Columna.

Los pibes argentinos y el cambio tecnológico

Por Rubén Zárate. 

  • 04/07/2021 • 09:31
Rubén Zarate.
Rubén Zarate.

Dos jóvenes fueron noticia esta semana, ambos vinculados a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Guillermo Rauch (30 años) convertido en el sexto argentino en construir un unicornio con su empresa tecnológica Vercel con una valoración superior a 1.100 millones de dólares y el cantante trapero L-Gante (21 años), seudónimo de Elian Valenzuela, al tope de todos los rankings, mencionado por Cristina Fernández de Kirchner en un acto del Programa Conectar Igualdad.

Millennials del conurbano

Tanto Guillermo como Elian tienen en común que ambos no terminaron el secundario. El primero de clase media con padres profesionales entró quinto en el orden de mérito al Nacional Pellegrini y abandonó cuando le faltaban dos materias y no quiere retomar. El segundo de familia obrera y con su madre como jefa de hogar tuvo que abandonar temprano los estudios por ¨tener muchos problemas en el colegio¨ cuando tuvo que trabajar para ayudar en la casa y estos días dijo que piensa terminar.

Guillermo, exhibe una foto a los 12 años con Richard Stallman el desarrollador de Linux y líder de un movimiento internacional basado en el código abierto contó en algunos medios que ¨a mi papá le gustaba mucho la ingeniería y Star Trek, por lo que siempre quiso comprar cosas nuevas y geniales para la familia. Conseguimos una computadora cuando tenía siete años. De hecho, todavía recuerdo el primer día que lo obtuvimos y recuerdo el arranque de Windows 95. Ahí fue cuando empezó todo¨.

En esa misma entrevista Guillermo señala que la primera motivación ¨fue la exposición temprana a sistemas operativos alternativos¨ y la segunda que los resultados me permitieron saber ¨que la programación era extremadamente emocionante para mí¨ porque ¨hay tanta retroalimentación negativa involucrada en el proceso de programación, que las victorias tienen que emocionarte mucho¨.

L-Gante señaló en sus redes que ¨gracias a esa netbook acomodé mi vida y mi familia¨, refiriéndose al programa Conectar Igualdad creado por decreto presidencial N° 459/10. Hoy es el artista que más canciones tiene en el Billoard Argentina Hot 100.

A los 13 años decidió que se dedicaría a la música y a los 14 grabó un ¨con un micrófono de mil pesos y una computadora del programa Conectar Igualdad¨, el tema ya tiene 88.790.800 reproducciones en Spotify y 189.112.409 en YouTube, con resultados económicos de cientos de miles de dólares.

Cuenta que desde los 14 años empezó a grabar sus canciones él mismo y que su éxito se basa en que ¨analizo todo y adquiero información de todos lados¨. En una entrevista reciente en Caja Negra señaló que principal motivación se originó en responder musicalmente a la pregunta ¨¿tan difícil es un estilo que se más propio de acá en Argentina?¨.

Eso lo logró, el ¨RKT –dijo- es una especie de reggaetón argentino que tiene un golpe un tiempo más hacia atrás y que por eso suena distinto¨. Señaló que renunció al trabajo en una fábrica al empezar la pandemia y que sabiendo que es ¨bastante inteligente con las computadoras, hice unos diez diseños de barbijos y salí a venderlos casa por casa, con eso que junté para hacer el videoclip¨, que ahora está primero en las redes.

El cambio tecnológico y las nuevas generaciones

Hace veinte años se podía haber considerado que estos ejemplos de vida solo podían ser analizados como parte de una excepción. Pero hoy estas biografías son el emergente de miles de niños, niñas y adolescentes que se emocionan con lo que producen con estas tecnologías y que ponen toda su inteligencia para explorarlas y aprender.

Son los referentes de una nueva generación. Guillermo a los 16 años era Desarrollador Principal de la empresa MooTools, en suiza, Elías a los 15 años inició su primer compromiso contractual con su productor.

Ambos fueron tratados como profesionales en los suyo y coinciden en lo ¨importante que es tener personas que apuesten por vos al principio¨ y sobre todo nunca dejar de buscar el aprendizaje y la información allí donde esté disponible.

Alejo, el analista millennial sobre tecnologías a quien consulté sobre el caso al referirse a Guillermo no dudó en el elogio de época (y la ironía), ¨le ganó a Bill Gates, él ni terminó el secundario¨.

Son muchos los indicios que la interacción entre la digitalización y las tradiciones escolares en todos niveles no parece aún eficaz ante el cambio tecnológico. Incluirlo en la agenda es necesario, no solo por los aspectos urgentes sino especialmente por las transformaciones que se vienen dando a nivel de la sociedad, la cultura y la economía.

Lo que está ocurriendo durante esta pandemia confirma las tesis de quienes sostienen que las grandes crisis no son las que provocan esos cambios tecnológicos sino que aceleran su aplicación, transformando la vida de las personas de forma significativa.

Que muchos jóvenes se arriesguen fuera de los caminos establecidos significa que estos cambios de paradigma generan también un cuestionamiento general sobre cómo organizar la sociedad y las instituciones. La historia de los Estados modernos muestra que los gobiernos enfrentan la disyuntiva de ser capaces de anticipar estos cambios y tendencias o ir a la zaga.

Los cambios en los flujos de inversiones, el sentido de las migraciones, las relaciones geopolíticas, los avances de la ciencia, las condiciones de libertad e igualdad en las sociedades, entre otros aspectos, son indicadores y no causas de los resultados de estas decisiones tomadas por los gobiernos.

Manuel Castells definió este tiempo nacido en la década de 1970 como la era informacional donde el capitalismo tomó la forma de un nuevo modo de desarrollo basado en las tecnologías de la información y la comunicación, desestructurando una buena parte del mundo emergente a inicios del siglo XX, no solo en los modos de producción sino también en las condiciones de la existencia de las personas y las estructuras y relaciones de poder.

En tal sentido, considerando estos análisis de cambio de largo plazo, ahora estamos viviendo una nueva transición tecnológica, donde la etapa informacional en su etapa de maduración produce y multiplica nuevas experiencias como las de Guillermo y Elian. ¿Estamos como sociedad en condiciones de masificar y extender estas posibilidades?

Como ha ocurrido en cada etapa anterior desde la revolución industrial han sido las políticas las que permitieron que esas ¨excepciones¨ se difundan en la sociedad y se masifiquen. Conciliar la capacidad de inclusión con la innovación de calidad en las instituciones en general y en las educativas en particular es un imperativo de la época, incluir estrategias de ciencia abierta es un requisito del desarrollo.

Clementina, la abuela del conectar igualdad estaba sola

Clementina, funcionó entre 1961 y 1971 en la UBA, sobre ella se creó el primer lenguaje de computación argentino, llamado COMIC, originalmente adaptado a problemas de simulación socio económicos. También generó modelos matemáticos de cuencas fluviales y econométricas, desarrollo en computadora del método de camino crítico (CPM), estudios de mecánica del sólido, problemas lingüísticos y problemas estadísticos, entre otros.

Era consistente con el proceso de sustitución de importaciones iniciado durante el gobierno del primer peronismo basado en el avance científico y tecnológico como muestran la creación, entre otros, del Ministerio de Asuntos Técnicos en 1949, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) en 1950 y el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas de las Fuerzas Armadas (CITEFA) en 1954.

La centralidad del modelo de sustitución de importaciones se basó no solo en el conocimiento explícito, basado en las acreditaciones académicas, sino también en el predominio del conocimiento tácito, es decir aquel que aún no formalizado permite que los trabajadores introduzcan la innovación en la economía.

El alto valor del conocimiento tácito, basado en la experiencia de los trabajadores fue uno de los argumentos centrales para crear en 1948 la Universidad Obrera. Esta iniciativa completó la política de la democratización de las universidades tradicionales mediante la gratuidad de la enseñanza definida en 1949. 

Este proceso innovador se fue debilitando desde 1955 y se obturó de forma contundente en 1976. Los ecos que aún se escuchan de esas batallas contra la inteligencia requieren ser revisados en profundidad y adecuados de forma pertinente en democracia.

Nuevos ecosistemas innovadores

Desde 1946 hasta 1960 se crearon más instituciones para poner en marcha un ecosistema innovador que en toda la historia argentina. La sustitución de importaciones fue posible porque ese impulso por adoptar y crear tecnologías pertinentes al desarrollo incorporó de forma plena a los trabajadores y los ciudadanos y no solo al aparato académico y científico o las direcciones empresarias.

Hoy este debate es insoslayable. La interpelación que realizan con sus experiencias de vida Guillermo y Elian a las capacidades del sistema para abordar los grandes cambios tecnológicos está cada vez más vigente. La aceleración del cambio tecnológico muestra que ya no se gobierna solo el presente, se gobierna también el futuro.

[1] Profesor Titular e Investigador del Instituto de Trabajo, Economía y Territorio de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral. Vocal del Directorio de la Agencia Nacional de I+D+i.