Iglesia

El Obispo apuntó contra la marihuana y dijo que hay "casinos de lujo, pero no escuelas de lujo"

Ayer, en el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, Monseñor Jorge Ignacio García Cuerva sostuvo que "no es lo mismo un pibe que en la Facultad se fuma un porro, que un pibe de un barrio carenciado", a quien "lo agarran para ser soldadito y vender para otros". También sostuvo que tiene "mayor tolerancia social" y "no está mal visto" el consumo de alcohol, la marihuana y el juego.

  • 27/06/2021 • 12:35
"El Papa Francisco ha sido y es alguien comprometido con la lucha contra las drogas"

El Obispo Jorge Ignacio García Cuerva se sumó al documento que emitió el jueves pasado Familia Grande Hogar de Cristo, Cáritas Argentina y la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia (Argentina) y que fue titulado “La otra pandemia”.

El texto, entre diversos puntos, advirtió cómo la cuarentena afectó el trabajo de asistencia en consumos problemáticos, sobre todo en los barrios, pero también la situación social que hoy por hoy es “desesperante”.

Ayer se conmemoró el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, fecha a la que el documento hizo mención, y del cual García Cuerva aprovechó para hablar del consumo de la marihuana, alcohol e incluso la ludopatía.

"Hay un aumento en el consumo de sustancias, pero también en el consumo de alcohol, que en este caso tiene una tolerancia mayor, es casi como que está bien visto y trae consecuencias graves intrafamiliares", dijo a TiempoSur. Destacó que la pandemia acarreó mucha "tristeza, angustia y desesperanza" y que cuando esto "se hace muy grande", se lo "intenta tapar con la droga o el alcohol", aunque García Cuerva añadió el juego, "una adicción de la que no hablamos y tiene tolerancia social".

"El alcohol, la marihuana y el juego tienen mayor tolerancia social. Es decir, no son tal mal vistos, pero cuando esto afecta sectores más pobres o excluidos, las consecuencias son más dramáticas", insistió y ejemplificó: "No es lo mismo  un pibe que en la Facultad se fuma un porro, que un pibe de un barrio carenciado, que no tiene educación, contención, que no tiene familia, que consume el porro e inmediatamente lo agarran para ser soldadito y vender para otros".

 

TS: En el país se analiza la despenalización del consumo de marihuana hace muchos años.

Obispo: Sí. En los barrios más carenciados está despenalizado de hecho ¿o alguien sabe que se persigue a los narcotraficantes más poderosos? Siempre los que caen presos, son los perejiles. Para nosotros, los que consumen, no son delincuentes. Viví en villas miseria 20 años y allí está despenalizado de hecho. Ahora hablar de la despenalización es empezar a escribir un libro por sus últimas páginas y tendríamos que empezar por las primeras páginas. Y si a los jóvenes la única propuesta que tenemos para hacerles es la despenalización de la droga... Primero deberíamos hablar de educación, posibilidades de trabajo, que puedan cumplir sus sueños, que se puedan desarrollar integralmente. Entonces, démonos el lujo primero de resolver todas esas cuestiones y cuando tengamos todo eso resuelto, trabajo, educación y proyecto de vida, hablemos de despenalizar.

 

-Se refirió a la adicción al juego y Santa Cruz tiene muchos casinos, con mucha gente con esta adicción.    

Es un problema muy serio. Curiosamente son como círculos que van emparentados, alcohol-juego-droga y en algunos casos ligados a otras cuestiones más graves, como la trata, prostitución. Del juego no se habla tanto, porque somos una sociedad adicta; y adicta significa sin palabras, somos una sociedad que no habla de lo que pasa. Y tener muchos casinos de lujo y no tener escuelas de lujo, o propuestas la despenalización de la droga y no tener como propuestas cómo pueden proyectar sus vidas los jóvenes, son temas que no hablamos. 

El Papa Francisco ha sido y es alguien comprometido con la lucha contra las drogas, comprometido con esta lucha a favor de los pibes y es él quien siempre nos recuerda que hay que recibir la vida como viene. Es decir, tenemos que salir a abrazar a todos estos pibes, no podemos excluirlos, no podemos mirar para otro lado. Tenemos muchos pibes que han hipotecado su presente y futuro desgraciadamente con la droga.