Columna

Crisis, Resiliencia y Recuperación

Por Rubén Zárate. 

  • 10/10/2021 • 09:03
Rubén Zárate.
Rubén Zárate.

La alternancia electoral avanzó más rápido que la capacidad de los dirigentes para disminuir la incertidumbre que esta provoca. Es una alternancia nacida en la debilidad de las respuestas de los actores políticos. Parece alojarse en la sospecha que el Estado no está lo suficientemente equipado para abordar la magnitud de la crisis que puso en evidencia la pandemia, más allá de quien gobierne.

Como si fuéramos a la guerra

Esta semana se produjo la reunión principal del Comité Económico y Financiero de la Asamblea General de la ONU, su tema de convocatoria fue “Crisis, Resiliencia y Recuperación”. Sus conclusiones incluyen más dudas que certezas y asumen la ineficacia de los gobiernos para crear alternativas ante las actuales dinámicas capitalistas; al menos las basadas en las recetas más conocidas.

Abrió la reunión Mariana Mazzucato, profesora de Economía de la Innovación y el Valor Público en el University College London, quien viene sosteniendo que ¨el capitalismo está estancado, desde antes de la pandemia ya no tenía respuestas a una serie de problemas, incluidas las enfermedades, la desigualdad, la brecha digital y, quizás más descaradamente, la crisis ambiental¨.

Sus tesis centrales contradicen con lucidez las escuelas neoliberales y sobre todo su forma de concebir lo público y los gobiernos. Inauguró su conferencia con una frase que ordenó casi todos los debates posteriores: ¨Para tomar en serio los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) hay que verlos de forma urgente, como si fuéramos a la guerra¨. Y agregó, ¨hay que hacerlo sin ingenuidad¨.

Como si fuéramos a la guerra significa definir políticas deliberadas, organizar los gobiernos para la acción y construir herramientas eficaces para superar la crisis. Supone abandonar el enfoque neoliberal que reduce la acción del Estado sólo ante las fallas de mercado y la búsqueda de consensos artificiales.

Sus estudios prueban que son las regulaciones las que permiten que el capitalismo funcione mejor, no su ausencia. No solo involucra la economía, crear nuevas herramientas estatales implica revisar también el rol del Poder Judicial, la solidez legislativa y la capacidad de gobernar.

Un repaso por la realidad argentina muestra que también acá es urgente cambiar las herramientas y la cultura del gobierno para basarlo en resultados, así como desarrollar nuevas regulaciones que obliguen a que las corporaciones empresariales contribuyan a propósitos socialmente valiosos, como los Objetivos de Desarrollo Sostenibles.

Pandora, otro país off shore

Los “Pandora Papers”, así como los “Panamá Papers”, vuelven a poner de manifiesto que los más poderosos de Argentina están entre los primeros del mundo en sacar del circuito económico millones de dólares a través de firmas especializadas para evadir impuestos. Basados en conexiones y privilegios del poder han construido su país Off Shore, principal motivo del endeudamiento externo y los ¨blanqueos¨ recurrentes y no el presunto (mal) gasto de la administración pública. 

Quienes han mostrado esta capacidad de evasión operan como un obstáculo estructural al desarrollo sostenible y siempre atentarán sobre la posibilidad de generar bienes públicos de calidad y duraderos. No avanzar a fondo en este aspecto es simplemente reducir a las empresas argentinas a ser meros instrumentos jurídicos para la acumulación de capitales, ajenas al destino de las grandes mayorías nacionales y al desarrollo sostenible.  

Irán, otra justicia es necesaria

Que recién ahora el Poder Judicial Federal haya sobreseído a los imputados en la causa del Memorándum con la República de Irán, es un síntoma del fracaso colectivo para construir una sociedad de pleno derecho. Haber naturalizado la persecución política-judicial contra la ex presidente y sus funcionarios es una falla grave del sistema político que costará reparar.

El grosero desapego desde 2016 al debido proceso luego que la causa fue cerrada por "inexistencia de delito" en febrero de 2015 por el juez federal Daniel Rafecas, alerta sobre muchos otros casos donde el desempeño del Poder Judicial es clave para el buen funcionamiento del Gobierno.

La judicialización de las decisiones políticas, que llegaron a un extremo en este caso, horada la estabilidad de las representaciones políticas en el corto plazo y tiende a debilitar el manejo del Estado en el mediano y largo plazo, beneficiando exclusivamente al establishment, no solo nacional.

Quórum

La decisión de la oposición de obstaculizar esta semana el Quórum para tratar una serie de proyectos de ley, entre otros el de Etiquetado Frontal de Alimentos, muestra también la persistencia de una praxis política que, antes que afectar solo al oficialismo, provoca una fractura mayor de la política con la sociedad, involucrando a toda la dirigencia sin excepción.  

Estas decisiones y prácticas políticas no son consistentes con la gravedad de la situación que vive el pueblo argentino. Que formen parte de las tradiciones y la picardía criolla ya no puede ser argumento ante una sociedad cuyos indicadores empeoraron cuando esa misma oposición gobernaba hace apenas dos años. La decisión de reeditar el Grupo A para asaltar la presidencia de la Cámara de Diputados, que surgió como fundamento de esta acción, debería evitarse.

Complejidad y riesgo

La inusual convergencia de problemas estructurales y coyunturales originados en la pandemia de COVID-19, generó un escenario complejo en el sentido estricto. Es decir, uno en el que no se puede describir con certeza el número de sus elementos, su pluralidad, entrelazamientos e interdependencias.

Abordar ambos aspectos de forma simultánea requiere de acuerdos para resolver eficazmente el presente y traer a la política actual los desafíos del futuro; la tarea de crear nuevas certezas en la sociedad, superar la urgencia y re-instalar la esperanza es crítica.

El riesgo que provoca esta convergencia de problemas y su mayor complejidad merece una combinación de modestia en los análisis y mucho rigor en los diseños de políticas públicas. Oficialismos y oposiciones ya no tienen espacio para diagnósticos superficiales, inercias en las picardías políticas o enfoques formalistas.