Judiciales

Fernando Zanetta: “Los chicos cometen errores y acá les damos una chance de enderezar su vida”

El juez Penal Juvenil contó en qué circunstancias los jóvenes cometen delitos y la necesidad que existe de romper estigmas y reencausar sus vidas.

  • 10/06/2021 • 15:23

Cuando Fernando Zanetta juró en el cargo para resolver sobre la situación de menores de 18 años en conflicto con la ley penal, la denominación era la del “Juzgado del Menor”, un nombre que, según indico, resulta despectivo, por eso solicitó el cambio a “penal Juvenil”, que fue aprobado por Diputados el año pasado, con una premisa que recientemente alcanzó a las defensorías que ahora se llaman “del Niño, Niñas y Adolescentes”.

“Apenas asumí, lo primero que hice fue pedir ese cambio, basado en tratados internaciones y de derechos del niño”, dijo.

Su llegada a esos estrados se dio en medio de otro cambio sustancial: entonces, Río Gallegos tenía dos “juzgados del menor” pero con la ley 26.061, muchas de sus competencias habían sido transferidas a los juzgados de Familia, con lo cual, se decidió que solo hubiera un juzgado penal juvenil.

Si bien en todos los casos, las causas que se tramitan son de jóvenes que cometieron un delito, existe una construcción simbólica en torno a la juventud y la violencia. En este punto, Zanetta explicó cómo funciona el abordaje de estas situaciones, partiendo de la necesidad de brindar oportunidades.

 

En Río Gallegos funciona el “Dispositivo para Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal”, un lugar que hasta hace no muchos años funcionaba solo como centro de detención, algo que fue erradicado completamente hacia un dispositivo de protección y reinserción social.

“Cuando asumí no había chicos alojados. Hoy hay dos”, indicó sobre una medida que no es la regla sino la excepción.

“Son siempre más o menos los mismos, entre diez y once. Cuando nos avisan que un joven ‘cayó detenido’ por algún robo, nosotros iniciamos un expediente tutelar a la par del penal. Si un menor de 18 cometió un robo, por ejemplo, convoco a la madre, padre o el tutor y hago una audiencia donde se le dan herramientas para que enderece su vida, se le hace una pericia, intervienen trabajadores sociales, se le da intervención a Niñez, se le consiguen talleres, si no está escolarizado se lo escolariza, y se lo obliga a hacer una serie de actividades para que trate de salir para delante”, explicó el juez, que fue categórico al advertir que “en ningún momento se me va a ocurrir meter un chico en el dispositivo, que no deja de ser una privación de la libertad encubierta. Tratamos de evitarlo hasta donde podemos”.