Derribando mitos

La emotiva historia de adopción monoparental en pandemia

Días antes del inicio de la cuarentena nacional, Clara adoptó a More, una niña de nueve años que solo quería a una mamá. Esta es su emotiva historia de adopción monoparental.

  • 15/09/2021 • 20:51
Clara y More. (Foto: Poder Judicial)adop
Clara y More. (Foto: Poder Judicial)adop

Todo fue contado en la página web del Poder Judicial. Clara no podía tener hijos y quería adoptar, intentaron hacerlo durante bastante tiempo con su pareja. Cuando se separaron, ella pensó que iba a ser imposible hacerlo sola, debido a que creía que priorizarían a familias “tipo”.

La adopción está rodeada de preconceptos, desde que es casi imposible hacerlo, hasta que adoptar a niños grandes y adolescentes es “problemático”, pero la realidad es otra. Desde el Poder Judicial explican que el 90% de las solicitudes de adopción establece que no se aceptaran niños o niñas más allá de los cuatro años.

En el caso de Clara, ella rompió con esa lógica, ampliando el rango de edad y admitiendo a niños con algún tipo de discapacidad. “Puse que quería adoptar a un niño o niña de hasta cinco años y después lo rectifiqué y puse hasta siete, que podía ser con hermanos, que el sexo no importaba y con discapacidad leve”, sostuvo.

En 2017 se inscribió en el Registro Provincial de Aspirantes a Guardas con fines de Adopción como familia monoparental. Ella vive desde 2009 en El Calafate, y contó que pudo mandar todos los papeles desde allá y tuvo que viajar una sola vez a Río Gallegos.

Creía que iba a estar en desventaja por no tener una pareja. Pensaba que, dentro de las posibilidades, iban a buscar una familia tipo. More llego a desmitificar un montón de cosas”, explicó.

Una llamada inesperada

Clara cuenta que, desde que se inscribió, siguió con su vida como si nada, sin ninguna esperanza de ser llamada, pero esa idea cambió en marzo de 2020, a nada de que empezara la cuarentena nacional por la pandemia del coronavirus.

“Nunca me senté al teléfono a esperar que llamen, seguí haciendo mi vida, organizando viajes, saliendo del país cuando podía con una amiga, y nunca postergue todo eso esperando que me avisen”, aclaró.

El Juzgado de Familia N 2 y la Defensoría de Niños, Niñas y Adolescentes, quería resolver la situación de una niña que estaba a días de cumplir nueve años y que ya había hecho el circuito de familias solidarias y hogares de abrigo.

El juez Antonio Andrade la llamó y le preguntó si podía viajar al día siguiente a Río Gallegos. La llamada fue tan inesperada que la dejó en shock, por lo que dijo que no podía, pero “a la media hora que corté lo llamé y le dije que sí podía. Fue muy movilizarte, empecé a llamar a la familia, amigos, y vi que todos estaban en la misma espera que yo”.

Conociendo y adoptando a More

Tan solo 48 horas después, Clara y More se estaban conociendo. La mujer nunca imaginó que verse por primera vez iba a desmitificar por completo otro mito, vinculado al drama que podría representar la adopción de niños más grandes, que carga encima una historia familiar infeliz.

En la reunión con el juez y la presentación del legajo de la niña le dijeron que podía tener una discapacidad leve, lo que sintió en ese momento Clara lo calificó como “un baldazo de agua fría”. Pero como profesora de educación especial, se informó con una psicóloga y una psicopedagoga y buscó el apoyo de sus amigas. Así, finalmente la conoció al día siguiente.

Cuando llegó a la casa de la familia solidaria donde estaba, la niña recién terminaba de bañarse. “Fue muy loco. Me acerqué, le olí el pelo y le dije que tenía olor rico, le pregunté si quería que la peine y me dijo que sí, y como a mí me habían anticipado que le gustaba mucho Mostaza, le dije que me iba a comer ahí porque tenía mucha hambre y que si quería venir. Se puso la campera y desde entonces no nos separamos nunca más”, contó Clara.

A las horas, More ya la llamaba “mamá” y juntas querían volver a El Calafate, para poder festejar el cumpleaños de la niña, que era al día siguiente. “El mismo día que llegamos vinieron mis amigas con los hijos, y el domingo éramos como cuarenta personas festejando su cumple. Nada de lo que había pensado se cumplió”, explicó.

A los días se implementó la cuarentena nacional estricta, por lo que tuvieron que estar todo el día juntas, todos los días, lo que hizo que su relación se estrechara más y más. “Por su edad, More es muy compañera y hacemos todo juntas. Todos los cambios fueron positivos, porque yo siempre quise ser mamá y ella quería una mamá. Vamos armando nuestro proyecto de vida juntas. A veces me pregunta qué pasa si me enojo o si ella se enoja, y le digo que vamos a estar siempre juntas, y entonces ella proyecta que cuando sea grande va a vivir cerca de mi casa y va a ser veterinaria para cuidar mis perras”, comenta.

Esta es la historia de una mujer que derribó sus propios miedos y prejuicios para cumplir su deseo de ser madre, y de una niña que ya había expresado ante las autoridades que su sueño era tener solo “una mamá”.

 

Las personas que tengan intención de adoptar o quieran informarse al respecto, pueden acercarse al Registro Provincial de Aspirantes a Guardas con fines de Adopción, en calle Mariano Moreno 123, llamar al 0296-643-2812 o mandar un mail a [email protected]