Sigue la vigilancia epidemiológica en Santa Cruz por la gripe aviar

Esta semana, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) confirmó, a medios nacionales, la muerte de 1.091 lobos marinos desde el inicio del brote de gripe aviar en el país. Vale la pena recordar que los brotes de este patógeno habían empezado en febrero pasado, en aves silvestres, y luego se expandieron a aves de corral de diferentes provincias.

En el caso de Santa Cruz, la alerta estuvo en la zona de la Cuenca Carbonífera, donde la presencia de casos, en esos meses, derivó en mayores controles. Los primeros casos en mamíferos se detectaron, recién, a principios de agosto en Tierra del Fuego, y luego la infección fue adquirida por animales que se encontraban más al norte, desde los puertos de Quequén y Mar del Plata, en la provincia de Buenos Aires, pasando por distintos puntos de nuestra provincia y la Patagonia. En este sentido, la última semana, la mayoría de los animales fallecidos aparecieron en las costas de Río Negro. El Senasa elaboró un informe respecto a qué se sabe sobre el impacto de la gripe aviar en los lobos marinos, en cada una de las 5 provincias argentinas afectadas.

Mira Tambien

Alicia Kirchner: “Es hermoso ser la gobernadora de mi provincia”

En este contexto, TiempoSur dialogó con el coordinador regional de Sanidad Animal del Centro Regional Patagonia Sur, Germán Rezanowicz, quien, en principio, explicó que desde Senasa “se está realizando una vigilancia epidemiológica y no son todos los casos los que se protocolizan”.

En relación a los casos activos, confirmó la situación de alerta en la ciudad de Caleta Olivia y comentó que aún se encuentran en estudio los casos de los cóndores muertos en cercanías de Río Turbio. Por otro lado, señaló que en la zona de Río Gallegos y Punta Loyola no se han detectado nuevos registros de animales infectados.

“Las recomendaciones siguen siendo no transitar por zonas donde haya animales muertos”, remarcó. La detección y notificación temprana, la atención inmediata, así como las medidas de bioseguridad, son pilares fundamentales de la estrategia de prevención y contención que lleva adelante el Senasa, con la colaboración permanente del sector productivo y toda la comunidad.