El método de Holanda que los convirtió en el primer país sin perros callejeros

La iniciativa que tomaron en aquella época fue una sangrienta cacería de canes, método igualmente usado en América Latina, pero que jamás eliminó la base del problema. Años más tarde, en los ‘90, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la World Society for Animal Protection (WSPA) indicaron que la única manera de revertir esta situación era castrando, educando e identificando a las mascotas, recomendación que Holanda siguió, e incluso, mejoró con altísimas multas para quienes abandonen o maltraten.

Bajo este contexto, crearon el programa Recoger, Esterilizar, Vacunar, Identificar y Regresar (CNVR, en inglés) a los perritos de la calle, y de este modo, el Gobierno que trabajó codo a codo con las protectoras de animales, asumió el costo de las castraciones gratuitas, realizándole este procedimiento quirúrgico al 70% de la población perruna y dándole un freno rotundo a la reproducción desmedida.

Al mismo tiempo, también realizaron una fuerte campaña de concientización a niños y adultos, e igualmente, establecieron altos impuestos para la compra y venta de perros. De este modo dieron un incentivo a las adopciones ya que casi la única forma de adquirir una mascota era rescatando.

En el 2016 todas las medidas mencionadas dieron frutos y el país se convirtió en el primer país sin perros callejeros y un ejemplo mundial para tantos países que aún viven diariamente con esta problemática.

Caso de Río Gallegos

“Ojalá fuesen obligatorias las castraciones”, indicó Yanina Sapino, presidente de la Fundación Narices Frías que trabaja de manera incansable para rescatar y llevar a esterilizar canes abandonados, “es la única forma de que controlemos esto”, finalizó.

Por el momento, en Río Gallegos y en todo el país esto se realiza de forma voluntaria y gratuita. En el caso de la capital santacruceña el teléfono para sacar turno en la División Veterinaria municipal es 410585.