Historias de vida

Pedro Hernández, aprender, enseñar e hinchar

Pedro Hernández es un hombre y vecino de la ciudad de Río Gallegos de 70 años. Vamos a leer parte de su vida, lo que aprendió a lo largo de la misma, lo que quiso ser y lo que terminó siendo. Una de sus grandes pasiones “Racing” y uno de sus pocos amigos hinchas del club Néstor Kirchner.

  • 04/11/2020 • 10:46
Pedro Hernández, aprender, enseñar e hinchar
Pedro Hernández, aprender, enseñar e hinchar

En la recorrida que realiza el móvil del Multimedio Tiempo, se encuentra en esta ocasión con la historia del señor Pedro Hernández, un vecino nacido y criado en la ciudad de Río Gallegos, que al día de hoy tiene 70 años, que viene de la vieja escuela, estudiar y trabajar, con mucho esfuerzo y con lo que había en la casa.

Pedro Hernández:
Soy NYC, nacido y criado, como se suele decir en la ciudad de Río Gallegos, el día 12 de junio del año 1950, actualmente tengo 70 años de edad.

Juventud:

Nosotros vivíamos junto a mi familia, mis padres, dos hermanos, uno en el año ‘52, quien falleció hace poco, un martes 13 a sus 68 años “el negro” y Sergio quien tiene 66 años.

Recuerdo nuestra casa muy bien, vivíamos por la calle que antiguamente era Julio Argentino Roca al 1300, justo enfrente al Hotel Comercio, allí en esa esquina donde habían casas de zapatos, era una sola edificación donde vivían varias personas.
Es ahí cuando Pedro comienza a recordar con grandes detalles los lugares cercanos a su hogar. “En la esquina había un bar tradicional llamado “Chile Argentina” donde posteriormente se convirtió en un kiosco donde llegaban diarios y revistas chilenas en esa época, yo no recuerdo haber visto Clarín, por ejemplo, hasta después del ’68, más o menos, existía un local donde se reunían los “mar y playa”, los obreros que trabajaban en el puerto”. Nuestra casa era inmensa, con un terreno impresionante, más de 60 mts a lo largo y hacia abajo muchísimos más, la casa la alquilábamos, era de una familia importante, mis padres tenían una quinta en el patio, ese predio muchas veces lo ocupaba incluso de cancha de fútbol con mis hermanos”.

Primaria:

La escolaridad primaria, como cualquier otra persona, íbamos y prendíamos las famosas patagónicas “estufas” en cada aula; los sábados hacíamos tareas de jardinerías allí en la Escuela Primaria Nro 1, Magallanes, íbamos prácticamente todos los días; la tradicional y muy bienvenida en esa época, copa de leche, donde no tenía que faltar un par de galletas Manón. Terminé hacia mis 12 años la primaria, mis hermanos en ese entonces tenían 10 y otro 8, compartíamos la misma escuela, hasta el sexto grado.

Secundaria:
Comencé mis primeros tres años con horario vespertino, después de las 17:00 y en la Escuela 19, me quedaba a media cuadra de mi casa, en el recreo el preceptor me dejaba escaparme a casa, al llegar mi vieja me preparaba unos bifes y pan casero para compartir con compañeros ya que no éramos muchos allí.
Al pasar los años, me convertí en abanderado los 5 años, cuarto y quinto lo hicimos en el medio caño, ubicado en la calle Alvear, casi esquina Chile, donde actualmente funciona el Conservatorio Provincial de Música.

El camino al futuro:

Entre el relato, Pedro me cuenta que en un principio quería ser ingeniero, pero los caminos, que están marcados en la vida, lo llevaron a otro lado:
“Quería ser ingeniero e irme a Comodoro, menos mal que no me fui, cuando comencé en el instituto de la ciudad de Río Gallegos, en la materia de matemáticas, no iba nada bien, no era lo que yo quería, pero no podía con esa bendita materia”.

“Recuerdo un 9 de enero de 1968, una nota en casa, tenía que presentarme el día 13 del mismo, para rendir dos materias para ingresar en la universidad de Comodoro, no estaba preparado y tampoco podía económicamente, mis viejos pagaban los gastos de los tres, era muy difícil”.
“Egresé en 1967 del Colegio Julio Ladvocat, éramos 6, cinco chicas y el único varón, como maestro de grado, ya para marzo del próximo año, comenzaba a trabajar dando clases en la Escuela Primaria 10, mi maestra de primer grado era la directora en ese entonces. Paralelo a ello, hacia radio desde el año ‘63, una actividad que hice sin tener estudios previos sobre ello, 57 años en radio y otros tantos en televisión, realmente me gustaba hacerlo”.

Al no ir a Comodoro, comienzo un profesorado de matemática, no me fue bien y me cambié de carrera, historia y geografía se dictaban juntas, al año y medio de ir avanzando en la carrera se divide, ya para noviembre de 1982, me recibí ya casado y con hijos, de profesor de historia, donde ejercí muchos años la cátedra.
Mi pasión:

Eran épocas donde se podía tener hasta tres trabajos al mismo tiempo, yo trabajaba como preceptor, profesor y en el Banco Hipotecario, mis pasiones son muchas, entre ellas era hacer radio, pero al margen del fierrito y de la radio, es ser de Racing.

Mi mamá me decía que cuando nací, yo decía mamá, papá, Racing, yo lo dije en 1950, no había televisión, radio, yo creo que los diarios de Buenos Aires comenzaron a llegar sobre principios de los ‘70, televisión a partir del ‘69. Donde por esos años debuté en la televisión con un programa deportivo, ya para el año ‘76, “Deporte 9”, domingos por la noche, y posteriormente “Resumen Deportivo”, el transmitir fue mi gran pasión, tener un micrófono delante mío, mi familia y sobre todo Racing.

En mi familia, somos yo, tres hijos, dos son de Racing, mi hija no, y mis dos nietos hijos de Claudio, los 5 somos socios activos del club y soy presidente “Eterno” de la filial de Racing acá en la ciudad, desde el año ‘87, siempre nos dedicamos a beneficios para la comunidad y el amor es impresionante.

¿Radio o Televisión?:

Es difícil la verdad esta pregunta, ya que me gustan las dos cosas, tanto televisión como radio, más allá que llevé más años en radio, siempre me gustó innovar en todo y darle manija a lo local, hay que informarse, leer, buscar y preguntar.
Me encantan las dos cosas, no pasa por lo económico incluso, un ejemplo es la transmisión del Hispano Americano, me la bancaba yo solo, pertenezco y soy el único santacruceño miembro e integrante de la Asociación Argentina de Periodistas de Básquetbol, tengo amigos que me fui ganando a lo largo de estos años y gracias a mis relatos deportivos.
Tanto el micrófono como las cámaras me han llenado de satisfacciones en mi vida y lo agradezco mucho, aún quiero seguir trabajado de esto. Me gustaría hacer transmisiones especiales de radio aunque sea, tengo el gustito por ello aún.

Anécdota de las porteras:

Entre los relatos, no podía faltar una anécdota de este multifacético vecino de la ciudad, donde parecía una picardía de un niño de 12 años, pero en ese entonces Pedro ya era un adulto e incluso un profesor:
“Al llegar tarde no podía presentarme por las puertas grandes, era un poco vergonzoso, al pasar el tiempo me fui haciendo amigo de las porteras de la escuela en la que daba clases, desde el medio caño en lo que era la sala de la cocina, había un gran ventanal, por allí me metía yo cuando llegaba tarde, especialmente los lunes, llegaba unos minutos pasada de las siete y media, las porteras me hacían pasar por ahí”.

Néstor Kirchner:

Con Néstor tengo una unión de amistad por medio de Racing, hablábamos dos minutos y ya salía en la conversación el club, de hecho colaboró mucho y participó mucho en sus inicios de la filial, Rubén Walter Paz allá en la década del ‘87, si bien él no concurría siempre a los eventos por sus situaciones políticas, solía enviar a algunos de sus empleados que también eran hinchas de Racing, a las distintas fiestas y eventos que hacíamos.

Entre estar contando su relación con Néstor, recuerda una breve anécdota que le quedó marcada en sus años de vida y me cuenta: “Recuerdo escuchar un partido de Racing contra Estudiantes, donde Racing queda eliminado, me saca la radio de la mano que yo tenía, una Tonomac, la estrella contra el piso y la radio no funcionó más, siempre que podía nos sacábamos en cara el tema de la radio entre risas, en ese entonces una radio Tonomac era costosísima.

El buen trato siempre estuvo presente, la buena recepción, yo para él siempre fui Pedrito y él era Lupo para mí, y así nos tratábamos, me ayudó bastante en varias cosas, lamenté mucho su ida, pero tengo muy buenos recuerdos, fundamentalmente, de ahí cuando vivía en la 25 de Mayo, cuando nos juntábamos a escuchar los partidos.

COVID-19:

Un tema muy importante, supongo que mucha gente que la pasa de la misma manera que nosotros, no creo que se pueda hablar de un cien por ciento de responsabilidad en nuestra ciudad, por eso así estamos, yo me considero una persona responsable, con mi señora, cuatro nietos, difícilmente los pueda ver de manera constante, o seguido como lo hacíamos antes, por allí alguna vez que mi hija debe llevar a controles a mi nieta, pasan un ratito por acá, pero casi nada.
Espero que la podamos contar todos, la gente de Gallegos, que empiece a tomar conciencia, que no es un juego, no es un chiste, al final todo se paga con la muerte, a mí me está dejando una gran enseñanza de cuidarme, extraño compartir los domingos con nietos e hijos un asado en familia.