Cómo prevenir estafas telefónicas y virtuales: medidas de seguridad

El avance de la tecnología y la masificación de las redes sociales y servicios online generaron un terreno fértil para que las estafas telefónicas y virtuales crezcan de manera sostenida en todo el país. Estos delitos, conocidos como ciberdelitos, afectan tanto a individuos como a empresas, y generan importantes pérdidas económicas y emocionales.

Entre las modalidades más frecuentes se encuentran las llamadas donde un supuesto familiar o conocido simula una situación de emergencia y solicita dinero de manera urgente. Otra táctica habitual es la de los delincuentes que se hacen pasar por empleados de entidades bancarias, aseguradoras o empresas de servicios y piden datos personales, contraseñas, números de tarjetas y claves de homebanking.

Además, los mensajes fraudulentos por correo electrónico (phishing) y las estafas mediante redes sociales también se encuentran entre los métodos más utilizados. En estos casos, los estafadores envían correos o mensajes que simulan provenir de instituciones oficiales, bancos o empresas, y solicitan que la persona ingrese a un enlace malicioso que roba su información privada.

Ante este escenario, especialistas en seguridad informática recomiendan nunca proporcionar datos sensibles por teléfono, correo electrónico, redes sociales o mensajería instantánea, y desconfiar de cualquier comunicación que genere presión o exija una respuesta inmediata.

Otra recomendación clave es verificar siempre la identidad del interlocutor. En caso de recibir una llamada o mensaje sospechoso, es importante cortar la comunicación y contactar directamente a la institución que supuestamente envió la solicitud, utilizando los canales oficiales.

También es fundamental no ingresar a enlaces dudosos ni descargar archivos adjuntos de remitentes desconocidos. Mantener actualizados los sistemas de seguridad de todos los dispositivos electrónicos, como teléfonos móviles y computadoras, es esencial para reducir el riesgo de infecciones con virus o malware.

Los expertos sugieren habilitar la doble autenticación (2FA) en todas las plataformas y servicios que lo permitan. Esta herramienta ofrece una capa extra de seguridad, ya que, además de la contraseña, requerirá un código único que se envía al teléfono móvil o correo electrónico del usuario.

Otro punto que destacan es evitar compartir información financiera o contraseñas con terceros, incluso si parecen ser familiares o personas de confianza. Además, es importante recordar que los bancos y organismos oficiales nunca solicitan claves o datos bancarios por teléfono ni por redes sociales.

En el caso de las compras online, es fundamental verificar la autenticidad de los sitios web, asegurarse de que sean portales oficiales y que cuenten con protocolos de seguridad, como el candado en la barra de direcciones (https). También se recomienda usar tarjetas de débito o crédito virtuales para compras en línea, ya que permiten limitar el saldo disponible y minimizar riesgos.

Por último, los especialistas recomiendan que, ante la sospecha de haber sido víctima de una estafa o ante un intento de fraude, se realice la denuncia ante la comisaría más cercana o ante las fiscalías especializadas en delitos informáticos. Además, se puede acudir al área de seguridad informática del banco o la entidad que corresponda para intentar frenar posibles movimientos sospechosos.

Desde el Ministerio de Seguridad y otros organismos provinciales insisten en la importancia de la prevención y la información como principales herramientas para combatir estas maniobras fraudulentas. La clave está en mantenerse alerta, adoptar buenos hábitos digitales y compartir esta información para que más personas puedan protegerse.