños necesitan, similar a la de los adultos.

Es la ventilación de alto flujo, que es un aparato que se conecta a la nariz con dos mangueras. Es una ventilación muy usada en Pediatría que venimos pidiendo la compra de los aparatos desde hace 4 años y que utilizamos también en la bronquiolitis.

Por eso necesitamos que la compra sea lo más urgente posible, porque este año, desde el punto de vista de internación por patologías respiratorias de COVID, será más pesado.

La ventilación de alto flujo le da al paciente un alto flujo de oxígeno con aire comprimido, evitando que ingrese al respirador y así permite que los alveolos se abran y el paciente mejore. Los adultos tienen este aparato, pero no Terapia Pediátrica.

 

-Río Gallegos tiene muchos contagios.

Los padres se están contagiando y contagian a sus hijos, algo que no pasaba con tanta intensidad el año pasado, ya que estaban trabajando desde sus casas. No había tanto movimiento, a diferencia de ahora que está todo liberado. Hay muchos niños con enfermedades crónicas, se contagian y quedan bastante comprometidos, por eso necesitamos con urgencia los aparatos de ventilación de alto flujo.

 

-Más allá de las medidas que se dispongan, todos los médicos y expertos señalan que más que nunca depende de la responsabilidad individual.

No es mi intención tirar culpas, pero la conciencia social se ha agotado al ver que las políticas sanitarias son escasas, y que no alcanzan. Debe haber más testeos y controles.

Los médicos de UTI de adultos están quemados, muy cansados y no han podido tomar licencia en el medio del conflicto laboral serio, que no se ha solucionado.

Por eso por favor pido que no hagan reuniones sociales. Si hay un cumpleaños, esté con los hijos y nadie más. El cumpleaños lo podrán festejar cuando esto pase, pero no se junten, ni a ver un partido de fútbol, ni nada, porque se van a contagiar y no hay dónde internarlos.

Yo podría liberar todas las actividades si tuviera 200 camas, pero no las tenemos. Tampoco tengo 200 médicos terapistas ni 200 enfermeros más.