La semana política

La ambigüedad y el peligro de agendas estériles para la sociedad

En estas semanas se vieron al desnudo las prioridades de la dirigencia política que busca hacer pie en una ola de crisis de representatividad que golpea a todas las provincias. Los puntos en común más inesperados en espacios disímiles en Santa Cruz.  

  • 14/04/2024 • 13:42

Los zigzagueos de Javier Belloni ya no sorprenden a nadie. El Intendente de El Calafate, que se encamina a las dos décadas en el poder de un Municipio con vida propia, construyó durante estos años un perfil ambiguo a nivel provincial, con acercamientos y distanciamientos según el momento hasta cuando el kirchnerismo hilvanaba los hilos de las políticas públicas en Santa Cruz.  

Belloni, el 13 de agosto, había sido el primero en reconocer la victoria de Claudio Vidal en las elecciones provinciales. Revalidado ampliamente en octubre, el dirigente peronista guardó un profundo silencio, pero tuvo ademanes positivos con la gestión que lidera el ex jefe de los petroleros privados. 

Su diálogo amigable con el ministro de Gobierno, Pedro Luxen, y la postal del saludo con Vidal en la inauguración de las refacciones en la Escuela Rural Las Vegas hacían conjeturar con un cambio de dinámica en la política. Más si se tiene en cuenta que es uno de los intendentes menos afectados por los altos niveles de turismo y los ingresos que, más o menos, siempre le han dado cierta autonomía a su gestión.  

Hace unos días, había salido en Cenital que Javier Milei le giró a Santa Cruz fondos adicionales, en medio del duelo entre el presidente y los gobernadores, entre los que se sumó Vidal con una narrativa confrontativa ante los recortes a las provincias.  

Ante la consulta de TiempoSur a una alta fuente del Gobierno de Vidal, afirmaron que esa transferencia no pasó por las arcas provinciales y fue directamente a El Calafate: se trata de más de tres mil millones de pesos enviados por el ministro de Economía, Luis Caputo, para cubrir la responsabilidad que tiene la Nación en el funcionamiento del relevante Hospital de Alta Complejidad SAMIC.  

Belloni retrocedió en su alineamiento a la provincia este jueves, cuando se conoció el documento que firmaron todos los intendentes de Santa Cruz, salvo él (Pablo Grasso había estado en duda, pero finalmente puso el gancho), para inyectarle volumen político local a Vidal en su reclamo a Milei por la tijera excesiva que instrumenta el Presidente, además de los despidos en las represas, el futuro de YCRT y el retiro, por ahora sin tantos detalles, de YPF de la cuenca del Golfo San Jorge. En esto, Vidal había sido cauteloso en la postura ante Nación, mantuvo un largo e incómodo silencio y casi presionado por un escenario en el que Milei no negocia con nadie debió fijar una postura crítica.  

El Intendente de El Calafate, que fue dos veces candidato a gobernador, se encuentra en una profunda reflexión: amenazó hace días con romper con Unión por la Patria por las diferencias en el nombramiento de Karina Saúl, esposa de Pablo González, como vocal por la minoría en el Tribunal de Cuentas, pese a que recibió a los dirigentes más importantes del peronismo hace poco en la localidad turística, y hacía suponer que un acuerdo con Claudio Vidal era inminente.  

Otra vez, decidió enfriar su sintonía con el Ejecutivo provincial y se resguarda en el lugar en el mundo de la ex presidenta  y vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. “Javier Belloni es de Unión por la Patria y siempre lo será”, dijo su delfín en la Legislatura, Carlos Alegría. Sólo Belloni sabe eso.  

La rosca judicial, otra vez 

Como si fuese La Cámpora durante el Gobierno de Alberto Fernández, un sector del Ejecutivo en Santa Cruz se sumergió en la discusión sobre el funcionamiento del Poder Judicial. El pedido de juicio político para la ex presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Paula Ludueña, que impulsa el propio Claudio Vidal, llenó la agenda de los medios de comunicación por unos días, en un tema que poco le importa al ciudadano preocupado por la recesión, la licuación de ingresos y el tarifazo que se ve en el horizonte para la Patagonia.  

Los rumores de una profunda reforma judicial redactada por los abogados más importantes que convergen en Por Santa Cruz parecen haber quedado en el pasado y las urgencias ahora son otras, como por ejemplo la rápida conformación del Tribunal de Enjuiciamiento.  

Lo ratifica el vicegobernador, Fabián Leguizamón, que estuvo más ocupado en ver caer a los integrantes con más responsabilidades en el Tribunal de Cuentas que por discutir la recomposición salarial de los trabajadores legislativos (aunque a último momento negoció un 13 por ciento para abril y atenuó las discrepancias del gremio de Apel).  

En un cambio de época que llegó como un tsunami y con los días pasando como horas, los asesores políticos del Gobierno deberían tomar nota de lo que le pasó al fracaso del Frente de Todos: las batallas secundarias –y enfrascadas- son para otro momento. Poco le aportó al experimento que encabezó Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa avanzar con el juicio político en el Congreso de la Nación hacia los ministros de la Corte Suprema de Justicia.  

Las prioridades de la Legislatura 

Con asistencia perfecta, el jueves sesionó la Cámara de Diputados con una agenda de la más variada. Más allá del paso a comisiones de Asuntos Constitucionales de la reforma orgánica del Tribunal de Cuentas, principalmente para poder enjuiciar al presidente y los vocales, en los pasillos se hablaba de la eventual ruptura de dos diputados que llegaron al recinto por el espacio del Gobernador de Santa Cruz.  

Víctor Chamorro, de Caleta Olivia y referente del Movimiento Evita en la provincia, y Pedro Valenzuela, radical reciclado, le pidieron a la presidencia de Diputados que le reconozcan la conformación de un nuevo bloque parlamentario, denominado Bloque Social y Popular. Pasó a comisiones y pocos creen que le darán lugar a su pedido.  

Los movimientos de Valenzuela, que participa de los distintos actos que organiza el intendente Pablo Grasso, fueron leídos en un sector como una forma de “subirse el precio” para ser escuchado en un bloque que le da escasa relevancia y plantarse de otra forma, además, en medio de la interna por el liderazgo del radicalismo.  

Lo de Chamorro, que también surgió del radicalismo, viene hace meses. En Caleta Olivia ya suponían que el salto del diputado, que no promulga con las medidas de Javier Milei y veía con temor la coincidencia de muchos de Por Santa Cruz con el ex jefe de economistas de Eduardo Eurnerkián, era inminente.  

Mientras tanto, Unión por la Patria, que ya perdió dos diputados (Fernando Pérez y Cristian Ojeda), navega entre el liderazgo del ex gobernador Daniel Peralta y la falta de creatividad de algunos miembros para imponer una agenda seria y clara que tenga un rebote positivo entre los habitantes de Santa Cruz.  

Peralta, ya en modo jefe del peronismo en la Legislatura, fue el encargado de posicionarse lejos de la gestión de Claudio Vidal, en una conferencia de prensa del bloque realizada en la histórica Casa España y que acumuló a dirigentes de los más variados. Con Grasso monitoreando el evento, que decidió no estar en la mesa, pero se movía como el mentor de todo, la foto entre Peralta y el Intendente de Río Gallegos prendió luces de alerta en Casa de Gobierno: muchos de los actuales funcionarios estuvieron bajo las órdenes del ahora diputado provincial y lo conocen en términos políticos. 

“En agosto ganaron las elecciones. ¿No tuvieron tiempo en todos estos meses de armar un plan de trabajo?”, se preguntó irónicamente el ex Gobernador, apuntando contra los funcionarios que siguen culpando de todos los males a la gestión de Alicia Kirchner cuando están en el poder hace cuatro meses.  

Como si fuera un periodo de prueba, los primeros 120 días de la reconfiguración del poder en Santa Cruz se podrían analizar desde las buenas intenciones, los errores no forzados y la falta de volumen político.  

Secuelas de un sistema electoral que fue cayendo en picada con el paso de los años en Santa Cruz, la falta de representatividad golpea en todos los espacios políticos y la carencia de cuadros formados es cada vez más elocuente. La ingeniería para el armado de los gabinetes municipales –y también pasó en la provincia- dejó al desnudo que no florecen los dirigentes preparados y con ganas de afrontar el desafío en una función pública que demanda horas y horas (y no siempre tiene buenas remuneraciones).