Día del Canillita

Una esquina que siempre será noticia

Por Ariel Robert. 

  • 07/11/2021 • 08:39
Hoy se recuerda a Esteban, quien fue canillita en Río Gallegos.
Hoy se recuerda a Esteban, quien fue canillita en Río Gallegos.

Las singularidades que ha provocado la Pandemia son muchas y dudo que haya Ciudad en el mundo que se pueda eximir de cambios significativos, algunos más pronunciados que otros, y en algunas, el dolor ha sido más intenso que en aquellas que por su aislamiento previo y natural o simplemente por la acción del azar, no ha sufrido demasiadas ausencias inesperadas.

Este día, en Río Gallegos, habrá un silencio especial, un espacio adonde el vacío se muestra más profundo, una esquina adonde sus calles se cruzarán desconcertadas, añorando la presencia de Esteban, aquél emblemático y querido canillita que partió el 4 de septiembre pasado, y la mejor manera de atenuar la tristeza es extrañarlo, recordándolo y haciendo para que quienes no alcanzaron a conocerlo, sepan que hubo un hombre querible que supo portar bajo sus brazos las noticias más importantes, con su incomparable amabilidad y simpatía.

Lucho, canillita hace años en Río Gallegos.

Si acaso alguien quisiera traducir Canillita a otra lengua, le será una tarea sino extremadamente exigente, imposible. Y si acaso alguien cree que hoy, 7 de noviembre, se conmemora su día por algún vendedor de diarios y revistas famoso, tampoco acertará.

Apenas 35 años tenía aquél 7 de noviembre en el que murió, Florencio Sánchez, lejos de su Montevideo natal, tanto como de Rosario, la primera Ciudad en la que escribió y dirigió un diario, diario fundado entonces por Lisandro de la Torre, radical por aquellos años.

Florencio Sánchez, por quién hoy se conmemora el día del Canillita fue quien bautizó a los vendedores de diarios con este apelativo, utilizado en su sainete.

La obra de teatro que origina esta recordación describe a jóvenes vendiendo diarios por la ciudad, casi niños que, mal alimentados y vestidos con prendas ajenas o precarias, dejaban desnudas sus canillas, en términos anatómicos, sus delgadas tibias. De ahí el particular adjetivo que, desde hace más de un siglo, en la Argentina, es sinónimo de “vendedor de diarios y revistas”.

Aunque revisemos fugazmente la historia vamos a comprobar que los cambios en la sociedad, en las tecnologías y en la política, han sido tan frecuentes como en este presente. Sorprenderse –podría decir algún filósofo- es tarea que sólo requiere de suficiente ignorancia.

La aparición de vendedores de diarios se remonta en nuestro país a Enero de 1868, en el que los editores de otro diario La República (Manuel Bilbao Barquín y Alejandro Berheim) quisieron ampliar su público, evitar las demoras del correo, y de esta manera llegar a más lectores y con mayor celeridad. Hasta ese momento, la manera de conseguir diarios era sólo por suscripción o comprándolos al pie de la rotativa.

Aparecieron en las esquinas jóvenes vociferando noticias y tentando a los escasos lectores para adquirir conocimiento irrefutable a través de la lectura. Si lo dice el diario, afirmaban, es porque es verdad.

Un dato para desalentar a los agoreros de siempre: no todos y todas podían acceder a las noticias que transmitían aquellos periódicos (portadores de tantas verdades y fake news como en la actualidad) porque según el censo más próximo, apenas el 22,4% de la población estaba alfabetizada.

Afortunadamente hoy, los índices de alfabetización de la Argentina son contundentes. La organización de los Canillitas y de los Distribuidores está garantizada (y no por casualidad desde 1947) y Usted, que tiene este ejemplar frente a su atenta mirada, tiene millones de opciones para leer e informarse, y además tiene la facultad de criticar a quien esto escribe y dirige, y cuenta con el compromiso de que será considerada su respuesta, su crítica.  En gran medida, esta relación entre Usted y yo, se la debemos a la contribución de esa mujer, de ese joven o de aquél experimentado vendedor de diario que llega a tiempo, a su casa, a su oficina, al kiosco, al café.

Canillita, surtidor pero de noticias e informaciones. Hoy es su día. El de Esteban y el de todos los Canillitas, esas personas que le otorgan sentido al trabajo de muchos de nosotros. Hoy pretendemos más que homenajearlos, agradecerles, felicitarlos y pedirles que no nos abandonen, que continúen con su importante labor, esa de quitarnos la sed de estar mejor informados, para darle argumento a nuestra concepción de la actualidad.

Por Ariel Robert. Periodista/Director de TiempoSur.