De pie

Empezar de nuevo es el único objetivo que se plantean desde ITEA

La inundación nuevamente golpeó a la comunidad del instituto dedicado al acompañamiento de niños con autismo. Esta es la cuarta vez que la sede ubicada en Muratore 444 sufre no solo el impacto generado por la lluvia, sino que también los desbordes cloacales. Ya han comenzado con la tarea de recupero del espacio, siendo la prioridad la desinfección.

  • 06/04/2018 • 11:21

Una de las postales que se repite tras la inundación es la que muestra a familias, docentes y directivos de ITEA recorriendo la sede para pensar nuevamente en cómo recuperarla. Si bien esta vez la previsión (propia) permitió resguardar cosas importantes, las instalaciones sufrieron un gran nivel de agua en su interior, no sólo producto de la lluvia sino que también del desborde cloacal, lo que claramente agrava la situación. No sólo el edificio ha sufrido nuevamente la desagradable y angustiante situación, sino que una gran cantidad de vecinos de la zona que hasta el día de ayer esperaban que el agua drene rezaban para que la lluvia no se hiciera presente.

Volviendo a la situación que le toca atravesar al instituto, vale la pena remarcar que durante la jornada de precipitaciones y a posteriori, han recibido la colaboración de distintos organismos del Estado tanto municipal como provincial, aunque lo ideal sería que esto no suceda más.

En diálogo con TiempoSur, Liliana Velázquez, secretaria de la fundación TEA, brindó detalles de la situación en la que se encuentra el lugar de rehabilitación ubicado en calle Muratore al 400. En este sentido aclaró que recién se pudo ingresar a las instalaciones pasado el mediodía, alrededor de las 14:00 cuando el agua comenzó a ceder. Aunque vale la pena resaltar que la marea de 12 metros registrada ayer hizo un poco más lenta la tarea. En este sentido la Secretaria comentó que al momento de ingresar se encontraron con una gran cantidad de barro “producto del desborde de cloacas”, y continuó: “Esta vez lamentablemente fue mucho más. Si bien habíamos tomado recaudos de dejar cosas levantadas, eso fue algo que el año pasado no habíamos previsto, si sufrimos nuevamente los daños con la humedad, las paredes, aunque hay que esperar que seque bien y ver qué tan grave fue”.

En otro tramo de la entrevista, Velázquez lamentó: “Es volver a foja cero, uno tiene fuerzas porque sabemos que es para nuestros hijos, no vamos a bajar los brazos, pero es la cuarta vez que tenemos una inundación”, y expresó: “Vamos a necesitar plantear la situación, que lamentablemente el clima no es como antes; pasamos a tener un clima húmedo, esta zona está expuesta a inundarse y no podemos hacer nada. Se nos hace imposible”.

Con relación a la asistencia, manifestó que durante las horas de precipitación se acercaron “camiones del Municipio, la gente del club Chevrolet que se han portado muy bien, apenas comenzó a caer la lluvia ellos se acercaron porque saben de la situación, nos acompañaron el año pasado, vinieron los bomberos, pero no hay mucho para hacer. Teníamos que esperar que pare de llover, que baje el agua para recién poder hacer algo, la gente del Rotary Club se puso en contacto para dar ayuda”, y continuó: “Tenemos fe que nos van a acompañar, gente que se va a acercar, la gente se preocupa por nosotros porque saben lo que nos cuesta. Los medios de comunicación nos han acompañado siempre. Y en esta ocasión no fue la excepción”.

En cuanto al trabajo y la primera necesidad Liliana explicó: “Hemos hablado con la Directora y lo primero que vamos a necesitar van a ser elementos de limpieza y cosas para desinfectar, porque se nos han desbordado las cloacas y es la urgencia que tenemos. Bueno después vamos a evaluar bien los daños”, cerró.

 

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