Constitución

Brutal golpiza por un chipá duro que terminó con un muerto

Carlos Medina, alias “El Cordobés”, fue condenado a tres años de cárcel por atacar en plena calle a un obrero que criticó su producto: le fracturó el cráneo en varias partes con un fierro de construcción. El testigo que volvió a la escena para encontrarlo y la autopsia que lo salvó de ser marcado como un asesino

  • 26/02/2020 • 01:00
Núñez, de 24 años, oriundo de Florencio Varela, ya conocía esos chipá de antemano. Le dijo que no, que venían duros.
Núñez, de 24 años, oriundo de Florencio Varela, ya conocía esos chipá de antemano. Le dijo que no, que venían duros.

Carlos Alberto Medina, “El Cordobés”, era parte de la atmósfera, de los puestos callejeros en la esquina de Hornos y Brasil en Constitución que están ahí para que la gente que llega del sur del Conurbano o se va compre algo para comer, “El Cordobés” vendía chipá en una canasta junto a su mujer que le hacía upa a su hijo, rodeado de otros vendedores, “El Indio”, “El Rengo”, un cafetero, estaba hace meses en la zona. Medina había sido albañil en su provincia, con trabajos para varias empresas de construcción. Después llegó a Buenos Aires cerca de 2015, donde se ganó una marca en su contra, el Tribunal Oral Nº24 lo condenó el 8 de octubre de ese año a diez meses de cárcel por un intento de robo.

El jueves 20 de septiembre de 2018, Gabriel de Jesús Núñez y su compañero Francisco Orellana habían venido desde Alejandro Korn después de su jornada de trabajo. Pasaron frente a la canasta de “El Cordobés” poco después de las 17 tras bajar del tren Roca. Orellana le preguntó a su compañero si quería comprar un chipá.

Núñez, de 24 años, oriundo de Florencio Varela, ya conocía esos chipá de antemano. Le dijo que no, que venían duros.

“El Cordobés” escuchó el comentario sobre la calidad de su mercadería. No lo dejó pasar, según la acusación en su contra. Tomó un fierro de construcción, una varilla de metal, y se dirigió hasta la parada del 46, a pocos metros. Segundos después, junto a un hombre desconocido hasta hoy, Medina atacó a Núñez y a Orellana. Orellana se llevó algunos golpes en la cara antes de bloquear el ataque con el bolso que llevaba.

Núñez, su cuñado, se llevó la peor parte: cayó al piso de rodillas, luego quedó inconsciente. Medina lo golpeó en la cara con el fierro, sin piedad. La Policía no lo socorrió de inmediato, supuestamente quienes estaban de consigna en la cuadra seguían a alguien que les había parecido sospechoso un poco antes. Medina desapareció entre el tumulto. Núñez fue encontrado por el SAME, ensangrentado, enviado de urgencia al hospital Argerich. “Traumatismo encéfalo-craneano”, dijo la planilla en la ambulancia.

Una semana después, Núñez murió en una cama del Argerich: el caso se convertía para la Justicia en un homicidio.

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