Macabro

José Rabadán, el asesino que mató a sus padres y hermana como en un juego

El hecho conmocionó a España. El por aquel entonces adolescente asesinó a sangre fría y utilizando una katana a sus familiares. Hoy vive una vida diferente junto a su esposa e hijo.  

  • 28/04/2021 • 13:00

El hecho ocurrió el 1 de abril del año 2000. José Rabadán tomó la decisión de asesinar a su madre, padre y hermana con Síndrome de Down con una katana. Y el arma blanca con la que decidió aniquilar a toda su familia no es una cuestión menor, ya que se trata de una emblemático sable samurái que había adquirido por puro fanatismo. En los albores de internet, Rabadán pasaba horas conectado a foros y jugando su videojuego favorito, el Final Fantasy VII. De hecho el RPG japonés fue durante muchos años relacionado con el crimen. Los que lo conocían sabían que era un joven introvertido, solitario pero siempre educado y cordial. Pasaba horas frente a la PlayStation y al ordenador, dejando de lado las saldas con amigos y las fiestas.

Su obsesión por el videojuego Final Fantasy VIII, llevó a que sus padres le regalasen un sable de samurái. También lo anotaron en clases de karate. José no pasaba carencias, pero se sentía ahogado. No estaba para nada conforme con su vida. El estudio no era su fuerte y quería irse a cualquier lado, bien lejos de su casa y de las exigencias de estudio. Mal alumno, llegó hasta cuarto año del secundario, en el Instituto de Enseñanza Media Mariano Baquero. Ese curso lo repitió dos veces.

 

Debido a esta situación terminó abandonado el colegio y su padre lo obligo a meterse a un curso de soldadura para que aprendiera algún oficio. La frustración y el enojo por esto hizo que terminara de abandonar la casa y escapar de su vida.

A las 6.30 de la mañana, ese primero de abril, José se levantó, de entre sus sábanas, con la Katana en sus manos. La afilada hoja del arma tenía 71 cm de longitud. Estaba absolutamente decidido.

Para evitar que el hedor de los cadáveres alertase a los vecinos, llenó la bañera con agua y metió el cuerpo de su hermana. Arrastró el del padre hasta el cuarto de baño, pero como pesaba demasiado lo dejó al lado de la tina. El de la madre apareció mutilado sobre la cama.

Antes de partir, buscó dinero y con quince mil pesetas (unos cien euros) emprendió la fuga. Estaba amaneciendo. Lo primero que hizo fue irse al centro de Murcia y llamar a Sonia. Después, hacer autostop a las afueras de la ciudad para que le llevasen hasta Alicante. Ya en la estación de trenes, un guarda jurado advirtió la presencia del asesino acompañado de otro menor.

Para el año 2008 quedó en libertad. Se acercó a una iglesia Evangélica (Nueva Vida) y fue acogido por el pastor Jesús Jiménez, quien también había estado detenido.

Fue la hija de un pastor evangélico (Joaquín Borja) del centro donde se recuperaba, la que logró que José encarrilara aparentemente su vida. Tania Borja y José Rabadán se enamoraron, se casaron y tuvieron una hija.. Y, como cualquier persona normal, trabaja. Dejó las charlas evangelistas y ahora se desempeña como broker de seguros y agente de bolsa.

“El monstruo de la Katana”  consiguió formar una nueva familia alejándose de su macabro pasado.