Aventura ecológica

Recorrió el país impulsado por basura y terminó la ruta en Cabo Vírgenes

Edmundo Ramos es ingeniero electromecánico. Trabajó para poder impulsar un vehículo con energía generada a través de los residuos. En su página ofrece planos y guías gratis para que cualquiera pueda hacerlo. Su travesía terminó en Río Gallegos.

  • 27/02/2022 • 11:38
Pasó por Río Gallegos y habló con TiempoSur.
Pasó por Río Gallegos y habló con TiempoSur.

Edmundo Ramos tiene 65 años y es ingeniero electromecánico. Durante años trabajó en la fórmula perfecta para que, de manera minuciosa, pueda transformar los residuos en energía para su Ford Ranchera. Con una tarea que mezcló química y mecánica del automotor –y una magia parecida a la alquimia- logró que su vehículo funcione. El combustible de la basura, al funcionar el rodado, devuelve a la tierra oxígeno, comportándose casi como lo hace un árbol. El año pasado inició una travesía junto a su mujer, viajando por Argentina en lo que él denominó “la ruta de la basura”, concluyendo la aventura en Río Gallegos y Cabo Vírgenes, siendo ésta el km 0 de la mítica Ruta 40. Fue un largo recorrido donde pudo conocer gente, hacer amigos y por supuesto, conseguir “gasura”, la palabra que usa el para referirse a la nafta generada por basura. Se trata no solamente de un viaje personal, sino también de una decidida hazaña para demostrar que otras formas de combustibles son posibles. El rodado, en todo el trayecto, se comportó de manera eficaz, alcanzando velocidades de hasta 110 km/h.

Su paso por Río Gallegos fue breve, con pocos días, donde estuvieron recorriendo la capital santacruceña, pero siempre con la mirada puesta sobre el fin del mundo. Junto a su esposa Fabiola, mostraron a través de las redes sociales toda la trayectoria.

Pero Edmundo es puntual a la hora de señalar –lo pidió en varias oportunidades durante la entrevista- que en su página de Facebook “Auto a basura”, tiene todos los planos y guías para que cualquier persona pueda hacer lo mismo que él. Los mismos están disponibles de manera gratuita y pueden descargarse de allí.

Ahora, con el objetivo cumplido, la aventura termina y se preparan para volver a Córdoba. No faltará “gasura”.

Edmundo comparte las imágenes de su recorrido en la página oficial de “Auto a basura”, donde comparte todo el recorrido a través de imágenes. Allí recibe el saludo de los internautas que lo acompañan a través de la red en esta aventura que puso su punto final en Río Gallegos.

Ahora a futuro, quedará ver si más personas se suman a este desafío tecnológico, ambiental y mecánico para la creación de una nueva manera de transportarse. Basura no faltará.

Fin de la aventura

“El primer medio de comunicación con el cual estoy hablando. Volviendo de Cabo Vírgenes, que es el final de nuestro recorrido”, indicó en primera instancia minutos después de terminar el recorrido.  “Arrancamos en La Quiaca en noviembre, terminamos el recorrido hoy en el km 0. Ahora vamos a pensar cómo volvemos a Córdoba”, sostuvo.

El objetivo de la pareja era “demostrar que el vehículo funciona con basura y que puede hacer el recorrido”, señalando que el trayecto fue sencillo por tener una velocidad máxima de 115 km/h y que la intención es mostrar que se pueden hacer recorridos largos. “El auto se portó muy bien. Teníamos que combustionar la basura que fuimos juntando en el camino”, señaló, relatando que encontró durante todo el viaje mucha gente hospitalaria. Muchos le ofrecieron más basura o para él, “gasura”.

En Río Gallegos se le ofreció carbonilla, pero tenían suficientes reservas para poder llegar a destino.

Gasura

Explicó que su proyecto es un gasificado, un tambor metálico con tapa que se llena de residuos secos y combustibles. Luego, al prenderle fuego, utiliza el humo. El agua se transforma en hidrógeno y oxígeno. Tras esto, empieza a funcionar, devolviendo oxígeno.

“Es un camino largo, no hicimos la ruta 40 porque hay tramos desolados sin basura. La ruta de la basura es desde La Quiaca, bajando por Salta en la Cuenca del Obispo”, indicó luego sobre el recorrido hasta llegar a la Patagonia.

El mensaje es claramente ambiental. La idea de no utilizar combustibles basados en petróleo es clave en la mirada ecológica. “El motor usa monóxido de carbono e hidrógeno y devuelve oxígeno. No contamina con plomo ni azufre. Aporta al ambiente un 20% de oxígeno mientras vamos andando”, sostuvo.

Además, tuvo un ahorro importante de dinero en cuanto a nafta, calculando que son montos cercanos a los cien mil pesos. Quedará calcular “Cuántos kilos dejé de contaminar al no usar nafta. Cuántos kilos de basura limpié de basura y metros cúbicos de oxígeno”.