No pagar impuestos

Muriete propone la desobediencia impositiva hasta que Giubetich arregle la ciudad

El abogado lanzó una campaña pública para que los riogalleguenses dejen de pagar el impuesto inmobiliario y de patente automotor hasta que el municipio haga algo. “No es un delito, sino un derecho a la desobediencia contra la peor intendencia que tuvo la ciudad en su historia” calificó.

  • 01/10/2018 • 09:54
Carlos Muriete, abogado penalista.
Carlos Muriete, abogado penalista.

Por Sara Delgado

El abogado penalista, Carlos Muriete lanzó ayer un pedido público para que los ciudadanos de Río Gallegos dejen de pagar los impuestos municipales hasta que el Ejecutivo local ponga en marcha un plan de mejora de la ciudad.

“La ciudad está bombardeada, hay cráteres donde se te caen los autos y se pueden producir accidentes graves, está sucia, llena de ratas, los líquidos cloacales corren en las calles, no hay control de los perros y está en peligro la salud de la gente” advirtió.

No hay muchos antecedentes sobre iniciativas de este tipo en la Argentina, salvo algunos como el de junio del año 2000, cuando en la víspera de un viaje de Fernando De la Rúa a Alemania para cerrar con el FMI, y un día después de que ese anunciara un ajuste feroz, el jefe de la CGT disidente, Hugo Moyano encabezó un acto en el que anunció un paro general para el 9 de ese mes, y pidió una “desobediencia fiscal” contra la “dictadura financiera”.

Para Muriete, que además se autodefine como hombre del PRO, está claro que “hay un desgobierno” en la capital santacruceña y que “el Ejecutivo no se ocupa de los ciudadanos. Por lo tanto yo propongo una desobediencia civil reflejada en una desobediencia impositiva, que no es un delito, sino un derecho a la desobediencia contra la peor intendencia que tuvo la ciudad en su historia” calificó.

La idea de que los riogalleguenses no paguen los impuestos municipales incluye la presentación de notas en donde pidan la suspensión del pago hasta que la administración de Cambiemos “refaccione sus calles o renuncie, porque no puede seguir así esta ciudad”, agregó.

La desobediencia en sí, no es un delito, ya la declaración universal de Derechos Humanos contempla en derecho a la rebelión como un mecanismo de defensa y en su preámbulo considera “esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión…”

En este sentido, el abogado santacruceño contrastó el estadio de Río Gallegos con el de otras localidades santacruceñas y puso en eje que “el Gobierno en si no es más que un medio elegido por el pueblo para ejecutar su voluntad, por lo tanto, cuando este Gobierno deja de representar la voluntad del pueblo y se hace ilegítimo, su autoridad desaparece”.

En definitiva, la desobediencia impositiva es no acatar una obligación que tienen los riogalleguenses que podrán así, protestar de manera pública y pacífica por el incumplimiento de los funcionarios locales que desnuda el grave deterioro que evidencia el estado de la ciudad.

“Este gobierno es legítimo pero está ilegitimado por su inacción, por lo tanto, cuando un accionar es injusto, es correcto desobedecer y por eso propongo a los vecinos que hagan las presentaciones diciendo que se suspendan los impuestos inmobiliarios y automotores hasta que la Municipalidad proceda a reparar y limpiar”, insistió el abogado.

Ronald Dworkin es un filósofo que se ocupó de las formas de desobediencia civil frente, por ejemplo, a leyes injustas. Para él los ciudadanos tienen derecho a desobedecer las leyes toda vez que la ley invade injustamente sus derechos” porque “la desobediencia civil se ampara en el ejercicio de tres derechos fundamentales reconocidos en la generalidad de constituciones: libertad de conciencia, libertad de expresión y participación política”.

“Hay que dejar de pagar los impuestos hasta tanto arreglen esta ciudad que está en su peor época” volvió a pedir el abogado que instó a protestar contra la administración de Roberto Giubetich “para activar a estos funcionarios que están totalmente dormidos y no hacen absolutamente nada”.