En Santa Cruz

El ministerio de la liberación: la lucha de un sacerdote contra lo maligno

Un cura párroco explicó qué es el ministerio de la liberación, una práctica de lucha espiritual contra presiones malignas o demoniacas -que no es exorcismo- y que es poco conocida. El caso que más lo asustó. “En Río Gallegos me buscaban para ir a algunos comercios”, contó.  

  • 31/10/2021 • 11:59
“No es extraordinario lo que hago porque todos los sacerdotes están preparados”
“No es extraordinario lo que hago porque todos los sacerdotes están preparados”

Fue en una misa carismática. Una mujer cayó al suelo y quedó boca abajo. El sacerdote dejó pasar unos minutos, y luego de acercó. El cuerpo comenzó doblarse mientras se escuchaba un sonido similar al crujir de los huesos. Las manos formaron la forma de una garra y comenzaron a rasguñar el piso. Empezó a gritar, a reptar, a moverse como una serpiente.

El cura acudió a su intuición, y usó su estola (ornamento sacerdotal) para hacer presión sobre el cuerpo. La gente asombrada rodeaba el cuerpo. Y todos escucharon el grito de la mujer: “No me hagas esto”. El sacerdote hizo una oración para la liberación. La mujer –sin patologías de enfermedades psicológicas- se despierta. Cuenta que estaba sumida en la oscuridad y que vio una luz que se acercaba que le permitió salir de ese estado. No recordaba nada de lo que había pasado. 

El relato no detalla ninguna escena de una película de terror, sino algo que sucedió en Santa Cruz hace muchos años, y que asustó al Padre Marcelo Toledo, que en ese momento se iniciaba en la lucha contra lo “maligno” que acechaba a esa persona y cuyo origen hasta el día de hoy, desconoce.

La Diócesis en Santa Cruz cuenta con un solo sacerdote exorcista autorizado y aprobado por el propio Obispo.

Pero no es el caso del cura Marcelo. Los exorcistas son conocidos, gracias al cine y la literatura, pero él hace otro tipo de trabajo espiritual muy poco conocido: el ministerio de la liberación. Se encarga por medio de su experiencia y oraciones específicas ayudar a las personas en “presiones malignas o demoníacas”.

“No es extraordinario lo que hago porque todos los sacerdotes están preparados, pero por mi experiencia Pastoral me dediqué al ministerio de la liberación”, cuenta a TiempoSur.

Esto no se enseña en los seminarios, se adquiere con experiencia, se capacitan mediante talleres, y el sacerdote, si quiere, puede inclinarse a esta práctica que está muy ligada al exorcismo.

Esto último requiere un tipo de oración, un rito del cual el sacerdote no puede moverse un centímetro. “La oración de liberación es más espontánea y puede estar acompañada con el rezo del Rosario para liberar la persona de una presencia maligna”, distingue. Esto también ataca objetos, por ejemplo, una casa.

“Casi todos los sacerdotes tenemos una experiencia de este tipo. Me pasa muchas veces que me piden ayuda para ir bendecir una casa. En Río Gallegos me buscaban para ir a algunos comercios porque encontraban trabajos de brujería, fotos de personas con paños, cenizas de muertos, huesos, verduras”, relata.

En la capital provincial la presencia demoniaca o maligna, que está íntimamente relacionada a la fe, sucede “más veces de lo que pensamos”.

El sacerdote aclara que esto es difícil de creer, y por eso a veces invita a algunos laicos a que lo acompañen para corroborarlo.

“El demonio trabaja así, porque primero genera temor y con el miedo, entra todo, porque podés estar frente a frente de algo, pero si no tenés miedo no pasa nada; pero si temes, tiene eficacia porque la fuerza maligna de por sí no tiene fuerza si no tenés miedo”, insiste.

Se trata de la fe. No tiene nada que ver con ir a misa todos los domingos, clarifica, sino con simplemente tener fe, porque “la influencia maligna tiene más fuerzas en los que no la tienen”.

Sin embargo, en muchos casos, cuando el sacerdote acude a un supuesto caso de presencia maligna, en realidad se encuentra con problemas emocionales de la persona e incluso, enfermedades mentales. Allí también brinda asistencia, pero de otro modo.

Las liberaciones representan un porcentaje menor de sus intervenciones, pero existen.

“Lo vemos a diario. Estamos en el ámbito de la fe”, resalta.

En una oportunidad una persona pidió su presencia en su casa. “Me acerqué a la casa y de las canillas salía un líquido que parecía sangre. Luego de las oraciones eso se cortó, y fue en el momento”, detalló.

Insiste en que suena poco creíble, y niega que sólo se trate de la sugestión. “La sugestión es interna, esto es externo, y cuando es externo es otra cosa, porque es muy difícil que se tenga control sobre eso, como mover un objeto”, recalca.

El ministerio de la liberación en nuestro país “cada vez crece más”. También tiene una denominación más amplia, porque un sacerdote puede ser testigo de las fragilidades emocionales o situaciones traumáticas que subyacen en la persona. “No sólo pasa por la influencia maligna, al ser más amplia se denomina ministerio de la consolación”, explica.

Si la persona somatiza algo o se sugestiona, el padre ora y eso desaparece. No alcanza con una oración -repitió- cuando es una patología psicológica, allí se necesita otro tipo de asistencia que un profesional -la ciencia- puede brindarla.

“La gente ahora se anima a contarlo más a los sacerdotes, porque por algún tiempo estas manifestaciones no iban a la Iglesia, y ya sea por desconocimiento, miedo o vergüenza no lo contaban”, declaró.

 

Halloween

La Iglesia desaconseja celebrar Halloween, práctica propia de la cultura anglosajona, pero, que se esparció por todo el mundo, y obviamente en Argentina.

“Se mezclan muchas culturas, pero esta celebración es de la cultura celta del siglo III, y tiene que ver con que los celtas creían en el Dios de la muerte que autorizaba a los muertos a tomar contacto con los familiares para perturbarlos y generar terror. Entonces por la tradición, comenzaron a disfrazarse de muertos para mezclarse entre ellos, y así a usar máscaras”, expuso.

En la fe cristina no existe el Dios de la muerte, de hecho, sucede todo lo contrario, porque Dios –pregonan- es sinónimo de vida y resurrección. Jesús resucitó de entre los muertos.

“En esto coincidimos con el judaísmo y el islam, que son religiones más antiguas que el cristianismo”, recuerda y alerta: el   31 de octubre “es el nuevo año satánico”. “Para el mundo del satanismo es un día especial, con fuerzas negativas, oscuras, malignas, y por eso también la iglesia se opone tajantemente”.

Hoy domingo, luego de la misa, el Padre Marcelo saldrá con velas por las calles de 28 de Noviembre para orar el rosario luminoso y así ayudar a que no “haya mucha influencia” del mal.

Por última vez el sacerdote insiste. “Uno podrá creerlo o no. Esta ese dicho que uno no cree en las brujas, pero de que las hay, las hay. Al mal se lo quiere negar o disfrazar que no existe. El mal está, y esto es más habitual de lo que pensamos”.