Incumplió órdenes de restricción y el Juez lo mandó a detener

*Por Sara Delgado

Posee lenguaje inclusivo

Sucedió en Caleta Olivia. La víctima había hecho la denuncia después de una golpiza, pero como el delito de lesiones leves es excarcelable, a los pocos días él quedó en libertad con la condición de presentarse dos veces por semana en el Juzgado de Instrucción. Sin embargo no hizo caso y ahora el Juez lo mandó a detener.

La Justicia tomó intervención en el mes de junio, cuando una joven de veinte años denunció a su novio porque le había pegado. En el caso tomó intervención el juez de Instrucción Gabriel Nolasco Contreras Agüero, que desde que asumió, hace poco más de un año, mostró baja tolerancia a los involucrados en violencia contra las mujeres.

Cuando la mujer denunció la golpiza, Contreras ordenó que su pareja quedase detenida y así lo tuvo durante dos semanas. Finalmente, cuando le dio la libertad, se fijó que el hombre debía cumplir con ciertas pautas como no acercarse a su ex ni a su familia, pero tampoco mantener ningún tipo de comunicación telefónica ni por redes sociales, además de tener que cumplir con reportarse en el Juzgado dos veces por semana.

La semana pasada, Contreras pidió la detención de nuevo, después de que el muchacho no se presentara en el edificio, un asunto que el magistrado interpreta como una “desobediencia judicial”.

El Poder Judicial está para juzgar el delito, pero en un país que tiene una muerta cada treinta horas por su condición de género, las estrategias de prevenir la violencia machista es claramente una preocupación de la Justicia, o al menos de aquellxs funcionarixs con perspectiva de género.

Un informe de los servicios de atención de  víctimas de violencia de género de la Defensoría General de la Nación reveló que el año pasado aumentó un 10% el incumplimiento de las medidas de protección para las mujeres víctimas en comparación con 2016. Y que en más de la mitad de los casos los denunciados quebrantaron las medidas que se aplicaron como prohibición de acercamiento, límite perimetral, impedimento de contacto por cualquier vía. Así, una de cada tres mujeres que denunció dijo haber sufrido nuevos malos tratos de forma posterior.