Río Gallegos

La paradoja del pescador impaciente

Desde el Club de Pescadores de Río Gallegos insisten en que la actividad debería estar habilitada siendo que no supone ningún tipo de riesgo para la salud pública. Están los que lo hacen de hobby, pero se marca la realidad de quienes tienen en la pesca el sustento del hogar.

  • 03/09/2020 • 08:35

El lunes se dio a conocer el Decreto Provincial N° 1032/2020, por el cual el Gobierno adhirió al DNU N° 714/2020 que dispuso el Distanciamiento Social y Preventivo en todas las localidades de la provincia, a excepción de Río Gallegos que por la cantidad de casos de COVID-19 mantiene el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) hasta el 20 de septiembre.

En este sentido, y teniendo en cuenta la prohibición de realizar actividades recreativas y deportivas, TiempoSur pudo dar cuenta de la salida de cientos de personas a realizar caminatas, running o salidas de esparcimiento al sector de la costanera local. Sin embargo, el panorama inusual se pudo visualizar en el sector del muelle y la costa que da continuidad a la avenida Almirante Brown, donde habitualmente concurren muchos pescadores: hoy inactivos por ser una de las actividades que no tiene habilitación.  

Ante esto, dialogamos con el referente del Club de Pescadores de Río Gallegos, Ángel Benegas, quien lamentó que no se pueda retomar la actividad en la ciudad. “Cortamos hace más de un mes cuando prohibieron la actividad, fue cuando hicimos un sorteo por el Día de la Madre y, a partir de allí, se suspendieron las actividades”, expuso.

Recordó que desde su organización, los días especiales como el Día de la Madre, Día del Padre o el Día del Niño hacen sorteos pero “para no llevarle el virus a nadie”, cortaron su actividad con anticipación.

Aunque, por otro lado, esperaba que la actividad pueda retornar, siendo que en su opinión no supone un peligro de contagio entre pescadores, remarcando que entre ellos mantienen un distanciamiento en todo momento. Esta posibilidad la planteó a la Dirección de Pesca, para que informen que “el pescador tiene un espacio libre de uno a otro que es inmenso y no habría impedimento”. “No tiene peligro de contagio porque no hay contacto entre pescador y pescador”, agregó.

Pero, en la vigencia del Decreto Provincial ningún pedido, exigencia o nota formal, puede cambiar lo establecido. “Solo pescadores artesanales que tienen los papeles en regla porque entran en la cadena alimentaria y por eso los dejan pescar, son monotributistas registrados en la AFIP, de las pescaderías digamos”, explicó Benegas, quien antes de que Río Gallegos sea declarado como “zona de transmisión comunitaria”, había presentado el protocolo preventivo para desarrollar la actividad.  

Por otro lado, el referente de Club de Pescadores expone que muchos “van con su familia y van a pescar por un sustento alimentario para ellos, o a distraerse un rato, ellos sacan pescados para alimentarse, eso también está prohibido”. E insiste que “hay mucha gente que pesca y con eso tiene el sustento para alimentar a sus hijos y si le va bien vende y compra mercadería”.

La impaciencia ganó a muchos, sobre todo para quienes viven de la pesca para el día a día. Benegas indicó que “ahora, cuando vengan los días lindos, va a empezar a salir la gente a la ría y le van a aplicar multa más la causa penal”.

En este contexto, los lugares para realizar la actividad están tan próximos como alejados de sus posibilidades, más teniendo en cuenta el panorama sanitario en la ciudad y el aumento de casos de COVID-19 día a día. “En el comercio está más el peligro de contagio que en el mar”, señala Benegas, quien advierte la impaciencia de los pescadores, una característica que no es común para quienes realizan la actividad. 

*El Club de Pescadores tiene hoy 104 socios, más los que no son socios que se suman, junta a más de 200 personas en cada torneo. Los lugares habituales de pesca están situados en: Cabo Vírgenes, Puerto Coyle, Güer Aike, Punta Loyola y la costanera. 

*El Club ha realizado eventos solidarios para ayudar a familias que viajan derivados a Buenos Aires o para colaborar con comedores comunitarios. En este panorama, pasa una situación crítica en su economía, siendo que no decidieron suspender la cuota mensual desde marzo a diciembre.