Río Gallegos ´80 Y ´90

Los juguetes que marcaron nuestra infancia

He-Man, Tortugas Ninja, Barbies, Cazafantasmas. Cientos de franquicias llegaron a las góndolas de las jugueterías en la ciudad. Figuras que en su momento fueron furor y hoy valen miles de pesos entre los coleccionistas.

  • 14/08/2021 • 08:30
The toys that made us. (Netflix)
The toys that made us. (Netflix)

Este domingo se conmemora el Día de las Infancias, anteriormente conocido como el Día del Niño. El domingo será el día de agasajo de los más pequeños, siendo los más afortunados aquellos que puedan recibir un regalo. Pero en este espacio de los días sábados siempre buscamos romper los moldes, muchas veces hablando directamente al lector (y en especial a aquellos que tienen más de 30 años) y buscando complicidad en la nostalgia. ¿Qué mejor que recordar al niño que tenemos dentro, de cara a este domingo, rememorando los juguetes de nuestra infancia? Muchos de ellos fueron comprados por los padres de los niños que crecieron durante los ´80 y ´90, pensando que sería meramente una cuestión pasajera. Muchas de las franquicias que llegaron a las jugueterías de Río Gallegos hoy por hoy son buscadas por los coleccionistas como si se tratara de un tesoro o el Santo Grial del mundo del juguete. ¿Qué pasó desde aquella mirada con ansiedad a la vidriera de las jugueterías hasta el mercado de los hobbies, donde las piezas más buscadas están valuadas en miles de pesos?

 

Llegaron

Durante los años ´80 algunas de las empresas –quizás las más famosas sean Jocsa y Plastirama- comenzaron a licenciar y comprar derechos de autor de las más grandes marcas de juguetes que venían desde Estados Unidos y Japón. La historia comienza en varios casos de la misma manera: Una multinacional que busca vender una serie de juguetes de acción y para ello mandan a animar una serie de dibujos, que sirve como promoción para mantener el furor entre los chicos y obligar a sus padres a comprarlos como regalos de Navidad. Esto servía además para introducir nuevos personajes para renovar el plantel y crear así más muñecos para revender, aunque muchas veces eran meramente un repintado. Así llegaron al país series como He-Man and the Masters of the Universe, GI-JOE, Transformers o las clásicas Tortugas Ninja (cuya obra original fue infantilizada para los más chicos). Todos ellos llegaron a los comercios de la ciudad, tanto en su versión original como las copias (“bootlegs”), obviamente con la diferencia de precio en cada caso particular. Conseguir en aquel entonces una figura original –un Donatello importado- podría tener un precio bastante alto, por lo que la industria nacional y las réplicas estuvieron a la orden del día.

The toys that made us. (Netflix)

 

La llegada a Argentina

La historia pone en primer lugar a la marca "Top Toys" que se encargó de producir como primeras figuras las de la película "La Guerra de las Galaxias". En el año 1984, la firma comienza con la fabricación de uno de sus juguetes más populares, las figuras de "He-Man y Los Amos del Universo", cuyos dibujos se exhibían con gran éxito en nuestro país. El dato curioso es la gran cantidad de figuras que únicamente se fabricaron en nuestro país y son buscadas por coleccionistas de todo el mundo debido a su originalidad. En segundo lugar, nos sumergimos en la historia de la marca Plastirama, que a partir de la década del ´80 se encargó, entre otros productos, de la fabricación de las figuras de "GI-JOE" en nuestro país, llamadas "comandos heroicos". Es de destacar que se creó lo que se conoce como los Argen7, un grupo de siete figuras desarrolladas y sólo producidas en la Argentina por Plastirama, que contrató para el diseño de los cartones al famoso ilustrador y artista argentino, Jorge De Los Ríos, quien se venía desempeñando como ilustrador de la revista Anteojito y varias producciones de García Ferré.    

 

La llegada de los ´90

Con el cambio de década y la convertibilidad, la importación de productos internacionales se hizo más sencilla, en detrimento de la industria nacional. La transición hacia los ´90 situó al mundo del juguete en otra etapa, con algunas colecciones que habían quedado en el pasado (el caso de He-man y las Tortugas) para darle el paso a las nuevas generaciones. El grupo de héroes más conocido en ese entonces fueron dos: Power Rangers y Dragon Ball Z. Los primeros fueron un grupo de cinco adolescentes que, llamados por un ser extradimensional, combatían a la villana Rita y sus secuaces. Obviamente cada uno de los capítulos presentaba un enemigo nuevo y servía para la venta de una mayor variedad de productos. Los muñecos de Power Rangers –y todas sus variantes bootlegs- pasaron por las jugueterías de la ciudad y aquellas más especializadas traían a la ciudad los Megazords, los robots gigantes con formas de dinosaurios con los que el grupo de los cinco colores vencía a sus rivales.

Los más afortunados recordarán tener estos robots gigantes entre las filas de sus juguetes. Otros se conformaron con las figuras de acción más pequeñas. Luego de la mano de Jocsa y del queridísimo Top Kids (lugar también de los juegos y muñecos de Mortal Kombat) llegaron las primeras transmisiones de Dragon Ball, por el canal ATC. El ciclo conducido por Pablo Marcovsky servía como una publicidad a todos los productos que eran traídos tanto por Jocsa como Nintendo. La televisación del videojuego de Midway generó polémica por la violencia extrema del mismo, por lo que el programa fue considerado vanguardista en su época. Además, los televidentes podían ir al piso a jugar una partida de Mortal Kombat, llevándose el ganador una figura de Dragon Ball (años antes que fuera furor en Argentina) y ambos competidores la revista de Top Kids con una figura de Mortal Kombat. Todo lo que un niño de los ´90 querría. A finales de los ´90 la avalancha oriental vino de la mano de los antiguos Tamagotchi, aquellas mascotas virtuales.

Dragon Ball, Mortal Kombat y Rambo en la misma estantería.

 

Juegos de mano

Por otra parte, no podían faltar aquellos que, si bien no pertenecían a una franquicia llevada a la televisión, sí lograron penetrar el mercado local. Se trata de aquellos juguetes que servían para jugar de una manera analógica, como los yoyos, los diabolo o los tic tac. Se trataba de divertimentos que no solamente requerían imaginación como las figuras de acción, sino también destreza y coordinación en las manos.

 

Historia de los juguetes

En la Argentina, si bien los comienzos de la industria del juguete se remontan a 1890, recién hacia los años ’40 se puede hablar de su verdadero surgimiento. Hasta ese entonces gran parte de los juguetes que se comercializaban eran importados. No obstante, entre los juguetes que ya se

fabricaban en nuestro país se pueden mencionar los rodados, los juguetes de cartón y papel y, también, muñecas.

Un aspecto adicional que vale la pena señalar es que tanto por cuestiones económicas (su elevado precio) como por otras socio-culturales (hábitos de consumo, idiosincrasia, etc.) en las primeras décadas del siglo XX los juguetes eran considerados “artículos de lujo” y no formaban parte de la vida cotidiana de la mayoría de los niños.

En la década del ’70 muchas empresas empezaron a abandonar la producción artesanal y el sector comenzó a tecnificarse. En este sentido, muchas firmas comenzaron a alquilar o comprar matricería en desuso, que era obsoleta en Estados Unidos y Europa. Si bien esto permitió la reconversión y

modernización de ciertas empresas ubicó a la industria nacional a la cola de la producción internacional.

Top Kids llegó con Mortal Kombat y Dragon Ball a Argentina.

 

Lo retro vuelve

Con el pasar de los años, aquellos que fueron niños en ambas décadas fueron creciendo y generando su dinero propio. Muchos de ellos se volcaron a recuperar sus viejas glorias de la infancia, revolviendo cajones y habitaciones en las casas de sus padres para encontrarlos. Los que no pudieron hacerlo, tuvieron que desembolsar un importante dineral para volver a comprarlos. Quienes rondan los 30 años y están metidos en el mundo del coleccionismo, suelen invertir en esta clase de figuras para ponerlas en sus vitrinas personales. No se trata solamente de la adquisición de piezas por sí mismo, sino que hay un culto a la búsqueda de rarezas y de santos griales, en un mundo perdido de figuras de importación, héroes de acción y reptiles que saben artes marciales. Quizás en el entretecho de algún lector, en alguna caja olvidada, duerma una pequeña fortuna.

 

Figuras de un coleccionista de Río Gallegos.