Vecino propone restaurar el remolcador “Enrique”

Los vecinos que visitaron este fin de semana la Feria de Artesanos que se desarrolló en la Sociedad Rural, pudieron apreciar el interesante trabajo que realizó el vecino Juan Pascal. Se trata de una réplica del remolcador Enrique, la embarcación que yace en la Costanera local, más precisamente en el muelle fiscal. Él es herrero y dicta taller en la Escuela Laboral Domingo Sabio.  

“Después de dos meses largos de trabajo pude terminar con mi recreación en miniatura de hierro del "Enrique", remolcador histórico de mi querida Río Gallegos. No creo ser el único que desea verlo fuera del agua y restaurado en un lugar en el que todos podamos disfrutarlo mejor”, dijo al presentar la maqueta.

Considera que este remolcador es parte integral de la identidad de la ciudad y merece ser preservado y valorado, al igual que lo que el Municipio hizo con la Barcaza Swift, que fue restaurada con éxito.

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El vecino afirmó al móvil de TiempoSur que está dispuesto a presentar un proyecto de restauración al intendente u otras autoridades pertinentes y espera que más personas se unan a la causa para hacer realidad este sueño colectivo.

“La iniciativa de restauración surge de la necesidad de preservar un patrimonio histórico de la ciudad que se encuentra en mal estado. A pesar de quienes creen que se puede partir, yo lo he observado y creo que es factible sacarlo del lugar”, dijo y sugirió que “el esqueleto y la base están lo suficientemente firmes como para ser removidos sin daños mayores”.

En este sentido, el hombre propuso “reconstruirlo con chapa más delgada para convertirlo en un monumento histórico, aunque no sea funcional”.

“Aunque el remolcador dejó de ser funcional en 1989 tras la privatización de YCF, sigue siendo un símbolo importante para la comunidad de Río Gallegos, y restaurarlo sería una manera de honrar su legado histórico y cultural”.

Cabe recordar que, en la década del 60, la ex empresa YCF, adquirió el barco remolcador con el propósito de guiar a las embarcaciones que ingresaban a la ría local hasta el muelle de YCF, realizando labores de mantenimiento en estas naves. Con una tripulación de seis personas, incluido el capitán, el remolcador operó hasta 1993, momento en el que quedó en estado de abandono en la margen sur de la ría del Río Gallegos.