Liga Nacional

El ex Hispano Barlow decidió dejar Peñarol de Mar del Plata

El griego-estadounidense Kelsey Barlow se fue de Peñarol de Mar del Plata. El escolta, ex Hispano Americano, decidió interrumpir el contrato de manera unilateral y por motivos personales. Una decisión similar había tomado en el 2023, cuando se fue del Celeste. 

  • 09/03/2024 • 11:58
Jugando para el Celeste, Barlow fue elegido el mejor extranjero de la Liga. (Foto: Prensa Hispano)
Jugando para el Celeste, Barlow fue elegido el mejor extranjero de la Liga. (Foto: Prensa Hispano)

Llegó a Hispano Americano, de Kelsey Barlow habalmos, cuando el Celeste buscaba volver a la primera categoría del básquet argentino. Lo hizo después de lo que había sido una primera gran experiencia. No sólo para el propio jugador, sino también para los dirigentes e hinchas. “Stambi” se ganó rápidamente un lugar en los corazones Celestes. Lo hizo a base de trabajo y, también claro, buenos rendimientos.

La buena tarea realizada lo llevó a ser el extranjero del año en la temporada 2020/2021. Esto le abrió las puertas a nuevas propuestas laborales, que el nacido en Grecia, nacionalizado estadounidense, decidió aceptar. Tras esta última gran campaña con el Celeste, individual al menos, Barlow dejó Río Gallegos. Argentina también.

El escolta llegó a México, en donde jugó a fines de ese mismo año, del 2021, en Panteras de Aguascalientes. Su experiencia en la liga azteca fue buena. Rindió acorde a lo que podía hacerlo y, también, a lo que esperaban de él. Sin embargo, lo que hizo no le alcanzó a su equipo para avanzar en la competencia. Con decepción, Panteras quedó eliminado tempranamente en el torneo. El club de la ciudad homónima se despidió del certamen antes de los playoffs. Tras el mal cierre colectivo de la fase regular,  Barlow volvió a hacer sus valijas. Con estas se fue a Montevideo, en donde defendió los colores de Defensor Sporting. Lo hizo todavía durante el 2021 y el comienzo del 2022. De ahí regresó a Argentina, a Río Gallegos y a Hispano Americano. Lo hizo con promesas. Dijo, palabras más palabras menos, que llegaba para ascender. Sin ponerse colorado, se fue. Por motivos personales adujo en aquel entonces ante los atónitos dirigentes del Celeste. La sorpresa fue, después, general. Casi tanto como el malestar que generó en los hinchas que hasta no hace mucho lo idolatraban y se habían ilusionado con su regreso al club. Pocos partidos y sabor agridulce tuvo este nuevo paso de Barlow por la ya casi institución centenaria de nuestra ciudad. El griego-estadounidense se fue un enero. Como “regalo” de Reyes.

En el 2023, Stambi jugó en la liga búlgara con el BC Beroe y esa misma temporada volvió al país. Lo contrató Peñarol de Mar del Plata en diciembre y debutó en enero de este año. Con Barlow, Peñarol empezó a ganar después de un tiempo sin hacerlo. El escolta fue de mayor a menor y cuando menos se lo esperaban, otra vez, pegó el portazo.

Los dirigentes milrayita tuvieron que salir a dar la cara. Algo muy similar a lo que hicieron antes sus pares del Celeste. A través de un, Peñarol puso algo de luz sobre esta nueva salida oscura del jugador. Lo que posteó el club, lo hizo en todas sus redes sociales, fue lo siguiente: “El Club Atlético Peñarol informa que el jugador Kelsey Barlow nos comunicó de forma unilateral, que ha decidido dejar de pertenecer al primer equipo profesional en el ámbito de la Liga Nacional de Básquet. El motivo de la rescisión unilateral se debe a razones personales del jugador. Tanto la dirigencia como el cuerpo técnico lamentan la decisión adoptada, la cual nos perjudica deportivamente”.

Adentro de la cancha, Barlow no pasó desapercibido. Afuera, tampoco. En nuestra ciudad, Stambi se ganó el corazón de los ajenos con algunas acciones solidarias. Donó pelotas a una escuela de nuestra ciudad. También lo hizo en La Feliz, en donde, por ejemplo, le regaló zapatillas a los chicos del milrayita.

El mes pasado, y tras un largo viaje con el equipo, Barlow le regaló a sus compañeros unas almohadas de cuello para poder hacer más llevadero todo. Tras este gesto, el escolta se marchó. Una vez más. Ahora, sin un destino. Deportivo al menos.