Invisibilidades

Una deuda pendiente: el empoderamiento de las mujeres con discapacidad

Las mujeres con discapacidad deben afrontar una mayor marginación que el resto del colectivo con discapacidad y que las demás mujeres. Para conocer sobre los desafíos, TiempoSur dialogó con Daniela Aza, la influencer en discapacidad e inclusión con más llegada de Argentina.

  • 09/03/2022 • 10:00
Daniela Aza
Daniela Aza

“Históricamente, la discapacidad ha sido catalogada desde la falla o la falencia”, destaca para iniciar la entrevista Daniela, a quien le diagnosticaron artrogriposis múltiple congénita a poco de nacer, una patología que se presenta en una cada tres mil personas. Contra todos pronósticos, derribó esas barreras y desde sus redes sociales muestra que es “una mujer real, que tiene apariencia con discapacidad” y lucha contra “un modelo médico y social que incapacita”.

Debido a la visión discrepante, anteriormente señalada, las niñas y mujeres con discapacidad son invisibilizadas e infantilizadas, por lo que no se las prepara para afrontar la vida pública. A consecuencia de esta educación pasiva, la mujer con discapacidad se presenta en público como insegura y titubeante. Por este motivo, sufren desigualdades en los contratos y los salarios, ya que, muchas veces se ven forzadas a aceptar empleos poco cualificados, con la consiguiente merma en la remuneración, problemas de los más recurrentes para estas personas. 

“Venimos de una historia con el modelo médico hegemónico que tiende a catalogar a las personas con discapacidad, siempre desde lo que le falta. Cuando hablamos de personas con discapacidad hablamos de padecimiento, es una mirada que ya de por si desde el lenguaje tiende o se acerca a una mirada peyorativa”, y continuó: “Eso ha traído consecuencias en el tratamiento del género y la discapacidad, porque se perfila a la mujer con discapacidad como alguien que no es mujer, que nunca sale, que nuca se va a divertir, que va a estar siempre en casa, toda esa mirada ha marcado la historia de las mujeres doblemente excluidas: por condición y por género. Ese es un inconveniente. El primer escollo a vencer es reconocer que las mujeres con discapacidad tienen vida socio afectiva, laboral”.

A pesar de que entiende que “hay un mundo que se anula para las personas con discapacidad, y también muy estereotipado y arraigado históricamente, hoy estamos avanzando, deconstruyendo, pero necesitamos avanzar mucho más”.

Uno de los grandes problemas es la falta de estadística entorno a temas de discapacidad, en este caso dijo: “Justamente, estamos en vistas del censo que se realizará y, lamentablemente, en este tema se ha anulado a la discapacidad, porque hay muy pocas preguntas referidas a esto. Hay que avanzar en apoyos de todo tipo en generación de políticas que permitan pautar accesibilidad. En todo lo que es género y discapacidad falta un montón”, cerró.