Chile avanza en la exportación de calafate a Europa

Tras casi 15 años de funcionamiento, durante el mes de noviembre de 2017 en Bruselas y luego en enero de este año en Santiago, la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon) dio el vamos al proceso de modernización del Acuerdo de Asociación entre Chile y la Unión Europea (UE), tanto a nivel comercial, político como de cooperación.
Lo anterior, uno de los pasos cruciales con que nuestro país se apronta a dar nuevos impulsos comerciales con el viejo continente y donde el nodo central de las gestiones dice relación con la de incorporar en los envíos, aquellos productos emblemáticos que quedaron excluidos en la primera negociación -carnes y lácteos-, así como nuevas alternativas comercializables.

Entre ellos, uno de los candidatos que no se descarta podría ingresar en el listado, es el calafate, fruto que como es sabido, se da en la Patagonia de nuestro país –también en el lado argentino- y destaca por sus altas propiedades como antioxidante, además de ser considerado un súper alimento. A saber, su valor ‘Orac’ -método que mide la capacidad antioxidante de un alimento- junto al del maqui, superan entre 2 a 4 veces el de algunas variedades de arándano, altamente apetecido por este tipo de características.
Al respecto, es preciso indicar que la relevancia está dada por el hecho de que la UE es el tercer socio comercial de Chile, luego de China y Estados Unidos, con un 14% del comercio total. De ahí que considerar al calafate como una alternativa exportable, es un elemento a tener en cuenta, algo respecto de lo cual ProChile indicó, se realizan las gestiones respectivas. “Estamos trabajando en la posibilidad de que se considere este producto en la lista de nuevas exportaciones, por lo que estamos a la espera de novedades. Es un producto de alta calidad y sería de suma relevancia que próximamente llegue al mercado europeo”, consignó la directora regional de la entidad, María José Navajas.

Volúmenes
En esta materia mucho tiene que decir el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia), entidad que a través de un programa enfocado exclusivamente al calafate y respecto del cual el seremi de Agricultura, José Fernández, enfatizó esta semana que la etapa que corresponde emprender respecto del fruto en cuestión, es aumentar los volúmenes de cosecha y desarrollar un producto cultural con identidad regional. Al respecto, el personero señaló que la búsqueda de nichos de mercado para esta alternativa alimentaria –cuyo nombre científico es berberis mycrophilla- está justamente en los mercados internacionales, existiendo previamente -claro está- una adecuada investigación, innovación y desarrollo acorde para convertirlo en una fuente de materia prima segura y de calidad.
En este plano, la investigadora y coordinadora del programa calafate en Magallanes, Claudia Mc Leod explicó durante un seminario realizado esta semana, que durante los tres años de investigación que lleva adelante la entidad, se ha identificado materiales -plantas- cuyos calafates presentan características superiores para efecto de la elaboración de productos comerciales. “Estamos hablando de frutos que presentan un menor número de semillas, espinas más pequeñas y altos contenidos de antioxidantes, específicamente antocianinas”, señaló la experta.

Piedras de tope
No obstante lo señalado y aún cuando el producto cumple con las características idóneas para generar interés y propiciar una demanda importante desde mercados externos, los análisis referidos por el Inia señalan también algunos puntos a mejorar. Estos dicen relación con que los volúmenes de cosecha de este fruto silvestre son todavía muy bajos, su explotación es irregular, no existe oferta formal establecida y su cosecha es desarrollada por recolectores ocasionales dentro de los meses de enero y febrero, existiendo mucha diferencia en los volúmenes ofertados en cada temporada.

Valor agregado
Una de las vías que se estudia para dar valor agregado al escaso volumen de este fruto silvestre, es avanzar hacia el desarrollo de pigmentos sintéticos. A nivel mundial, este mercado representa un volumen de ventas de US$400 millones al año, de los cuales un 50% se dirige a la industria textil y un 25% a la industria alimentaria. La industria de pigmentos naturales en Chile es una actividad nueva pero en crecimiento sostenido, debido a la necesidad de reemplazar los pigmentos sintéticos con pigmentos naturales inocuos para la salud humana.
Ha de mencionarse que en Chile la extracción de pigmentos, altamente demandados por la industria de alimentos como antocianinas, se obtiene a partir de materia prima importada desde el exterior. La principal fuente de antocianinas es una zanahoria morada proveniente de Turquía, lo cual implica elevados costos de producción en nuestro país.

Proteger el calafate
Una de las empresas locales que elabora productos donde el protagonista es el calafate, es Secretos de la Patagonia, firma regional que desarrolla preparaciones gourmet a partir de este fruto -además de otras, por cierto-, con una amplia gama de alternativas que van desde mermeladas, syrups, chocolates, hasta té y jugos, entre otros. Su dueña, Carolina Cárdenas indica en este sentido que el hablar y tomar conciencia para proteger el calafate como un bien regional es crucial.
“El programa -del Instituto de Investigaciones Agropecuarias de Chile, Inia- es muy necesario, ya que como empresa necesitamos un stock del fruto para poder cumplir con los compromisos que tenemos. Actualmente trabajamos con cinco mil kilos al año y para crecer tenemos que ir comprando más, lo que resulta difícil porque las cosechas son muy inestables entre un año y otro”, explicó. (Fuente: La Prensa Austral)