La convivencia familiar: una relación armoniosa y conflictiva

La convivencia familiar requiere mantener una relación en cierto grado sana por parte de sus miembros para que pueda funcionar. Cuando sucede lo contrario se resquebraja la armonía, se pierden algunos valores y aparecen situaciones conflictivas. La convivencia familiar es muy importante para el equilibrio y la salud de cada uno de sus miembros. Dentro del núcleo familiar se desarrollan diversas relaciones entre los integrantes. Entre éstas, algunos estudios sostienen que se debe reconocer cierto grado de responsabilidad sobre los roles que cada integrante debe desarrollar. El reparto de tareas dentro del hogar es importante. Un solo integrante de la familia no puede hacer el trabajo de todos, por eso resulta fundamental delegar  tareas. Según la edad de cada uno de los hijos y los tiempos con los que todos cuentan, hay que intentar otorgarles tareas. Según los estudios, es importante establecer horarios de cada integrante para desarrollar las tareas del hogar. Por ejemplo los horarios en que se deberían compartir actividades, en que algún miembro esté realizando alguna actividad que requiera silencio o de algún lugar específico de la casa.

Si bien se recomienda que se haya acordado una serie de normas y pautas de convivencia, es bueno que también se respeten los gustos de cada uno en su espacio propio.

Según los especialistas debe haber aprecio mutuo entre los papás, los hijos y los hermanos, y es necesaria la consulta mutua y continua compartiendo abierta y confiadamente sus opiniones. La sinceridad es otro valor que requiere relacionarse uno al otro como personas y no únicamente como “padres”.

En este sentido es bueno estimular la comunicación familiar por medio de charlas cotidianas entre sus miembros, así como por medio de reuniones familiares.

Planificar y organizar en base a la comunicación es una forma de convivir.

Cada familia es un mundo, todas las familias tienen sus propios problemas y podríamos afirmar que no existe la familia perfecta. Sin embargo, son los adultos de la familia los que tienen que procurar una convivencia pacífica, basada en el respeto. En la actualidad, donde la televisión y las tecnologías pasaron a ser un integrante de nuestra familia y donde el consumismo invade nuestros hogares, resulta importante que los integrantes dialoguen y se comuniquen resaltando ciertos valores que permiten transitar por la vida de una mejor forma. La educación comienza en casa, si bien las instituciones educativas colaboran con este propósito. Un aspecto que puede generar conflicto familiar es cuando no se dedica un momento del día para estar con la familia. Esto se debe a las tareas que desarrollan cotidianamente sus miembros que se encuentran fuera del núcleo familiar, como el estudio y el trabajo. No obstante ello, es importante tratar de encontrar un momento para estar juntos. La cena es un buen momento para hablar y compartir las experiencias del día y contribuye en lograr un ambiente de respeto, tolerancia, comprensión y cooperación. Por último, para intentar una mejor convivencia familiar, algunos estudios señalan que se debe promover la práctica de valores que orientan una mejor convivencia cotidiana de apoyo mutuo y respeto, el desarrollo del diálogo y la igualdad entre sus integrantes al atribuirse las responsabilidades.