“No hay ningún criadero de perros habilitado en Río Gallegos”

La sobrepoblación canina es una problemática de salud pública que se evidencia en mordeduras, rotura de bolsas de residuos y jaurías cada vez más numerosas y violentas. Ante este panorama el municipio y el activismo proteccionista han hecho de 2018 el año con más jornadas de adopción y castración en la historia de Río Gallegos, pero la historia parece no acabar. El hecho de que personas crucen y vendan animales parece ser un espectro de la problemática que no se contempla en su totalidad según Sandra Carabajal, proteccionista desde hace años.

Para Sandra, necesitamos más conciencia en cuanto a lo que significa reproducir animales. “Además de criaderos clandestinos hay mucha gente particular que ofrece a sus perros y muchas veces se hace en condiciones pésimas” denuncia la activista, temiendo por la salud de los animales en medio de esta actividad económica ilegal. La proteccionista dice que uno de los factores que ayudaría a frenar esta práctica es mayor trabajo de los inspectores municipales pero el principal es la conciencia social. “Siempre se ve, en grupos de clasificados de las redes sociales, por whatsapp, es un tema para tratar en profundidad y hacer la denuncia".

Por su parte Miguel D'abbraccio explicó que la denuncia debe efectuarse ante Control animal y desde la Dirección de Comercio se procede a clausurar la parte que les compete. “Si ves algún criadero montado, no la casa de una persona, sino uno con cartel, me mandás la dirección y yo actúo” comentó. También manifestó que está siempre disponible el número 108 de Atención al Ciudadano, donde tienen la obligación de recibir y gestionar las denuncias. La labor de la División Veterinaria actualmente se centra en el recorrido del quirófano móvil que se hizo presente ayer en el Barrio “El Faro”, con la campaña de control de población canina.

Una alerta para las proteccionistas es la cantidad de perros “de raza” que actualmente forman parte de la fauna callejera. “Hemos visto casos de perros destrozando, desmembrando a otros de porte menor y los grandes, al estar hambrientos y luchar por sobrevivir se convierten en un peligro” explicó Carabajal. Entre las atenciones que la activista mascotera declaró que hay que reforzar para lograr una tenencia responsable identifica que perros de gran porte tengan el espacio correspondiente, alimento de buena calidad y no sólo sobras y cuidados veterinarios respectivos. En las razas en particular, como los caniches cuyo abandono también alertó, resaltó el cuidado estético, que no es barato y muchas veces se convierten en perros irreconocibles.

En esta actividad comercial prima la clandestinidad, el maltrato y el engaño en cuanto a las razas que se ofrecen que al crecer suelen tener características distintas a las prometidas. La defensora de los derechos de los animales atribuye esto a que muchas veces la compra y venta de perros hace que se conviertan en el objeto de moda y las tendencias cambian, pero las mascotas no son descartables.